José Ángel Beltrán Rentería, compañero en el Cobaes de Aida Rodríguez, relata que su compañera temía por su vida Él estuvo con ella durante el proceso de solicitud para cambiar de plantel. Aida también se dirigió a la dirección general del Cobaes y tocó las puertas del sindicato.
Jesús Muñoz, el encargado de conflictos en la Sección 53, le dijo: “Sólo Dios te puede ayudar”.
Por José Alfredo Beltrán
Sinaloa/Ciudad de México, 7 de noviembre (Noroeste/SinEmbargo).– Fue José Ángel Beltrán Rentería, compañero en el Cobaes, quien ayudó a su amiga Aída Rodríguez Campaña a solicitar un cambio de adscripción de plantel. La razón: temía por su vida. Y ella iba y venía a la sindicatura Villa Adolfo López Mateos, conocida como El Tamarindo, para impartir clases en el plantel número 28.
Juntos hicieron el trámite en una plataforma interna del Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa. “Asuntos personales”, pusieron en el casillero del motivo de la petición. Aunque de esos “asuntos personales” ya estaban enterados a plenitud, a decir del maestro José Ángel, directivos del Cobaes y del propio Sindicato, el SNTE 53.
Nadie hizo eco de la solicitud de una mujer que era amenazada de muerte.
La encontraron muerta, el lunes 5 de noviembre, en un paraje del poblado Guamuchilera, en Mocorito.
Aída tenía discusiones con su ex pareja, según contaron familiares. Una de sus hermanas, María Cristina, relató que Aida estaba tensa, tras discutir con su ex marido.
José Ángel, su amigo, estalló de impotencia al asegurar que la tragedia pudo haberse evitado.
En entrevista con Noroeste narra detalles sobre cómo se pidió el auxilio a autoridades de Cobaes y del sindicato.
“Nosotros acudimos a las instancias correspondientes con las personas correspondientes, en este caso era Jesús Pérez y Gerónimo Torrero (directivos de Cobaes) que son los que se encargan prácticamente de ver los espacios que hay en cuanto a la plantilla en el Estado.
–¿Estamos hablando del sindicato?
–Estamos hablando de oficinas generales, de la parte patronal; nosotros fuimos en agosto, tocamos la puerta porque la maestra en su desesperación, en buscar ayuda, me dijo, a mí me conocía perfectamente, y como era el momento preciso, estábamos al inicio de semestre del ciclo escolar, cuando se hacen los cambios de adscripción.
“Es el momento”, nosotros sabíamos que había 30 horas en el Cobaes 24 (de Culiacán), de Metodología, de hecho pueden checarlo en las oficinas generales, es información que es verídica, ahí está el plantel. Acaba de entrar una maestra nueva (a dar esas clases), nosotros le dijimos, antes de que entrara esta maestra, que había ese espacio, que la maestra se podía venir de El Tamarindo, del otro plantel en el que estaba para Culiacán.
-¿La maestra pidió el cambio de adscripción?
-Pidió el cambio de adscripción, lo hizo mediante plataforma, nosotros le ayudamos, en la plataforma puso que eran asuntos personales, pero a Jesús Pérez, nosotros le dijimos el peligro en que estaba la maestra y la causa.
-¿Ellos conocían detalles?
-Así es, ellos conocen detalles, igual Torrero, ahora Jesús Pérez me dice que quieren implementar protocolos en casos parecidos en un futuro, sí, pero cuando pudieron hacer algo no lo hicieron, ¿por qué, por qué?
-¿Las autoridades del Cobaes sabían del peligro en que se encontraban la maestra?
-Sí sabían, las autoridades del Cobaes, las que te mencioné sabían porque yo en lo personal se los dije; en los planteles también sabían donde laboraba ella, porque hasta ahí se daban algunos hechos.
-¿Qué tipo de hechos, puedes describirlos?
-Mira, hay una averiguación previa, ahorita hay una carpeta de investigación y es muy, muy punto y aparte lo que yo te puedo decir ahorita, pero había amenazas de muerte hacia la maestra.
-¿De la ex pareja, concretamente?
-Pues las redes dicen eso.
-¿Tu concluyes que hubo una omisión?
-Aquí nuestro malestar principalmente fue porque no se escuchó a una maestra que necesitaba ser escuchada, ¿que necesitan los maestros, para que les hagan caso?, que crean en las situaciones en que nos encontramos, aquí en realidad, hay omisión de acción, las autoridades están para ver por la situación de los maestros en especial; entonces no podemos decir que se hizo todo, no podemos decir que estamos con la familia doliente porque no lo estuvimos cuando se nos requirió, no podemos ser hipócritas en ese sentido.
Aída, añade Beltrán Rentería, no nomás tocó las puertas de oficinas generales del Cobaes.
“También tocó las puertas del sindicato, ella la maestra fue con Jesús Muñoz, que es el encargado de conflictos en la Sección 53, y Jesús le dijo ‘sólo Dios te puede ayudar’”.
-¿Quiere decir que no se escuchó este grito?
-No se escuchó, no se escuchó, como no se escuchan muchas de las necesidades de los maestros
Y si realmente tienen vergüenza renuncien a sus puestos, que no saben realizar la función humana, humana, principalmente, ¡es mucha la impotencia!
Aída, la maestra del Cobaes que no fue escuchada, dejó una niña, de apenas 7 años, en la orfandad…