Al aumento del precio de la gasolina lo acompaña una crecida de desaprobación a la gestión del Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto. Una serie de protestas ante el incremento del valor del combustible han tenido lugar en los primeros días de enero, y grupos de la sociedad civil buscan trascender del rechazo en las calles a planteamientos concretos hacia las autoridades. Este sábado un hecho inusual dio muestra del clima crítico que se vivirá en días venideros: dos marchas contra el gasolinazo hicieron el mismo recorrido en la Ciudad de México con destino final en el Palacio Nacional. Termina la primera semana del año y las cartas del 2017 parecen estar marcadas ya por la política económica del país.
Ciudad de México, 7 de enero (SinEmbargo).- En tiempos distintos dos marchas salieron este sábado del Ángel de la Independencia bajo el mismo propósito de rechazar el aumento de hasta un 20 por ciento a los precios de la gasolina.
Eran las nueve y media de la mañana, y el sol parecía alentar a los presentes en el Ángel de la Independencia, quienes vestidos de blanco se habían comenzado a aglomerar.
Bastaron unos minutos, quizás 15, para que empezaran a corear. “Fuera Peña”, gritaban unos, y otros más: “No al gasolinazo”.
Este grupo sabía que había otra convocatoria a las doce de la tarde hecha por el padre Alejandro Solalinde, quien ha sido un férreo activista por los derechos humanos en México. Pero, lejos de esperar decidieron partir.
Andrés Castellanos también se encontraba esta mañana como representante del Frente de Transportistas Unidos en la Ciudad de México, que aglutina a más de 150 transportistas. Junto con sus compañeros cargaban la única bocina para una multitud que alcanzaba más de 300 personas en un inicio.
No es la primera vez que salen a las calles, afirmó, lo hicieron antes para oponerse a la Reforma Energética. A diferencia de aquella ocasión, esta vez hubo más personas luchando por un mismo objetivo, refirió.
“El motivo para estar en las calles es para dejarle claro al Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto que ya no aguantamos más, que no podemos costear, con las condiciones económicas que nos han impuesto, la vida”, expresó.
Los precios impactarán irremediablemente en la canasta básica, y las primeras necesidades de la población. Un resultado del proyecto neoliberal del Gobierno en turno, afirmó el líder transportista.
Peña Nieto ha aprobado 13 reformas estructurales con el denominador común de buscar beneficios económicos, de acuerdo con sus propios discursos. Y aunque se ha cuidado de negar que el gasolinazo sea consecuencia de las reformas, los protestantes reiteraron que sí hay una relación.
A partir de abril del año pasado, el país importa gasolinas, y más del 40 por ciento del precio que paga el consumidor por cada litro se destina a impuestos sobre este producto.
La respuesta entre la población no se ha hecho esperar. Tan sólo este sábado hubo marchas en 13 estados, además de la Ciudad de México.
La petición de renuncia del Presidente y el rechazo al alza del combustible se extendió al Estado de México, Chiapas, Jalisco, Puebla, Guerrero, Baja California, San Luis Potosí, Guanajuato, Sonora, Tabasco, Michoacán, Sinaloa y Nuevo León.
Cuando Catellanos llegó al Zócalo, una segunda marcha en la Ciudad de México avanzaba en el Paseo de la Reforma. Policías de tránsito refirieron que se trató de 600 personas, pero la extensión y el aglomerado reflejaron a muchos más.
Al frente una manta morada de proporciones gigantescas fue sostenida por el Padre Alejandro Solalinde y ciudadanas que portaban indumentaria y gorras blancas. La manta rezó: “Fuera Peña, que se vayan todos”.
Solalinde caminó con aura de quien es optimista, y al preguntarle su opinión sobre la gran respuesta que tuvo su convocatoria refirió que las protestas serán sólo un signo de lo que realmente está por venir.
“Yo pienso que la gente está empezando a perder el miedo. Este es el principio. En la semana vamos a tener mas coordinaciones estratégicas. Todo México está frustrado, victimizado, y anhela el cambio. Esta es la coyuntura. Esta es la oportunidad de construir algo entre todos”, agregó.
Junto con otros grupos sociales Solalinde explicó que se juntarán para decidir más acciones contra el gasolinazo. Específicamente el miércoles a las 16:30 horas habrá una asamblea en el Monumento a la Revolución para tratar el tema.
¿Quién más participa? El resto de actores que protestaron este sábado, y han protestado antes: la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), la Alianza de Trabajadores Públicos de la Salud, Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros, entre otros.
“Tenemos que unirnos, esos actos de vandalismo son estrategias del Gobierno para criminalizar nuestra lucha. Porque saben que estamos luchando”, dijo Solalinde.
La suma de fuerzas pretende dejar afuera a los partidos políticos. Esta mañana cuando la primera marcha recorría las inmediaciones del Parque La Alameda una serie de globos del Partido Movimiento Ciudadano habían sido repartidos entre los que observaban en las aceras el paso de los manifestantes. De inmediato la petición de que los explotaran se generalizó.
“Somos totalmente apolíticos. No nos interesa”, dijo Castellanos.
Otro aspecto que atenta contra la participación social es la violencia. Días anteriores han estado llenos de turbulencia por actores ajenos a los grupos civiles, protagonizado disturbios y dejado al menos seis muertos y más de mil 500 detenidos.
Hoy en el Zócalo los participantes de la marcha insistieron en que los saqueadores de negocios fueron promovidos por el Gobierno federal.
Mientras tanto más protestas se asoman en los días venideros. Este domingo 8 de enero, estudiantes universitarios realizarán una marcha nacional. Y el lunes se espera otra mega marcha de diversos sectores.
“Esto no es una manifestación más, es el principio de una nueva organización. Vamos a rescatar”, dijo Solalinde ante una ola de personas expectantes frente al Palacio Nacional.