Conocido por su blanca y limpia estética, llega a nosotros una imagen de uno de los arquitectos más influyentes en las últimas décadas. Difícil es imaginarlo en la intimidad alejado de la solemnidad que lo caracteriza en sus imágenes más reconocidas, aún más extraño es visualizarlo lleno de colorido.
Le Corbusier es considerado uno de los más claros exponentes del Movimiento Moderno en la arquitectura, pero también es ampliamente reconocido por sus contribuciones teóricas al mundo de la arquitectura, al intuir la posibilidad de cambiar el mundo a través de esta disciplina; razón por la cual también se habla de él como un visionario.
La Fundación de Le Corbusier decidió publicar unas inusuales fotografías del arquitecto en ese desordenado entorno en el que todos los seres humanos guardamos similitud. Con un semblante más relajado a las fotos habituales del arquitecto suizo nacido un día como hoy, hace 125 años, bajo el nombre de Charles Édouard Jeanneret-Gris.
Las fotografías fueron tomadas por Willy Rizzo, un fotógrafo de moda mayormente conocido por sus tomas en los años 50 a famosos, para la revista Paris Match en 1953. Las fotografías muestran a un Le Corbusier de 66 años, vulnerable, justo 12 años antes de su muerte. Relajado, se le ve paseando en varios sitios de Paris como el Museo Nacional de Arte Moderno, su departamento o frente a un croquis de la Unidad de Habitación.
Sin duda, un acercamiento informal al maestro modernista; una mirada detrás del mito, una muestra de su lado humano.
