Parcial y subjetivo | Ese enorme cronopio

07/09/2012 - 9:30 am
Foto: Wikimedia commons

La semana pasada celebramos un nuevo cumpleaños de Julio Cortázar. Entre muchas cosas, llama la atención que, a casi tres décadas de su muerte, se siga hablando de él como si estuviera vivo. Esto puede deberse a múltiples razones. Entre ellas, que en vida fue generoso y abierto, defensor de las causas justas y gran amigo de sus amigos, que eran muchos. También, el que su literatura conserva una frescura que parece no anquilosarse con el paso del tiempo. Pese a que se ha convertido en un referente común, no está lastrada por el peso de lo clásico; mucho menos es un divertimento cualquiera aunque, a ratos, bien podría parecerlo.

Mencionar libros suyos es como pretender elegir una sola cuenta de un collar enorme o caer en el lugar común de escoger las piedras más vistosas. Sin embargo, hacerlo es inevitable cuando su nombre sale a relucir en pláticas y se le dedica la velada. Sobre todo, porque su literatura es variada y camaleónica. Es sencillo encontrar cuentos magistrales cerca de complejos ensayos políticos, pasando por una poesía que tiene ritmo de canción o por experimentos narrativos que aún no encuentran su justo balance. Así, opto por un ejercicio casi azaroso. En él incluyo desde sus libros más famosos hasta otros más difíciles de conseguir. Trato con un par de cuentos aislados y llego hasta el divertimento. Lo hago en la conciencia de que cualquier listado se defendería por sí mismo. Además, me doy el lujo de incluir textos que, durante años, han operado en mi ánimo de tan diversas formas que no puedo sino agradecerlo.

 

Un tal Lucas

No es un libro de cuentos y tampoco una novela. Está conformado por una serie de relatos que dan cuenta de las vivencias de un sujeto llamado Lucas. Sin embargo, no existe continuidad narrativa ni avance temporal. Son viñetas o instantáneas de lo que le sucede a este personaje peculiar. Sería fácil describirlo como un cronopio pero no es justo hacerlo del todo. Más que nada, por la ambigua definición de estos seres verduzcos. Así, sin la necesidad de encasillarlo, se puede decir que Lucas es alguien a quien le pasa la vida sin que él esté del todo prevenido. Además, está cargado con una idiosincrasia tan peculiar que uno no puede sino lanzar carcajadas a lo largo de todo el libro. De ahí que, de pronto, podamos encontrarlo en pijama, a la salida de un hospital, a la espera de conseguir el dinero suficiente para pagar el pasaje de regreso a su casa, donde lo esperan porque hace horas bajó a comprar cerillos.

…………………………………………………………………………………………………………….

El perseguidor

La afición de Cortázar por el jazz es bien conocida. Incluso llegó a trabajar como crítico durante alguna temporada. Más allá de su conocimiento del particular, se enfrentaba a un enorme problema: la de transferir los registros musicales a las palabras. Lo consiguió en su cuento más largo. En él narra los últimos meses en la vida de uno de los más grandes jazzmen de la historia: Johnny Carter. Su prodigiosa capacidad para hacer música contrastaba con todos los demonios internos con lo que solía luchar. Su obsesión por el tiempo es lo más evidente dentro de una mente capaz de llegar a lo sublime para hundirse de inmediato. De este periodo aciago en el que Johnny se descubre incapaz de alcanzar ese algo tan intangible como necesario para su vida, da cuenta Bruno, su amigo y antiguo biógrafo. Con este cuento Cortázar consigue acercar a sus lectores a la genialidad creativa para lo cual la desmitifica, entregando a un personaje complejo que exige confrontaciones.

…………………………………………………………………………………………………………….

Rayuela

Mucho es lo que se ha dicho de esta novela. Existen estudios en torno a las diferentes formas que existen para leerlas, hay quien gusta de citar capítulos en medio de conversaciones triviales e, incluso, fanáticos que buscan seguir los pasos de Oliveira por París. Sin embargo, no es la trama ni la compleja propuesta formal lo más poderoso dentro de Rayuela. Es cierto, la historia avanza en dos (o tres momentos) narrativos. Lo hace a partir de un esquema novedoso que permite una multiplicidad de lecturas. Pero, más allá de eso, existe un elaborado tratamiento de la psicología de los personajes. Conocerlos es comprender las razones por las que están dispuestos a hacer determinadas cosas, es entender su momento histórico, su mundo, sus inquietudes y las razones de sus diálogos. Más aún, en esta novela Cortázar nos permite experimentar emociones a una intensidad máxima. Tal vez por ello estén los que insisten con determinados capítulos. En ellos resulta imposible no enfrentarse a la sorpresa.

…………………………………………………………………………………………………………….

Vientos alisios

Una de las características más notorias de los cuentos de Cortázar es el juego que establece con el límite. Desde sus cuentos tempranos es fácil descubrir cómo le gustaba experimentar con diferentes planos de realidad, en los que personajes y lector, de pronto, descubren que nada es como habían creído hasta el momento. La noche boca arriba, Continuidad de los parques o La salud de los enfermos son los ejemplos más emblemáticos. Incluso hay cursos que se imparten a lectores obsesivos que buscan en qué lugar se encuentra el punto de quiebre, el vórtice donde todo cambia. La clave de estos cuentos es que no existe tal lugar. Todas las palabras están orientadas para que el milagro suceda. Vientos alisios no es la excepción. Si acaso, la diferencia está en la madurez de los personajes, en un ligero tono de ambigüedad cuya respuesta, como siempre, está en las palabras. Además, este cuento no es tan conocido como los antes mencionados.

…………………………………………………………………………………………………………….

Algunos pameos y otros prosemas

Los amantes de las clasificaciones no dudarían a la hora de señalar a Cortázar como un narrador y, en cierto sentido, no estarán tan errados. Sin embargo, a la hora en que busquen clasificar algunos de sus libros empezarán los problemas. De pronto se enfrentarán con textos híbridos, donde los géneros se acompañan y se funden (incluso se toparán con fotografías y dibujos). Algunos pameos y otros prosemas no es tan extremo. Pero sirve para refutar a los clasificadores: es un libro de poesía casi por completo. Ahí se pueden encontrar poemas de ésos que gusta la juventud: atormentados, insumisos, seductores. Sin lugar a dudas, un libro clave para ampliar el referente que nos ha significado el autor.

 

De nueva cuenta me he quedado corto. La lista bien pudo incluir el cómic escrito por Cortázar, los libros a cuatro manos con la colaboración de artistas visuales, su enorme correspondencia e, incluso, las letras de tango que compuso. La obra de Julio Cortázar es tan extensa que es difícil que no haya rozado la vida de los lectores de las últimas décadas. Eso no impide, por supuesto, que cada uno elija sus textos predilectos. Discutir sobre quién tendrá la razón puede ser un interesante ejercicio argumentativo. Pero no hay una sola respuesta válida. Si acaso, se podrá coincidir en el enorme compromiso que emana cada una de las palabras que escribió. Como si estuviera consciente de que, en ellas, depositaba una buena parte de sí. Desde entonces y para siempre.

Jorge Alberto Gudiño Hernández
Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.
en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas