Entre los 25 países más habitados a nivel global, México se ubicó como el que más consume bebidas azucaradas, con un promedio de 8.9 porciones a la semana, seguido de Etiopía, con 7.1, Estados Unidos, con 4.9 y Nigeria, también con 4.9 porciones.
Ciudad de México, 7 de octubre (SinEmbargo).– El consumo de bebidas azucaradas –incluidos refrescos– entre adultos creció un 16 por ciento entre 1990 y 2018, reveló un estudio realizado por una universidad estadounidense, pero la diferencia entre regiones es bastante amplia. A pesar de ello, México se colocó como el principal consumidor de este tipo de bebidas en el mundo, dentro de los países más poblados.
El estudio, realizado por una decena de expertos de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de Nutrición de la Universidad de Tufts en Boston, y publicado esta semana en la prestigiosa revista Nature, añade un tono positivo al dato principal: el consumo general del mundo se desaceleró en el periodo 2005-2018 comparado con el de 1990-2005.
Los autores indicaron que para 2018, el consumo global de bebidas azucaradas –bebidas leves, energéticas, refrescos, jugos, ponches, limonadas y "aguas frescas"– era de 2.7 porciones cada semana en promedio. Sin embargo, la región importa: en el sureste asiático, el consumo semanal va del 0.5 a las 1.1 porciones. En América Latina y el Caribe, sube hasta 7.1 a 8.6 porciones a la semana, es decir, al menos una bebida al día.
Entre los 25 países más habitados a nivel global, México se ubicó como el que más consume bebidas azucaradas, con un promedio de 8.9 porciones a la semana, seguido de Etiopía, con 7.1, Estados Unidos, con 4.9 y Nigeria, también con 4.9 porciones. India, China y Bangladesh se ubicaron como los que menos consumen, con 0.2 porciones por semana.
El estudio reconoce que aplicar impuestos a estas bebidas es una medida efectiva, ya que, por ejemplo, en el caso de México, donde se impusieron estas medidas en 2014, la caída de compras de estos productos se redujo 8.2 por ciento en los dos años siguientes a la implementación del costo extra, "con una caída más marcada en los grupos socioeconómicos más bajos".
Pero el problema subsiste: el estudio detalla que México es además el rey del consumo de bebidas azucaradas en la franja de edad de los 20 a los 39 años, con 11 porciones a la semana, seguido de nuevo, aunque lejos, por Etiopía, con 7.8 porciones semanales. El índice más bajo es de 0.1, presente en la franja de mayores de 60 años en China, India y Bangladesh.
El consumo de estas bebidas, concluyen los autores, fue mayor en las casi tres décadas estudiadas en hombres que en mujeres, en jóvenes frente a mayores, con mayor nivel de educación que en los menos educados y en adultos urbanos frente a rurales, desafiando prejuicios.
"Nos sorprendieron las amplias variaciones por regiones del mundo en 2018; que América Latina y el Caribe tuvieron las mayores ingestas en todos los momentos a pesar de una disminución general con el tiempo; y que el África subsahariana tuvo los mayores aumentos en todos los momentos", señala la primera autora Laura Lara-Castor, candidata a doctorado en el programa de Epidemiología de Nutrición y Ciencia de Datos de la Escuela Friedman.
"Estos resultados sugieren que se necesita más trabajo, especialmente en torno a intervenciones exitosas como regulaciones de comercialización, etiquetado de alimentos e impuestos a los refrescos", agregó.
MÉXICO, EL PROBLEMA DEL SODIO
Apenas la semana pasada, diversas organizaciones alertaron sobre el consumo excesivo de sodio en México, el cual está relacionado con aumento de la presión arterial, la cual antecede el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, según han evidenciado estudios al respecto, por lo que hicieron un llamado a impulsar una ley que obligue a la industria alimenticia a reducir este aditivo de los productos procesados y ultraprocesados.
En el marco de la entrada en vigor de la segunda fase del etiquetado frontal de advertencia en México, el próximo mes de octubre, académicos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y de la Alianza por la Salud Alimentaria presentaron diversos estudios que sustentan las consecuencias negativas de ingesta excesiva de sodio.
Durante una conferencia de prensa, que tuvo lugar este miércoles 27 de septiembre, representantes de dichas organizaciones explicaron que de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), gran parte de la población en México supera el consumo de sodio recomendado, que es de máximo dos gramos al día en adultos, lo equivalente a cinco gramos de sal, lo que es un factor para desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Mientras que en la población infantil y adolescente el consumo de sodio, según datos publicados por la OMS, debe minimizarse más, ya que en niños de cinco a 12 años, éste debería ser de máximo un gramo de sodio, equivalente a 2.5 gramos de sal, y entre jóvenes de 12 a 18 años de edad, la ingesta de ese aditivo debería ser de 1.5 gramos, 3.8 gramos de sal.
“Las poblaciones del mundo entero consumen alimentos más ricos en energía que contienen muchas grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcar y sal. Esta última es la fuente principal de sodio, cuyo crecido consumo se asocia a la hipertensión y a un mayor riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares”, destacó la OMS.
A través de una hoja informativa, la Alianza por la Salud Alimentaria refirió dos estudios publicados por por el Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), Ingesta dietética de sodio y potasio: datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de México 2016 e Ingesta dietética contemporánea: demasiado sodio, poco potasio, pero suficiente yodo: resultados de la cohorte SALMEX, que dan cuenta del elevado consumo de sodio en México.
Estos estudios revelaron que la ingesta de sodio en niños mexicanos de entre cinco y 12 años de edad, es de alrededor de 2.8 gramos de sodio al día, unos 7.1 gramos de sal; los adolescentes de 12 a 18 años de edad, estarían consumiendo 3.7 gramos de sodio diariamente, aproximadamente 9.4 gramos de sal; y entre los adultos de 18 años en adelante, la ingesta es de 3.1 gramos de sodio al día, alrededor de 7.8 gramos de sal.