Las niñas y adolescentes son cada vez más propensas a padecer enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el Virus del Papiloma Humano (VPH). Este padecimiento tiene como consecuencia fatal el cáncer cervicouterino, que es además la segunda causa de muerte por cáncer entre las mexicanas.
Especialistas consultados por este diario digital destacan el abandono del Estado a este segmento de la población, particularmente por los tabús que predominan tanto en la población como en las autoridades. "A pesar de que se han implementado medidas de prevención o de cuidado el tema de la sexualidad continúa siendo un tema tabú entre la población y las autoridades. Eso nos ha llevado a que el contagio del virus aumente”, afirmó Yareli Escudero, directora general de Pacientes en Acción.
Ciudad de México, 8 de febrero (SinEmbargo).- La falta de educación sexual en México y el tabú de la sociedad y las autoridades se han convertido en una barrera para la salud de niñas y adolescentes, por lo que se ha detonado el número de embarazos no planeados y enfermedades como el Virus del Papiloma Humano (VPH) exponen la falta de políticas públicas en materia de salud enfocada a esta población.
En opinión de algunos expertos entrevistados por SinEmbargo, la falta de orientación sexual que predomina en México se debe en gran medida a una serie de prejuicios que recaen en las poblaciones más jóvenes, particularmente en las niñas y adolescentes que se encuentran expuestas al VPH y al cáncer cervicouterino, que propicia la muerte de 12 mujeres al día.
“El problema del Virus del Papiloma Humano, que afecta sobre todo a las adolescentes mexicanas, tiene que ver con la poca cultura o la poca educación sexual que ellas tienen. A pesar de que se han implementado medidas de prevención o de cuidado el tema de la sexualidad continúa siendo un tema tabú entre la población y las autoridades. Eso nos ha llevado a que el contagio del virus aumente”, afirmó Yareli Escudero, directora general de Pacientes en Acción.
Hace algunos días durante la conmemoración del Día del Mundial contra el Cáncer –enfocado al cervicouterino en este 2019–, Leticia Rocha Zavaleta, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIbm) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que en los últimos años se incrementado la frecuencia del número de casos de niñas y adolescentes que padecen VPH. De acuerdo con la especialista la edad de las portadoras también ha disminuido, ya que se han ubicado casos en niñas de 12 años de edad.
Yareli Escudero, directora general de Pacientes en Acción, reconoce que el fenómeno tiene una relación con la ausencia de políticas públicas orientadas a la prevención, así como con el olvido de las instituciones de enfermedades como el cáncer.
“En general el tema de salud, no sólo en el tema del papiloma humano, ha sido descuidado por el Estado mexicano. Hace falta que los programas de salud se orienten a la prevención, una prevención que verdaderamente se aplique en la práctica y que se ofrezca a todos los grupos que requieran atención. Hoy por hoy se invierte mucho en diabetes y obesidad, porque son epidemias que están provocando muertes entre la población; sin embargo, hace falta que también se atiendan los tipos de cáncer. El virus del papiloma, por ejemplo, te obliga a tener un tratamiento por siempre y el Estado no está cubriendo este tipo de padecimientos, aunque se han hecho programas sólo benefician a algunas personas”, expuso.
Omar Cruz, ginecólogo de la Clínica de Colposcopia Fundación Cruz Talonia, afirma que el inicio de la edad sexual –muchas veces provocada por la falta de vigilancia e información de los adultos, y también relacionada con la necesidad de buscar oportunidades laborales– se ha convertido en una determinante de la enfermedad; sin embargo, la falta de aplicación de la información anticonceptiva también ha influido en esta tendencia.
“Las mujeres inician su vida sexual a edades más tempranas.; esto lo comprueba el hecho de que el 25 por ciento de las mujeres embarazadas son adolescentes. Sin embargo tenemos que reconocer que el problema se relaciona con cuestiones de educación sexual y libertad sexual. Las mujeres de antes también iniciaban su vida sexual jóvenes, sin embargo el número de parejas sexuales era menor. Tenemos más información, pero parece que no la aplicamos (…) El Gobierno federal, en particular, ofrece información, pero hace falta ser mucho más incisivos en ello”.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la edad promedio del inicio de la actividad sexual de las mujeres son los 17. 6 años; el instituto destaca que el número puede cambiar en función de la edad, la entidad y los usos y costumbres de cada comunidad.
