México, 7 Jun. (Notimex).- La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) informó que ocho ejemplares de fauna en peligro de extinción, pertenecientes a diferentes especies fueron rescatados o liberados en su hábitat natural.
Las citadas especies, que fueron rescatadas gracias a denuncias ciudadanas, se entregaron para su cuidado, alimentación y custodia a una Unidad de Manejo Ambiental (UMA) debidamente acreditada, de acuerdo con un comunicado de la dependencia federal.
En el municipio de Jesús María, en Aguascalientes, inspectores de la Profepa en esa entidad rescataron un águila que días antes había llegado a una casa particular.
Como se encontraba en malas condiciones de salud, el dueño de la casa pudo atraparla para curarla y después dio parte a la procuraduría, por lo que el ejemplar fue recogido y entregado al Centro de Educación Ambiental y Recreativo Rodolfo Landeros Gallegos, donde quedó en resguardo legal para su valoración y atención.
En tanto, el área de Ecología de la Administración Portuaria Integral de Ensenada, Baja California, reportó a la Profepa un halcón bebé, de la especie peregrino, con algunas heridas en sus alas, por lo que no podía volar.
Luego de recuperarlo, el halcón fue trasladado al Parque del Niño, en el Valle de Guadalupe, donde los veterinarios lo están cuidando y atendiendo de sus lesiones.
Mientras en la Sierra de Hormiga, del municipio de Aldama, Chihuahua, fue reintroducido a su hábitat natural un gato montés, macho, juvenil, en buen estado físico, que había sido asegurado por bomberos de la capital cuando merodeaba en inmediaciones de la colonia Mármol.
En respuesta a reportes ciudadanos, en el tianguis Mariano Otero, ubicado en el municipio de Zapopan, Jalisco, se encontraron dos aves: un perico atolero y una guacamaya verde, cuya legítima procedencia no pudo ser acreditada.
En Quintana Roo fueron rescatados tres ejemplares de fauna silvestre: un oso hormiguero, una boa constrictor y una zorrita gris, expuso la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
Los dos primeros fueron enviados al Centro para la Conservación e Investigación de la Vida Silvestre (CIVS) existente en San Felipe Bacalar, donde están siendo evaluados para determinar si son o no liberados a su hábitat natural.
En tanto que la zorrita fue llevada a una Unidad de Manejo Ambiental (UMA) para su resguardo y atención, en virtud de que no estaba apta para valerse por sí misma y ser reinsertada a la naturaleza.
