Patrick Mouratoglou, el hombre que cambió el rumbo de Serena Williams hasta convertirla en la mejor del mundo

07/09/2013 - 12:00 am
Foto: Twitter
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Ciudad de México, 7 de septiembre (SinEmbargo).– Serena Williams tiene un departamento en París. Su amor por la capital francesa es conocido mundialmente. Roland Garros, el Grand Slam de polvo de ladrillo, es un emblema histórico del tenis con su constante capacidad de asombrar a propios y extraños. En pleno verano europeo, la mejor del mundo disfruta el panorama mientras intenta ganar. En 2012, el duro revés de perder en primera ronda con Virginie Razzano, 111 en el ranking, la devastó anímicamente. Impulsada por su manera de ser, buscó un lugar para entrenarse. Una academia de tenis a las afueras de París, sin saberlo, le cambiaría el rumbo.

Patrick Mouratoglou tiene 42 años  y un amor incorruptible por el deporte blanco. Hijo de un prominente empresario griego, se hizo cargo de la compañía energética de la familia, una de las firmas más importantes del país. Durante siete años no tocó una raqueta mientras su sueño de convertirse en tenista iba claudicando entre el confort de su día rutinario. La obligación hereditaria de manejar cuentas, despidos y un montón de contratos le iban apaciguando la pasión que aún mantenía en su interior. De pronto, un día como cualquier otro, decidió escuchar a la única voz que le pedía continuar con lo inicialmente pactado.

Risueño, de conversación fácil y mirada analítica, se plantó ante su padre para informarle que necesitaba la pasión de antaño. Con cartera abierta, se dio el lujo de volver a iniciar respetando su ideología. Consciente de la realidad, debido a su edad, dejó de lado los sueños de jugador profesional enfocándose más a la tarea de enseñar. La Mouratoglou Academy abrió sus puertas para adiestrar jóvenes talentos con los sueños intactos, como él, cuando era joven. Pero la ilusión de Patrick iba mucho más allá de ser un simple instructor.

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“Cuando les dije a mis amigos que quería convertirme en el mejor entrenador del mundo y ganar Grand Slams con los jugadores, ellos me decían que estaba loco, que no sabía nada. Lo cual era cierto”, declaró en una entrevista que le hizo recientemente Usa Today. Serena Williams se topó con su clínica el año pasado por una serie de recomendaciones. A partir de ahí, todo ha cambiado. Patrick se ha convertido en el entrenador que ha sabido canalizar la furia de una personalidad excéntrica. El talento de Williams ha sido dirigido por el francés de origen griego generando el mejor tenis de su carrera.

Una racha de 95-5 después del repentino revés prematuro en Francia, es el resultado del asesoramiento de Mouratoglou, la mejor de sus 17 años de carrera. Wimbledon, medalla de Oro olímpica, el US Open y el Roland Garros de este año entraron en el palmarés de Serena mientras en las celebraciones se le veía abrazada a su nuevo coach. “Es una relación abierta. Es muy dinámica nuestra manera de comunicarnos. Creo que eso lo hace ser especial al resto”, lo describe la estadounidense que ha sido capaz de sacar lo mejor de sí. Nadie duda, ni en su entorno familiar, que él es la principal causa.

Tras coronarse en París el pasado verano, Williams habló ante el micrófono en un francés fluido con perfecta entonación. Patrick le ha ayudado en su eterno enamoramiento con la capital gala perfeccionando el idioma, mientras ella le ha enseñado a comer comida rápida en coches debido a la vida ajetreada de un atleta profesional. Fuera de las canchas, innumerables paparazzi han repartido fotos de ellos abrazados caminando placenteramente por alguna calle. Él, padre de tres hijos en pleno proceso de divorcio, niega cualquier vínculo amoroso. Ella, sigue con su paso firme en la actual edición de Abierto de los Estados Unidos, con la mirada atenta de Patrick, mientras los fotógrafos intentan cazar una imagen que se pueda vender.

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