¡Es de primer año!

07/02/2015 - 12:02 am

No dejo de preguntarme si de veras poseen un mecanismo tan elevado que supere toda comprensión lógica (o sea: mágico), o si las técnicas de comunicación social quedan fuera del alcance racional de los comunicadores de los gobiernos. A juzgar por la información disponible,…

Me refiero en este caso a la campaña desatada desde hace meses contra Marcelo Ebrard a propósito de la pifia de la Línea 12 del Metro. El alboroto, sin señalar inicialmente al hoy acusado, se armó cuando hubo que suspender el servicio en 11 estaciones, hace poco menos de un año. Poco tiempo pasó para que se le mencionara como responsable mayor, entre otros posibles. Pero el bocado resultó por demás apetitoso para quienes buscan, “esta vez sí” y a toda costa, recuperar el gobierno de la capital del país.

La culpabilidad de Ebrard en este caso sería la clave para lograrlo. Es por eso que como precedente, en estos tiempos electorales resulta estratégico retomar el ataque con toda la fuerza mediática posible. El señalado, por su parte, no se ha quedado callado. Ha buscado cuanto foro puede encontrar para exponer sus argumentos defensivos. Y precisamente esta reacción de Ebrard es la que, según la lógica, deberían haber previsto y evitado quienes quieren eliminar el prestigio que acumuló durante su gestión al frente del gobierno capitalino.

Se defiende con documentos, pide que le llamen a declarar, exige su derecho de réplica y hasta esta semana sólo lo había encontrado en unos pocos medios que le abrieron la puerta. Además cuenta, para defenderse y para apuntalar lo que dice, una notable habilidad para las relaciones púbicas; su lenguaje verbal y -sobre todo- no verbal le dan credibilidad a sus apariciones en público y a lo certero de sus respuestas. En fin, todo lo que les falta a quienes están a cargo de ser la voz gubernamental.

El miércoles finalmente recibió Ebrard la invitación formal de Marco Antonio Calzada (PRI) para que se presentara el día de ayer (viernes) para exponer su postura sobre el tema de la Línea 12. Calzada Arroyo preside la comisión especial para dar seguimiento al ejercicio de los dineros federales que se hayan destinado y se destinen a la L12. Al entregar esta colaboración, y si no hubo cambios, Marcelo Ebrard estaría atendiendo esta invitación. Cuando lea usted estas líneas ya se sabrá cómo estuvo esa visita.

Lo que desde ahora es claro es que, si no se le hubieran ido con todo a la yugular no hubieran levantado sospechas, o certezas, de que los ataques tienen trasfondo partidista. Los mexicanos a nivel banqueta ya los oyen con desconfianza. Los engañadores de siempre ya gastaron todo lo que tenían de credibilidad, la despilfarraron y se quedaron casi en cero. Y ese raquítico resto se ve más disminuido con decisiones que el pueblo interpreta -con razón- como una descomunal burla del poder hacia la ciudadanía. No les queda ni una cucharadita de credibilidad, ahora que tanto la necesitan para derrotar a quien tiene las simpatías ciudadanas de su lado.

¿No quedó ninguna lección del desafuero a López Obrador? Querían aniquilarlo y acabaron fortaleciendo su figura, hicieron crecer su aceptación hasta niveles contraproducentes para ellos. Vaya: le hicieron un favor. La gente se congregó en la manifestación ciudadana más numerosa que ha visto el país. Otro ejemplo fue la película de “El crimen del Padre Amaro”: atacándola llenaron los cines. El último ejemplo: el nombramiento que hizo Peña Nieto del fiscal que lo fiscalizará. ¿No es una burla? Si la intención manifestada por EPN -“calmar los ánimos del país”-era la real, de plano no entienden ni la O por lo redondo.

Es por eso mi pregunta: ¿no han visto estos casos, se les olvidaron o en serio piensan que repetir lo mismo les llevará a un resultado -“esta vez sí”- no sólo diferente, sino opuesto? ¿No han visto que una y otra vez les ha salido el tiro por la culata? De plano, ¡es de primer año!

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