Es el caso del estado de Guanajuato, centro de México, donde se originó el problema del sabotaje de oleoductos y en el cual en las últimas semanas ha aumentado el número de asesinatos y de feminicidios coincidiendo geográficamente con el "corredor industrial" por el que pasan los oleoductos de Pemex. Según datos de la Fiscalía estatal, en los últimos dos días fueron asesinadas 27 personas, entre las que había 7 mujeres.
Una niña de 10 años recibió varios disparos cuando caminaba junto a su madre en la ciudad de León y una madre fue acribillada junto a su hija en la ciudad de Irapuato.
Por Inés Amarelo
México, 8 feb (EFE).- El sistemático robo de combustible en México ha disparado las situaciones de violencia en las regiones por donde circulan oleoductos, siendo las mujeres las que salen peor paradas de esta situación, con 326 feminicidios registrados en 2018.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador, que asumió el poder el 1 de diciembre, comenzó un combate frontal al robo de hidrocarburos que desde hace años genera pérdidas millonarias para la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Para acabar con esta problemática, el Gobierno reforzó la vigilancia de los oleoductos desplegando miles de agentes de seguridad y cambió el método de transporte de gasolina a uno que implica el uso de pipas (camiones cisterna).
Además de estas consecuencias visibles de la lucha contra el robo de combustible, hay otras que pasan más desapercibidas pero que se prolongan más en el tiempo y producen muertes, en muchos casos, de personas inocentes.
Es el caso del estado de Guanajuato, centro de México, donde se originó el problema del sabotaje de oleoductos y en el cual en las últimas semanas ha aumentado el número de asesinatos y de feminicidios coincidiendo geográficamente con el "corredor industrial" por el que pasan los oleoductos de Pemex.
Según datos de la Fiscalía estatal, en los últimos dos días fueron asesinadas 27 personas, entre las que había 7 mujeres.
Una niña de 10 años recibió varios disparos cuando caminaba junto a su madre en la ciudad de León y una madre fue acribillada junto a su hija en la ciudad de Irapuato.
En la mayoría de los asesinatos de mujeres en zonas donde dominan los cárteles del "huachicoleo" (robo de combustible), los cuerpos aparecen sin signos de tortura ni violencia sexual.
Por eso, la experta María Salguero lo relaciona con una manera de dañar a familiares, parejas o amigos de las víctimas.
"No sabemos el papel exacto de las mujeres en el huachicoleo, pero se está dando una pugna por el territorio, sube la violencia y asesinan a mujeres. (...) Una forma de dañar al enemigo es asesinar a sus mujeres, dijo a Efe Salguero, quien elabora mapas sobre feminicidios en México.
Según un protocolo de la ONU sobre escenarios de conflicto armado, en estas situaciones se genera una "motivación feminicida" que tiene como base la idea de la "mujer como objeto de posesión del contrario" al que hay que atacar para dañar al enemigo.
En estas áreas donde predominan los grupos criminales pertenecientes al cartel Jalisco Nueva Generación y el de Santa Rosa de Lima, dedicados al control de los territorios para la toma ilegal de combustible, los feminicidios han aumentado exponencialmente, explicó la experta.
En concreto, Salguero elaboró un mapa en el que se representan los oleoductos de Pemex y las cifras de mujeres asesinadas, en el que se demuestra que coinciden ambas zonas.
Según los datos que maneja la experta, en 2017 se registraron 171 feminicidios mientras que en 2018 la cifra aumentó hasta 326 asesinadas.
Además de zonas como Guanajuato, Jalisco y Puebla, también destaca el aumento de asesinatos de mujeres en Tijuana por ser una ciudad fronteriza con Estados Unidos donde abunda el narcotráfico debido al gran tránsito de personas.
"Se ha dicho que las mujeres involucradas solo ganan 20 pesos (alrededor de un dólar) por cada paquete de droga que venden. Están en una situación de desigualdad que las lleva a involucrarse", añadió.
Según estadísticas oficiales, el 66 por ciento de las mujeres mexicanas han sido víctimas de alguna forma de violencia, de las cuales el 44 por ciento a manos de su pareja o expareja.
Además, aunque no existen datos exactos sobre feminicidios, en México hay diariamente nueve muertes de mujeres con presunción de homicido, cifra que aumentó con respecto al año pasado, cuando eran siete. EFE