JAVIER MARÍN: EL DILEMA DE MATAR O VIVIR, EN BRONCE

08/02/2013 - 12:00 am

El artista está por cumplir tres décadas de producción. Busca un espacio en México para De 3 en 3, su más ambiciosa muestra escultórica cuya constante es la violencia. Apenas la desmontó del museo romano Testaccio

Foto: https://www.facebook.com/pages/Javier-Mar%C3%ADn-escultor/202418434982

Medusas petrificadas, rostros descarnados y llenos dolor, querubines en éxtasis y cuerpos envueltos en alambre de púas que simulan algún tipo de violencia. Estas son algunas frases que el escultor Javier Marín ha escuchado en todo el mundo sobre sus piezas. El artista vuelve su mirada sobre un par de piezas de resina poliéster y se pregunta: “Pero… ¿dónde está todo eso? ¡No lo sé! Todos ven cosas que no existen y es chistoso, porque entre lo que ve el artista y los demás hay historias totalmente distintas”, confiesa en entrevista para Sin Embargo MX.

Javier Marín (1962) suma este año tres décadas de trabajo artístico y hace sólo un par de semanas llegó de su viaje a Roma, donde expuso la muestra De 3 en 3, que incluye piezas aún no vistas en México y que intentará montar en algún museo capitalino, mientras se toma una pausa para crear nuevas piezas. Una de esas nuevas creaciones será el Jardín del Edén, donde aparecerán dos personajes de seis metros de altura, un hombre y una mujer, captados de la cintura hacia debajo, rodeados de árboles recortados con formas de animales.

El artista vuelve a sonreír pero ahora su mirada es la de un niño que se divierte con las formas que el público encuentra en sus piezas. Las rememora y mueve la cabeza mientras de sus labios se asoma la intención de una travesura consumada.

– ¿Qué hay entonces en las piezas de Javier Marín? – se le pregunta.

– ¡Contrastes! Aunque debo decir que mis preocupaciones siguen siendo las mismas de siempre.

Foto: http://javiermarin.com.mx

¿Preocupaciones?

Sí, las mismas que todos los seres humanos tenemos: entender quiénes somos, dónde estamos parados, tratar de entendernos; quién soy, por qué estoy aquí, por qué hago lo que hago, qué va a suceder… Tratar de entender cómo estamos hechos y cuán racionales, emotivos, físicos o espirituales somos.

— Hablas de preocupaciones, pero ¿qué temas contemporáneos te ocupan?

—Me interesa el devenir de las cosas y tratar de entender por qué suceden, entender el gran mecanismo en el que estamos inmersos, el gran juego del que formamos parte, e intentar entender las reglas para jugarlo y estar bien dentro de esa maquinaria gigante. ¿Preocupaciones cotidianas? Hay miles: la injusticia, la desigualdad y todo lo que quieras.

El artista ha participado en casi 70 exposiciones individuales y 200 colectivas en México, Estados Unidos, Canadá y varios países de Centroamérica, Sudamérica, Asia y Europa.

De pronto su mirada se apoya en el rostro suplicante de una escultura de mediano formato. La observa y reconoce que cada pieza es como un hijo. “Aunque en el fondo todas son autorretratos que tienen que ver con mis obsesiones y mi propia visión del ser humano en general. Quiero creer que en cada pieza me aproximo a lo que necesito ver, a esa idea que está en mi cabeza y que no puedo expresar”, relata en su estudio ubicado en la colonia Roma.

Foto: http://javiermarin.com.mx

RAZA UNIVERSAL

Cuando Marín trabaja en cualquier pieza, reconoce  que cae en un trance. Entonces en automático comienza a materializar la forma. “Pero ese trabajo sólo se sostiene mientras dura la emoción que quedará en la pieza, pues nunca me planteo si voy a hablar del egoísmo o de la maldad en el ser humano”.

— Se dice que tus piezas son muy similares, ¿en el fondo hablas de que somos iguales? – se le pregunta al artista. Entonces el artista hace una pausa, asiente y sonríe a manera de disculpa.

— Me encanta que lo digas así, me gusta la idea. Pienso que hay muchos puntos de identificación y cualquier persona que vea mi trabajo va a tener muchas asociaciones con lo que pienso, como el tema de la igualdad o de las diferencias físicas.