En tanto, la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica 2009 (ENADID) planteó que la edad promedio en la que las mujeres comenzaban a tener relaciones sexuales era de 15.9 años y, en 2012, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut) destacó un aumento en el tercio de los adolescentes de entre 12 y 19 años, pasando del 17 por ciento en 2000 al 23 por ciento dos años más tarde.
El Consejo Nacional de Población (Conapo), con base a la ENADID 2009, destacó que aunque existen algunas variaciones en el tiempo, el inicio de la vida sexual en el país se encuentra estrechamente ligado con el inicio de la trayectoria reproductiva, por lo regular en el marco de la primera unión. Y aunque existe evidencia por la que se puede disociar la actividad sexual con la vida conyugal, ambos hechos siguen teniendo una relación cercana.
El Panorama de la Salud Reproductiva 2014 publicado por la Secretaría de Gobernación (Segob) estimaba que el 50 por ciento de las las nacidas entre 1965 y 1979 había experimentado su primer relación sexual a los 18.4 años, mientras que las nacidas entre 1980 y 1989 se habían iniciado a los 17.7 años. En todas las entidades federativas, el primer grupo de mujeres inició a una edad más temprana.
Las cifras –que varían entre los 15 y los 18 edad– indican que el inicio de la vida sexual de diferentes generaciones de mujeres ha oscilado en edades menores a la mayoría de edad y que la tendencia a iniciar la vida sexual cada vez mas temprano va a la alza.
Los expertos plantean que este indicador es el que está provocando el aumento de número de casos de enfermedades de transmisión sexual, específicamente del virus del papiloma –que tiene una incidencia de 624 casos, contabilizados en 2017 por la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud– y donde un 88 por ciento correspondían a las mujeres.
Yareli Escudero insiste en que el problema del inicio de una vida sexual en edades cada vez más pequeñas es el prejuicio, ya que este impide a los adolescentes reconocer la falta de conocimiento sobre cómo protegerse para prevenir enfermedades.
“Más allá de la educación sexual está el tabú. Los chavitos están teniendo relaciones sexuales sin saber qué es un relación sexual. Eso tiene que ver con la educación. Tienen conductas sexuales sin protección y además no pueden hablar con nadie porque su mamá o su papá los van a castigar, porque está estigmatizado o porque nadie se puede enterar. Anticonceptivos hay todos lo que quieras, pero nadie le enseña al niño cómo usarlo o que tenga la confianza de comentarlo con alguien”, expuso.
Sobre el VPH añade que los números no necesariamente son indicadores de un aumento de casos, si no de un aumento en el número de visitas al médico. “Tal vez los números siempre han sido los mismo; sin embargo, el que conozcamos más casos significa que ya hay quién pueda contabilizarlos y que ya se realizan más visitas al médico, porque la única forma de hacer estadística es que las niñas se estén atendiendo”, agregó la experta.
La Agenda Sectorial para la Educación Integral en Sexualidad 2016 –con énfasis en la prevención del embarazo en adolescentes–, de la Oficialía Mayor de la Secretaría de Educación Pública (SEP), plantea que el tema más tratado en educación sexual a nivel secundaria fue como prevenir el VIH, seguido de cómo protegerse para prevenir un embarazo, pero enfermedades como el VPH quedaron fuera de la agenda y el menos tratado fue el tema del placer.
EL PROBLEMA DE LA ANTICONCEPCIÓN
Los datos del Inegi destacan que 7 de cada 1 mujeres en edad fértil, que tuvieron su primera relación sexual a una edad menor de 20 años, no utilizaron método anticonceptivo. El 84. 5 por ciento de las mujeres que vivían en localidades menores a 2 mil 500 habitantes no hicieron efectivo su uso. La cifra se reduce al 64.7 por ciento en las comunidades con más de 2 mil 500 habitantes.
Por entidad federativa Chiapas, Zacatecas y Oaxaca son los estados que presentan mayor porcentaje de mujeres con su primera relación sexual durante la adolescencia y sin el uso de un método anticonceptivo, con 88 por ciento, 80.7 por ciento y 80.4, respectivamente.
Un 36.2 por ciento de las mujeres menores de 20 años que no usaron ningún método afirmó que no sabían dónde obtenerlos o cómo usarlo; 22.5 planteó que no planeaba tener relaciones y un 20.3 por ciento afirmó que buscaba embarazarse.
