Científicos hallan evidencia de la relación entre el cáncer y el consumo de carnes rojas

07/01/2015 - 12:00 am

Ciudad de México, 7 de enero (SinEmbargo).- A través de un estudio en ratones, donde se buscó replicar las condiciones humanas, científicos estadounidenses identificaron una sustancia contenida en las carnes rojas que acelera la aparición de la inflamación del organismo relacionada con el cáncer.

Si bien ya se sabía que las personas que consumen carne de res, puerco y cordero por tiempo prolongado están más propensas a desarrollar algún tipo de tumor cancerígeno, no se había identificado cuáles eran los mecanismos que provocaban este fenómeno, por ello, los investigadores de la Universidad de California en San Diego probaron suministrar la molécula de azúcar llamada Neu5Gc, contenida en la carne y que los humanos no producen, para experimentar con ratones.

Dicha molécula -que sí producen otros seres vivos naturalmente- se identificó a partir de que, a diferencia de en los humanos, otros mamíferos no aceleran el padecimiento de esta enfermedad por el consumo de la carne animal.

En el artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, el equipo explica que modificó ratones para imitar a los humanos en la carencia de Neu5Gc propio, y luego se les suministró la misma sustancia, con lo que manifestaron inflamación sistémica, quintuplicando así la formación de tumores espontáneos.

Los científicos señalaron que las carnes provenientes de las reses, cerdos y corderos o borregos, son las principales proveedoras de esta molécula en la dieta de los humanos, sustancia que además es biodisponible, es decir, se puede distribuir en los tejidos a través del torrente sanguíneo.

Imagen: Shutterstock
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“Hasta ahora, toda nuestra evidencia que vinculaba la Neu5Gc con el cáncer era circunstancial o indirectamente predicha por algún montaje experimental artificial. Este es la primera vez que mostramos directamente que imitar la situación exacta que en los seres humanos, incrementa los cánceres espontáneos en ratones”, dijo en un comunicado de la universidad, el autor principal y profesor de Medicina Molecular, Ajit Varki.

Así, Varki y su equipo comprobaron la hipótesis de que comer carne roja deriva en inflamación, pues el Sistema Inmunológico del cuerpo genera constantemente anticuerpos contra la Neu5Gc, una molécula externa.

“La inflamación crónica es conocida por promover la formación de tumores”, se lee en el comunicado de prensa.

Aunque el investigador acepta que probar esta situación en humanos será mucho más difícil, “en términos más generales, este trabajo también podría ayudar a explicar las posibles conexiones del consumo de carne roja con otras enfermedades exacerbadas por la inflamación crónica, como la aterosclerosis y la diabetes tipo 2”.

Y anota: “Por supuesto, cantidades moderadas de carne roja puede ser una fuente de una buena nutrición para los jóvenes. Esperamos que nuestro trabajo propicie el camino a soluciones prácticas para este catch-22 (paradoja)”.

El Zinc para detectar cáncer de mama

En otra investigación, científicos de la Universidad de Oxford en Reino Unido encontraron que el cáncer de mama podría diagnosticarse ante de volverse sintomático a través de una simple prueba de sangre que detecta los cambios en los niveles de Zinc en el cuerpo.

Típicamente este tipo de tumores se detectan una vez que alguna hinchazón o bulto se vuelven notorios, pero para ese tiempo, el cáncer podría haberse ya esparcido más allá del tejido del seno y en los ganglios linfáticos que están en el camino a otros lugares del organismo.

Por ello, la doctora Fiona Larner del Departamento de Ciencias de la Tierra de dicha universidad y su equipo, realizaron un estudio en el que analizaron el zinc en la sangre y suero sanguíneo de 10 personas, cinco de ellas sanas y las otras cinco pacientes con cáncer de seno, junto con varias muestras de tejido enfermos.

Con la utilización de técnicas 100 veces más sensibles  a los cambios en la composición isotópica de metales que cualquier otra herramienta utilizada actualmente en análisis clínicos, los expertos pudieron demostrar que es posible detectar diferencias claves en el zinc del organismo, ocurridas cuando el cáncer altera la forma en que las células procesan el metal.

Lo que deja en evidencia que es posible identificar un biomarcador precoz para el cáncer de mama que podría constituir la base de una prueba de diagnóstico de sangre simple, no invasiva.

“Se ha sabido por más de una década que los tejidos del cáncer de mama contienen altas concentraciones de zinc, pero los mecanismos moleculares exactos que podrían causar esto seguían como un misterio. Nuestro trabajo demuestra que las técnicas de uso común en ciencias de la tierra nos pueden ayudar a comprender no sólo cómo el zinc es utilizado por las células tumorales, sino también cómo el cáncer de mama puede cambiar el zinc en la sangre de un individuo, manteniendo la promesa de un biomarcador fácilmente detectable del cáncer de mama en etapas tempranas”, dijo Larner en un comunicado.

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