“De pronto el modelo físico que he creado a través del tiempo tiene que ver con características de muchas razas. Y a lo mejor es un poco hablar de una raza universal donde no existen diferencias y no se categoriza dependiendo del tipo físico. Quizá por eso tengo la necesidad de crear un modelo donde convergen tantos tipos raciales”, reconoce.

Foto: https://www.facebook.com/pages/Javier-Mar%C3%ADn-escultor/202418434982

– Cualquier persona que conozca La Gioconda podría aventurar en tus esculturas la misma expresión enigmática, ¿o no? – se le comenta al escultor que en sus inicios trabajó el grabado y la escultura en barro. Hace un silencio y parece que no le atrapa esa idea.

– Me da lo mismo porque al final lo que más me encanta es el personaje; la obra es muy difícil verla, yo la veo como ícono pero no sé, prefiero pensar en Leonardo que en La Gioconda.

Pero lo que sí disfruta es que el público asocie su obra al arte clásico. “Esa es una forma de enganchar a la gente. Todo mundo tiene en su concepto de escultura algo parecido a mis formatos y eso me gusta aunque no ha sido intencional”, cuenta.

MATAR Y VIVIR, VIVIR Y MATAR

Una de las piezas que forma parte de la muestra De 3 en 3 –la  cual ya fue expuesta en Francia, Bruselas, Luxemburgo y que cerró el pasado 2 de febrero en el Museo d’Arte Contemporanea Roma (MACRO Testaccio), en la Piazza del Pincio –, está hecha con carne seca y resina poliéster.

La pieza aglutina siete cabezas que llevan en la frente una letra grabada, donde se puede leer la palabra: MATARÁS; y en la nuca llevan otra serie de letras que dicen: VIVIRÁS.

Foto: https://www.facebook.com/pages/Javier-Mar%C3%ADn-escultor/202418434982

¿Qué significado tiene ese mensaje que alude a la violencia?

– Cada cabeza tiene una letra y habla de esa ley de vida que es matar para vivir, alimentarte de otro ser vivo. Es una reflexión sobre esta gran maquinaria de crear a otros animales para comerlos.

— Esas siete cabezas que muestran las palabras “Matarás” y “Vivirás” hoy podrían tener otro significado en México, ¿pensaste el mensaje con cierta intención?

— Es una provocación para que reflexionemos sobre nuestra propia naturaleza. Sentencias como “no matarás”, pueden ser totalmente ambiguas. ¿No matar?, ¿en qué sentido? Porque matamos todos los días y lo hacemos con lo que nos comemos, e indirectamente dentro de un sistema gigante que nos rige como humanidad y que tiene que ver con matar para vivir: como las guerras y ese sistema despiadado donde matamos para existir.

En su opinión, matamos porque está dentro de nuestra naturaleza y el que no lo hace no vive; aunque esto no significa si se trata de algo bueno o malo en todos los casos porque entonces estaríamos negando nuestra propia naturaleza y viviendo una frustración absoluta, una situación equivocada todos los días de nuestra vida.

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—Hice pocas con amaranto, pero me encanta hallar esos contrastes de los que hablaba. ¿Con qué mezclar resina poliéster, que es un material nuevo, sintético y de uso industrial?, ¿con qué mezclarlo para lograr una liga medio conflictiva y extrema? Entonces elegí el amaranto como material orgánico y sobre todo como material ritual de los aztecas, quienes hacían esculturas con amaranto.

Ellos  hacían bolitas de amaranto y las mezclaban con miel y sangre para hacer ídolos gigantes para sus ceremonias, luego se los comían en un ritual de comunión.

—¿Por qué has apostado por la monumentalidad?

—Es una necesidad y un experimento porque no es lo mismo hablar con un susurro que pegar un grito.

Javier Marín mira una vez más un busto que está colocado en la sala de su estudio. “¿En verdad te parece una medusa?, pregunta con cierta duda. “Más bien es como una estatua de piedra inspirada en la fábula de La bufa y el pastor”, se le responde. Entonces Javier Marín vuelve a sonreír y se convierte de nuevo en un niño que quiere saberlo todo porque sabe que ha cometido una nueva travesura.

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