Lise Meitner: la otra cara de la fisión

07/11/2013 - 12:01 am

Lise_Meitner_564x824

Durante los primeros días de 1939, Niels Bohr, físico danés y uno de los pioneros del moderno modelo atómico, se encontraba recorriendo varias universidades e institutos de Estados Unidos, previo a una conferencia sobre física teórica en la ciudad de Washington. Bohr se dirigió a la Universidad de Columbia para entrevistarse con el recién contratado Enrico Fermi, a la postre “padre de la bomba atómica”. Al no encontrarlo en su oficina, bajó al área de laboratorios donde reconoció al estudiante de doctorado Herber L. Anderson, a quien tomó del hombro y le dijo “joven, déjeme explicarle algo nuevo y excitante sobre la física”. Bohr era, entre otras cosas, el portavoz de una de las noticias más importantes de los últimos años.

Cuatro años atrás, en Alemania, un grupo de científicos encabezados por el químico Otto Hahn y la física Lise Meitner, realizaban una serie de experimentos encaminados a entender cómo se daba la captura de neutrones por parte de núcleos atómicos de algunos elementos. Para esos años, además, era sabido que ciertos átomos pesados –como el uranio– podían ser convertidos en otros elementos cuando eran bombardeados por neutrones, produciendo cantidades considerables de energía en el proceso. Sin embargo, el fenómeno estaba lejos de ser completamente entendido.

Lise Meitner nació en Austria, fue alumna del eminente físico Ludwing Boltzmann y se convirtió en la segunda mujer en obtener un doctorado por la Universidad de Viena en 1905. Con el apoyo de su padre, viajó a Berlín donde asistió a los cursos de otra figura científica, Max Planck, quien por primera vez permitía el ingreso de una mujer a sus clases.

Desde sus primeros años en Berlín, trabajó estrechamente con Otto Hahn: Meitner se encargaba de las cuestiones físicas y teóricas del problema, mientras éste trabajaba en la química de los experimentos. Ambos formaron uno de los grupos más influyentes y productivos en el recién creado Kaiser-Wilhelm-Institut, donde Lise trabajó sin salario hasta 1913 cuando fue contratada como profesora asociada, con una posición permanente. Al poco tiempo, Meitner fue la primera mujer alemana en ser nombrada profesora de tiempo completo de Física en la Universidad de Berlín.

Después del descubrimiento del neutrón en los primero años de la década de 1930, diversos grupos de investigación en el mundo comenzaron una carrera por crear elementos más pesados que el uranio, mediante el bombardeo con neutrones. Hahn y Meitner trabajaban en esto; sin embargo, el destino deparaba caminos diferentes para ambos: Hitler llegó al poder en 1933 mientras ella era directora del Instituto de Química, pero a diferencia de Otto, tenía orígenes judíos y fue obligada a abandonar Alemania en julio de 1938, justo a la mitad de la investigación.

Hahn y su estudiante Fritz Strassmann continuaron con los experimentos y para finales de ese año tenían resultados suficientes para confirmar que el núcleo de uranio bombardeado se había dividido, creando bario y criptón, liberando varios neutrones y una gran cantidad de energía. Sin embargo, inseguros de su conclusión, consultaron a Meitner quien estaba en Suecia como refugiada.  El 19 de diciembre de ese 1938, Lise recibió una carta de Hahn donde describía sus resultados. Meitner reconoció que la famosa ecuación de Einstein, E=mc2, explicaba la tremenda cantidad de energía entregada por la reacción, mediante la conversión de masa en energía, algo jamás visto en otros estudios atómicos.

Meitner y su sobrino Otto R. Frisch (físico y también refugiado en Suecia), describieron teóricamente lo hecho por Hahn y de paso reprodujeron sus experimentos. Frisch sugirió el término “fisión nuclear” para el proceso, en analogía con el mecanismo que desarrollan las células durante su división, la llamada “fisión binaria”. Dadas las cuestiones políticas y la situación de refugiada de Meitner, los resultados experimentales y teóricos fuero publicados independientemente en diciembre de 1938 por las parejas Hahn-Strassmann y Meitner-Frisch, los primeros en la revista alemana Naturwissenschaften y los segundos en la inglesa Nature.

Meitner vislumbró desde un inicio una posible “reacción en cadena” para la fisión del núcleo, algo que a la postre llevaría su aplicación hacia las armas atómicas. Esto llevó a un gran número de científicos a reconocer lo peligroso del descubrimiento, sumando además que mucho del conocimiento al respecto se encontraba en la Alemania nazi. En Estados Unidos, la intervención de Einstein en el asunto desembocó en la creación del Proyecto Manhattan y la construcción de las bombas atómicas lanzadas en Japón en 1945 y que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial.

Aún cuando Lise Meitner trabajó durante mucho tiempo al lado de Otto Hanh, fue líder intelectual del proyecto (según palabras de Fritz Strassmann) y los artículos científicos fueron publicados casi simultáneamente, el comité del Premio Nobel otorgó sólo a Hahn el galardón de Química de 1944.

Lise Meitner siempre se opuso al desarrollo de la bomba atómica y se caracterizó por un gran altruismo y sensibilidad, sobre todo con los afectados de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Recibió una gran cantidad de premios académicos, se convirtió en ciudadana sueca y se retiró a Inglaterra en 1960. Murió el 27 de octubre de 1968, a los 89 años. Su sobrino Otto R. Frisch compuso el epitafio de su tumba: “Lise Meitner: una física que nunca perdió su humanidad”.

 

Vicente Hernández

Twitter: @naricesdetycho

Vicente Hernández
Astrónomo y divulgador de la ciencia
en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas