Café Society, el Hollywood de Woody Allen

06/11/2016 - 12:00 am
Café Society no posee la contundencia y amargura de Jazmín Azul (2013), una de las mejores películas en la etapa crepuscular del autor; ni el humor pícaro y perverso, sello inherente del autor, pero si el encanto inconfundible de sus obras menores, siempre disfrutables. Foto: Especial
Café Society no posee la contundencia y amargura de Jazmín Azul (2013), una de las mejores películas en la etapa crepuscular del autor; ni el humor pícaro y perverso, sello inherente del autor, pero si el encanto inconfundible de sus obras menores, siempre disfrutables. Foto: Especial

La entrega fílmica anual del prolífico cineasta Woody Allen abre la Edición 61 de la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional, contemplada del 11 al 28 de noviembre. Café Society (2015), es un filme pleno de nostalgia por el hechizo del Hollywood de antaño, el mismo en donde se erigieron los grandes mitos del cine, la fama y el glamour.

En los años 30, Bobby Dorfman (Jesse Eisenberg en su segunda colaboración con el director después de A Roma con amor, 2012) arriba a Los Ángeles para encontrar un empleo bajo el amparo de su tío Phil (Steve Carrell), el encumbrado productor y agente de celebridades en el paraíso de las estrellas. Es su primera salida de Nueva York, de la casa paterna a la ciudad del deslumbramiento. Entre fiestas a las que eran asiduos poderosos productores, renombrados directores y legendarias estrellas, Bobby se enamora de la secretaria de su tío, Vonnie (Kristen Stewart), una sencilla joven con la que se siente identificado porque no ha sido devorada por el ambiente de oropel.

En la Meca de los Sueños más irreales se esfuman los sueños terrenales. Pese al encanto de la agitada vida nocturna y las amistades influyentes, las traiciones amorosas sumen en el desencanto a Bobby. “La vida es una comedia… escrita por un sádico comediante”, afirma el personaje con un dejo de amargura mientras acepta sin resignación que los sueños no son más que eso.

A los 80 años, con él mismo como narrador y guionista, Allen entrega un filme clásico, tierno y delicado sobre el romance truncado en la tierra de las ilusiones, las mansiones y los autos lujosos. Rodolfo Valentino, Ginger Rogers, Fred Astaire, Gary Cooper, Joan Crawford, Gloria Swanson y otros mitos son convocados sin faltar el jazz, el humor fino, los dilemas morales, la religión y hasta la mafia en el contexto romántico de la época. Pero algo no termina de concretarse, falta pasión en el triángulo amoroso, voracidad y menos candor en el personaje de Carrell y, tal vez, hasta un poco del acento despiadado que significó el Hollywood mismo. Como eco de ello, el hecho de que Bruce Willis fue llamado para este papel aunque tras rodar algunas escenas fue sustituido finalmente por Carrell.

En la filmografía del cuatro veces ganador de un Óscar, Café Society podría resultar uno de los más insípidos acercamientos a los amores y desamores de pareja. La dupla romántica Eisenberg- Stewart transmiten el mismo ardor de dos pubertos inmersos en un mundo de adultos. De acuerdo al guion, ambos personajes atraviesan una marcada transformación: Bobby de cándido empleado a un refinado hombre de negocios y Vonnie, de joven ingenua a sofisticada dama; no obstante la exigencia de la conversión en la pantalla ambos jóvenes se quedan instalados en la primera etapa de sus personajes. Subtramas como el matrimonio conformado por los padres de Bobby son los que añaden sal y pimienta al asunto. Se suman al cuadro de actores Blake Lively, Parker Posev, Anna Camp y Sheryl Lee.

Café Society no posee la contundencia y amargura de Jazmín Azul (2013), una de las mejores películas en la etapa crepuscular del autor; ni el humor pícaro y perverso, sello inherente del autor, pero si el encanto inconfundible de sus obras menores, siempre disfrutables. Sorprende la atípica inclusión de las tácticas habituales de la mafia en los barrios neoyorkinos y la ausencia de calidez en un todo desvinculado. Mención aparte merece la destacadísima fotografía del experimentado italiano Vittorio Storaro, el mismo de El último tango en París, Apocalipsis Ahora y El último Emperador: sombría en las frías oficinas, dorada en los exteriores, ámbar en los ambientes para invocar el romance.

La sexagésima primera Muestra Internacional de Cine se exhibirá en la Ciudad de México del 18 de noviembre al 7 de diciembre con 14 títulos: El cliente (2016) del iraní Asghar Farhadi, No es más que el fin del mundo (2016) del canadiense Xavier Dolan, El matrimonio Loving (2016) del estadounidense Jeff Nichols, Fuego en el mar (2016) del italiano Gianfranco Rosi, Aquarius (2016) del brasileño Kleber Mendonça, La larga noche de Francisco Sanctis (2016), de los argentinos Francisco Márquez y Andrea Testa; Miss Hokusai (2015) del japonés Keiichi Hara, Francofonía (2015) del ruso Aleksandr Sokurov, Graduación (2016) del rumano Cristian Mungiu, Fátima (2015) del francés Phillipe Faucon, Un viaje a través del cine francés (2016) del documentalista Bertrand Tavernier. Magallanes (2015) protagonizada por Damian Alcázar del peruano Salvador del Solar y Tempestad (2016) de Tatiana Huezo, única presencia mexicana en la esperadísima selección para este año.

 

 

Rosalina Piñera
Periodista egresada de la UNAM. En su pesquisa sobre el cine ha recorrido radio, televisión y publicaciones como El Universal. Fue titular del programa Música de fondo en Código DF Radio y, actualmente, conduce Cine Congreso en el Canal del Congreso.
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