Améxica es el título con el que la revista Time tituló su reportaje sobre la conformación de una nueva entidad en Estados Unidos. Hablaba en el año 2000 de los mexicanos que vivían en los Estados Unidos y cómo una nación que no era ni México ni Estados Unidos estaba en gestación. Básicamente, esa nueva entidad estaba en los estados fronterizos del Río Bravo.

Hoy en día, con los últimos resultados dados por el Censo y más recientemente por el Pew Center, pareciera que Améxica es una realidad, pero es una realidad que abarca más allá de los estados fronterizos, pues ahora hay mexicanos en estados más allá de California o Illinois.

De los 52 millones de latinos que hay en Estados Unidos, los mexicanos son la mayoría. Conforman ya cerca del 64 por ciento de la población hispana, con lo que han alcanzado una cifra récord de 33.7 millones en 2012. De acuerdo con el informe del Centro Hispano Pew presentado el pasado 1 de mayo, la mayoría de ellos ya son nacidos en este país.

El estudio, que se apoya en datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, dijo que esa cifra incluye a los 11.4 millones que han emigrado de México y los 22.3 millones que nacieron ya en Estados Unidos, cifras que sumadas representan el 11 por ciento de la población nacional.

Sí, así es, ¡ya más del 10 por ciento de la población estadounidense es de origen mexicano! Y bajo la broma y un cierto orgullo nacionalista de que “estamos recuperando territorio”, la tendencia de crecimiento de los mexicanos en Estados Unidos parece que seguirá creciendo.

El análisis del Pew Center indica que la población de origen mexicano ha aumentado en Estados Unidos en las últimas cuatro décadas, convirtiéndose en “una de las migraciones masivas más grandes en la historia moderna”.

De acuerdo con el estudio comparativo, se indica que si en 1970 menos de un millón de mexicanos vivían en Estados Unidos, para el año 2007 esa cifra alcanzó un punto máximo de 12.5 millones viviendo arriba del Río Bravo. Desde 2007, sin embargo, esa cifra ha disminuido conforme ha bajado también la emigración desde México “de forma significativa”, según el Centro Hispano Pew.

Pero hay otra cifra que también es muy importante para la actualidad: cerca del 35 por ciento de los hispanos de origen mexicano nació en México y, aunque el 65 por ciento restante ha nacido en Estados Unidos, de estos el 52 por ciento tiene al menos un padre que es inmigrante.

Antes de la década de 1980, el crecimiento de la población mexicana deriva principalmente de los mexicanos que nacieron en este país, pero entre 1980 y 2000, ese crecimiento se atribuyó más a la emigración desde el mismo México.

Después de los mexicanos, el siguiente grupo de extranjeros está compuesto por los chinos, con un total de dos millones, indica el documento. De hecho no es raro encontrar a cada vez más gente hablando en español, los medios peleando las audiencias hispanas y las empresas haciendo campañas publicitarias tratando de usar “el cuate”, “el órale” y hasta “el güey” o reforzando el apoyo al TRI y los bailes de tribal con las botas picudas. Tampoco es gratuito cómo el guacamole ya pasó al léxico del estadounidense por “guacamoli” que se come todos los domingos y se acompaña para ver el fútbol americano emulando cuando nosotros vemos un partido de la Liga MX.

Ahora bien, cuando decimos que México tendría que involucrarse más en los temas de la reforma migratoria no es nada más por los que cruzan o cruzaron la frontera, pues ahora se habla de que la población migrante de mexicanos a Estados Unidos hoy en día es prácticamente cero. Tiene que preocuparse por los mexicanos que tienen documentos y cuentan con la nacionalidad mexicana, ya sea de manera individual o las dos nacionalidades, es decir, que tienen la mexicana además de la estadounidense.

Pero además, hoy en día, cuando se discute en el Congreso Federal una reforma migratoria integral que permitiría la legalización y la ciudadanía de los indocumentados, los migrantes mexicanos conforman más del 55 por ciento de los indocumentados en Estados Unidos, que se calcula alrededor de 11 millones de personas.

Es decir, aunque la reforma migratoria no es para los latinos en particular o para los mexicanos más concretamente, sí hay una mayoría numérica a la que le falta un interlocutor, una vía con la cual se tengan los elementos de negociación y de resultados a favor de su estancia en uno u otro lugar que les permita dejar el limbo en el que viven y lograr una vida digna que les permita mejorar sus condiciones de vida para evitar la separación de sus familias, de sus hijos, truncar sus estudios, la deportación o vivir siempre huyendo, a escondidas, con temores.

Sería bueno seguir el desarrollo de la Améxica, la cual tiene un poco de cada uno de nosotros.

Hilda García

https://www.sinembargo.mx/author/hildagarcia

Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.

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