Industria arremete contra chef inglés por apoyar impuesto a refrescos

06/09/2015 - 12:04 am
Foto: Shutterstock
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Ciudad de México, 6 de agosto (SinEmbargo).-El chef británico estrella de televisión Jamie Oliver ha recibido numerosas críticas por parte de la industria refresquera de su país por promover una iniciativa que busca poner un impuesto a las bebidas azucaradas, tal como ya sucede en México.

El llamado de Oliver es a firmar una petición para que el parlamento británico apruebe un impuesto que grave en 20 por ciento los refrescos, lo que ha desatado la inconformidad de las empresas agrupadas en la Federación de Bebidas y Alimentos del Reino Unido de la que forma parte Coca-Cola, Pepsico y Nestlé, quienes insisten en que el consumo de refrescos no son los únicos culpables del consumo de calorías, en especial en los niños.

El 3 de septiembre fue estrenado un documental “Sugar Rush” hecho por Oliver en el Canal 4 de la televisión británica (medio privado), en el que aparece visitando México y habla de cómo el problema generalizado de sobrepeso y obesidad, que juntos afectan a más del 70 por ciento de la población, derivaron en la necesidad de imponer un impuesto a los refrescos.

En el país, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Salud Pública, los refrescos aportan el 70 por ciento de las azúcares añadidas que entre el 66 y 91 por ciento de la población mexicana ingiere.

Sobre el documental, el director general de dicha Federación, Ian Wright, arremetió contra Oliver diciendo, “endemoniar un nutriente fuera del rango del menú nacional no es un forma sana de actuar. La elección del consumidor es la mejor manera de llevar esto, porque la intervención del Gobierno, simplemente no funcionan”, dijo en declaraciones dadas al diario británico The Independent.

La petición en el portal del Parlamento del Reino Unido de Oliver habría puesto en alerta a los empresarios, ya que hasta ahora lleva 67 mil firmas, mientras que sólo bastan 10 mil para que el Gobierno responda, pero se necesitará llegar a 100 mil para que esto sea tomado como un punto de debate por los legisladores, que es el siguiente objetivo de este esfuerzo.

Foto: Facebook Jamieoliver
Foto: Facebook Jamieoliver

Contra el éxito de países como México mostrados en el documental, donde sí hubo una reducción en el consumo de refrescos, la industria británica expuso que en el Reino Unido la tendencia del consumo de azúcar es hacia la baja, y que en países como en Francia, si bien hubo una caída en el consumo tras imponer el impuesto en el 2012, ahora la ingesta de refrescos está subiendo.

Aunque este impuesto ha funcionado en México, las organizaciones civiles mexicanas agrupadas en la Alianza por la Salud Alimentaria coinciden con Oliver en la necesidad de aumentar el gravamen al 20 por ciento, lo que representaría dos pesos por litro, en vez de uno, que es el aporte actual.

Varios medios dieron cobertura al chef por presentar este tema al Primer Ministro del Reino Unido David Cameron.

“Este podría ser una pieza que forme un legado. Le mandé una gráfica que mostraba que los niños entre 5 y 11 años que viven en entornos desventajosos son los que están en mayor riesgo. He estado en la estrategia contra la obesidad del Gobierno y creo que el cambio es posible, si hay apoyo [del sector] público”, dijo el chef al diario The Independent, quien agregó que el impuesto podría recolectar hasta 1 billón de libras esterlinas que pueden ser usadas para campañas de salud en escuelas primarias.

Por otra parte, Oliver ha decido comenzar una cruzada para establecer un impuesto de 10 centavos en su propia cadena de restaurantes italianos y así contagiar a otras cadenas de unirse a esta causa.

Y luego del lanzamiento público del documental donde aparecen niños mexicanos con problemas de caries, o bebés que toman Coca-Cola, dos cadenas de restaurantes, Leon y Abokado, han decidido unirse.

Este dinero es donado a una organización llamada The Children’s Health Fund (El Fondo de la Salud de la Niñez, en español), que trabaja en programas de salud y educación en niños de las primarias.

Sin embargo, la industria no parece estar contenta con estos esfuerzos y arremetió contra la iniciativa de impuestos.

“Impuestos onerosos adicionales en alimentos o bebidas, encima del ya 20 por ciento de IVA en la mayoría de los alimentos, sería regresivo, ineficaz e inviable. Los impuestos son rechazados por el público. Este desafío complejo necesita una solución compleja, que involucra y empoderar a las personas, no a los impuestos”, dijo Wright, al diario británico The Guardian.

Este discurso pareciera coincidir con otros pronunciamientos locales. Como el que hizo la industria refresquera mexicana a mediados de agosto, cuando el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) Manuel Herrera Vega, pidió a los legisladores detener el aumento de impuestos a refrescos para el paquete fiscal 2016, pese a la petición de los expertos en salud de organizaciones alimentarias.

Anteriormente, Jamie sobresalió por sus esfuerzos para pedir a los gobiernos que la educación alimentaria llegue a las escuelas de por lo menos, los países reunidos en el G20.

“Mi deseo es crear un movimiento fuerte y sostenible para educar a cada niño sobre la comida, inspirar a las familias a cocinar de nuevo y empoderar a la gente de todos lugares para luchas contra la obesidad”, escribió el chef en su sitio Food Revolution Day, celebrado el pasado 15 de mayo pasado.

Las razones para comenzar una cruzada a favor de la educación nutricional son varias y las cifras son cada vez más escandalosas. Fue en 2010 cuando Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que ésta “podría ser la primera en muchísimo tiempo en tener una esperanza de vida menos elevada que la de sus padres”, debido a que las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, el cáncer y las cardiopatías, se diagnostican cada vez más en los jóvenes.

En esa ocasión, dijo además que 42 millones de niños menores de cinco años tienen obesidad o sobrepeso, condiciones que generan riesgos para la salud a lo largo de toda la vida y gastos médicos potencialmente elevados.

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