Para ayudar a animales debe haber constancia: Rafael Bravo, activista

07/02/2015 - 12:00 am

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Nombre: Rafael Bravo Araujo
Originario: Xalapa, Veracruz
Profesión: Estudiante de Biología
Cargo: Presidente y fundador de Regalemos un Paraizoo

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Regalemos un Paraizoo es un grupo juvenil de rescate y protección animal de Xalapa, Veracruz. Entre sus más recientes actividades, destaca la reunión con autoridades locales que tratan temas de bienestar animal y ambiental, además de realizar brigadas para reunir recursos que permitan el rescate y recuperación de los animales que resguardan.

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Regalemos Un Paraizoo es una asociación fundada por Rafael Bravo Araujo, un joven estudiante que es reconocido como defensor de los derechos de animales en Xalapa, Veracruz. Foto: Cortesía.

Ciudad de México, 7 de enero (SinEmbargo).– “No había analizado qué era ser activista en materia de bienestar animal en Veracruz, pero me percaté que para la sociedad representamos un movimiento fuerte y constante, de igual forma para el gobierno. Depende de nosotros que sea así: cada vez son menos las personas que nos ven como los ‘raros de los animales'”, confiesa Rafael Bravo Araujo, presidente y fundador de Regalemos un Paraizoo, un grupo juvenil de rescate y protección animal de Xalapa, Veracruz.

Regalemos un Paraizoo trabaja para reformar el tema educativo, ya que el rescatar animales no es la solución del problema, según explica Bravo Araujo, quien es estudiante de biología. El joven activista revela que trabaja y lucha para llegar a más municipios del estado, pues hasta ahora tienen presencia sólo en los ayuntamientos Emiliano Zapata, Villa Aldama, Naolinco y Angel R. Cavada.

Rafael vive con cuatro perros: Chopper y Brandon, que son terriers escocés; Moctezuma, que es un Xoloitzcuintle, y Frida, una cruza de ratonero con chihuahua.

En el refugio hay peces; un conejo llamado Lake; una cuya de nombre Poke; dos pericos australianos: Blue y Perla; 10 ratones árabes; una rata long evans llamada Rimpiche; un loro –que ha estado con él desde antes que se dedicara a rescatar animales– llamado Cuco; dos tortugas llamadas Rafael y Donatello; una jerbo de nombre Lidsay; dos iguanas: Colas y Bamba, y el gato Mau. Algunos de ellos fueron adoptados, rescatados y otros más les fueron donados.

“Creo que la principal causa de estar en donde hoy estoy, es demostrarle a la sociedad que las nuevas generaciones podemos hacer cosas grandes por nuestro planeta, cosas que muchos adultos no han hecho y no sé si harán”, responde el activista, quien empezó a realizar rescates de animales desde que estudiaba la preparatoria.

Bravo revela que “como todos”, al principio enfrentó problemas en su hogar, pues sus padres no compartían su idea de rescatar animales; también la edad le causó conflictos ya que, explica, no lo tomaban en serio o querían “verle la cara”.

Rafael con su perro Moctezuma, recuerda que  desde pequeño tuvo una afinidad muy grande por los animales y que de niño solía coleccionar animales de plástico. Foto: Cortesía.
Rafael, con su perro Moctezuma, recuerda que desde pequeño tuvo una afinidad muy grande por los animales y que solía coleccionar animales de plástico. Foto: Cortesía.

“Actualmente el mayor obstáculo que muchos se encuentran es luchar contra la indiferencia, la falta de educación y de sentido común por parte de un gran número de población”, expresa Bravo Araujo.

¿Crees que se ha hecho un cambio en la situación social y en la mentalidad de las personas respecto al tema de los derechos de los animales en México?

–Para muchos a simple vista pareciera que no, pero sí… con tropiezos y demás poco a poco hemos ido despertando conciencias en la sociedad y gobierno. El hecho de que en Veracruz sea considerado delito el maltrato animal me hace ver que vamos por buen camino, que sin duda aún falta, pero llevamos un avance significativo.

¿Qué hace falta para que se logren mejoras considerables en este tema?

–En lo personal creo que hay rivalidades tontas ni mundanas entre activistas, ya que supuestamente buscamos el mismo fin. Falta mayor conjunción entre todos los activistas interesados en este tema, apostarle 100 por ciento a la educación, ya que esa es el arma más grande que tenemos ante cualquier problema. Siempre he dicho: si los pueblos y las naciones tuvieran como arma principal la educación cualquier problema social y ambiental tendría solución, o como mi novio dice: “eduquemos al niño y no será necesario castigar al hombre”.

Uno de los logros de los que Rafael se siente orgulloso es que despertó la inquietud en muchos jóvenes de su colegio cuando empezó con los rescates, incluso también en los maestros. “Me enorgullece despertar mentes jóvenes para un fin positivo ya que para mí ellos son el inicio de la cadena del cambio”, expone.

El activista de veracruzano relata que en Regalemos un Paraizoo no sólo se preocupan por los animales, sino también por las cuestiones sociales y ambientales. Recuerda que un día entregó apoyo a una familia de escasos recursos que conoció, luego de que varios vecinos reportaran que había un perro que aullaba mucho y que sufría de supuesto maltrato.

“Cuando llegué, me llevé la sorpresa de que no maltrataban al perro: ellos igual rescataban animales de vez en cuando y no tenían cómo pagar un veterinario. El perro tenía muchas heridas derivadas por las cortaduras de alambres con púas en su cuello, les ofrecí apoyo en la recuperación del animal y a ellos igual”, evoca Rafael.

El defensor de los derechos de los animales les ofreció ropa, juguetes y muebles, pero notó que cuando regresó la familia había vendido todo para comprar herramientas para que el padre de la familia pudiera trabajar como albañil.

“Compraron comida para los niños y lo mejor de todo fue que el niño mayor pudo entrar a estudiar. Eso sí, siempre con la compañía fiel de Pulga, el perro que un día rescataron y que ahora hasta los vecinos ayudan para que salga adelante”, concluye Bravo Araujo.

Regalemos un Paraizoo trabaja junto con otras asociaciones animalistas del estado para mejorar las condiciones de los animales en Veracruz. En la foto está Rafael Bravo junto a Gabriela Castro, del Comité del Bienestar Animal (Codeba).
Regalemos un Paraizoo trabaja junto con otras asociaciones animalistas del estado para mejorar las condiciones de los animales en Veracruz. En la foto: Rafael Bravo junto a Gabriela Castro, del Comité del Bienestar Animal (Codeba).

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