En el caso de las adolescentes sexualmente activas (las que habían tenido relaciones con un mes de anticipación a la entrevista) un 1.3 por ciento aseveraba que no conocía los anticonceptivos y el 39.7 no utilizaban.
En opinión de Escudero el problema de la falta de anticoncepción no se relaciona con la falta de información, si con la falta de orientación que reciben los jóvenes al iniciar su vida sexual:
“El problema no es la información si no la orientación. Hay anticonceptivos, hay información, pero no hay un puente de comprensión, ni un canal de orientación. La responsabilidad es de los núcleos familiares, desde ahí debe extenderse a al comunidad, incluyendo la comunidad escolar. Por supuesto también se le puede atribuir a la ausencia de programas sociales”, dijo.
A pesar de que las cifras destacan la disminución en la edad de iniciación para la vida sexual. Las cifras son positivas en lo que se refiere a la práctica de uso de anticonceptivos. Las cifras del Panorama de salud reproductiva subrayan que las mujeres entre los 15 y 19 años de edad aumentaron el uso de anticonceptivos en un 12.2 por ciento en el periodo que va del 2009 al 2014.
Asimismo, destacan que las mujeres con menor escolaridad fueron las que menos acceso tuvieron a los mecanismos. En el 2014 solo el 4.1 por ciento de las mujeres que reportaron haber tenido relaciones sexuales usaron un método anticonceptivo. Las de primaria incompleta se mantuvieron en 7.7 por ciento, las de primaria completa en 13.1 por ciento y las de secundaria y más 41.7 por ciento.
En este sentido, Omar Cruz, afirmó que aunque las condiciones económicas no son condiciones concluyentes de padecer o no enfermedades de transmisión sexual como el VPH, las mujeres con menos recursos económicos están sujetas a una mayor vulnerabilidad que aquellas que pueden pagar los tratamientos.
“Al virus del papiloma no le interesa el nivel socioeconómico, sin embargo, una persona que cuenta con mayores recursos tendrá mucha más facilidad para atender y evitar los problemas de gravedad. Si la paciente tiene que preocuparse por conseguir de comer, para ella y para sus hijas, deja en un segundo plano la salud. Además, muchas veces lo tratamientos que se utilizan son caros y por lo tanto poco costeables”, comentó.
RIESGOS OCASIONADOS POR EL VIRUS
No existe un número preciso de casos de VPH en adolescentes y niñas, tampoco de mortandad ocasionada por el virus, que generalmente sólo causa esta alerta cuando ya se ha convertido en cáncer cervicouterino. Según datos oficiales el cáncer de cuello uterino es la segunda causa de muerte entre las mujeres en México. Anualmente se estiman una ocurrencia de 13 mil 960 casos, con una incidencia de 23.3 casos por 100 mil mujeres.
En 2013, en el grupo específico de mujeres de 25 años y más, se registraron 3 mil 771 defunciones en mujeres con una tasa de 11.3 defunciones por 100 mil mujeres. Las entidades con mayor mortalidad por esta enfermedad son Morelos, Chiapas y Veracruz.
En muchas ocasiones el VPH puede no generar problemas de salud, pero al menos dos de ellos producen en 70 por ciento de los casos de cánceres cervicales, mientras que otros dos provocan verrugas vaginales. Además algunos de los papilomavirus pueden provocar otros tipos de cáncer: vulva, vaina, pene y ano.
Atender el problema del papiloma, sobre todo en niñas y adolescentes, es una acción urgente. Cruz acentuó que el tejido de las menores es mucho “más inmaduro” por lo que es mucho más factible que estas adquieran algún tipo de cáncer.
La acción primaria para prevenir que este continúe avanzando en cualquier grupo poblacional es la vacunación. No obstante, el médicamente continúa siendo siendo costoso.
Sobre el papiloma se ha insistido que esta es una enfermedad que requiere de una medicación continua, pero la ciencia ha trabajado para desarrollar alternativas al problema. Recientemente, Eva Ramón Gallegos, investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), logró eliminar 100 por ciento del VPH en 29 mujeres de la Ciudad de México, por lo que los científicos esperan que incrementen las experiencias de éxito con la enfermedad.