Economía

Países desarrollados salen de la minería de carbón, pero aquí ni de chiste, advierten especialistas

06/08/2016 - 12:02 am

México se encuentra muy lejos de cumplir las metas de transición hacia la energía renovable. El 85 por ciento de la generación de electricidad sigue dependiendo los combustibles fósiles, entre ellos el carbón. Mientras, del otro lado del mundo, han elegido guardar esos recursos, la Reforma Energética abrió las puertas para su explotación. ¿A dónde va México en esta industria? Especialistas prevén más impactos negativos al medio ambiente, a la salud y a la dependencia de otros países.

El Presidente Enrique Peña Nieto ha dicho que la Reforma energética fomentará el paso a energías limpias. Foto: Presidencia/ Cuartoscuro
El Presidente Enrique Peña Nieto ha dicho que la Reforma energética fomentará el paso a energías limpias, pero especialistas lo niegan. Foto: Presidencia/Cuartoscuro

Ibbenbüren, Alemania, 6 de agosto (SinEmbargo).– A pesar de ser una de las principales promesas de la Reforma Energética, el paso hacia el uso de energías renovables se desvió a la dependencia de los combustibles fósiles para la generación de electricidad. En diciembre el Presidente Enrique Peña Nieto viajó a Paris para sumar a México a la lucha contra el cambio climático. Pero especialistas encuentran una brecha entre los compromisos firmados y la dirección que tomó la llamada Reforma más importante del sexenio.

Para el 2030, la actual administración de Gobierno reiteró el propósito de reducir en un 25 y 51 por ciento, de forma correspondiente, las emisiones de gases de efecto invernadero y carbono negro.

Estos objetivos no serán posibles sin el uso de energías limpias para producir electricidad, concuerdan especialistas. De acuerdo con la Ley de Transición Energética, para el 2018 la participación de energías renovables en la generación de electricidad debe ser del 25 por ciento.

En numerosas ocasiones Peña Nieto ha asegurado que el sector de energía renovable detonará a raíz de la Reforma Energética.“ Abre un gran espacio de oportunidad para que inversiones del sector privado estén orientadas a detonar proyectos generadores electricidad, no contaminantes y amigables con el medio ambiente, no sólo a través de la energía eólica, sino captando la energía solar, la geotérmica y la hidráulica”, dijo el pasado marzo en la inauguración de la segunda fase de la planta Central Eólica Sureste, en Oaxaca.

Sin embargo, a más de dos años de aprobada la Reforma, el petróleo, gas y carbón fueron en el 2015 la base del 85 por ciento de la generación de electricidad neta –aquella que no considera la energía gastada en la producción de electricidad–, mientras el 15 por ciento restante correspondió a energías renovables, de acuerdo con el informe anual de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

“Tenemos un Estado con esta idea obsoleta de que la única forma de generar energía es a través de los combustibles fósiles, por eso los esfuerzos en materia energética se dan principalmente para mejorar y amplificar la estructura que nos permite explorar y explotar los recursos fáciles, llámense gas, petróleo y en menor medida carbón. La Reforma Energética abre un espacio para poder potenciar las energías renovables. Sin embargo, seguimos viendo que México no está aprovechando esa oportunidad”, dijo Gustavo Ampugnani, director ejecutivo de Greenpeace.

La meta establecida desde la Estrategia Nacional de Energía 2012-2026 es que el 35 por ciento de la participación de la generación de electricidad pública provenga de energías renovables en el 2024.

En tanto que la inversión en energías renovables tiene que aumentar para una transición energética. La proporción de los combustibles fósiles que México usa para generar electricidad cambió en la última década.

Del 2004 al 2014, el uso de combustóleo –un destilado del petróleo– disminuyó considerablemente para producir electricidad. De abarcar el 27.5 por ciento de las participaciones en la generación bruta de energía en el 2004, el combustóleo representó el 8.8 por ciento en el 2014, con una generación de 26,598.6 GWh [gigavatios hora].

Por su parte, el uso de gas natural en el mismo periodo de tiempo pasó de 42.9 a 57 por ciento de las participaciones de generación bruta; y el carbón negro de 10 a 11 por ciento. Un sector que permanece prácticamente estático, al mismo tiempo que del otro lado del mundo los gobiernos buscan el fin de la minería de carbón.

“Al final de cuentas el transitar a energías renovables es un asunto que tanto compete a la seguridad nacional, como también en un momento dado al desarrollo económico del país. Sabemos bien que el carbón y los hidrocarburos, bienes no renovables, cuya explotación no es sólo altamente contaminante, sino sumamente destructiva. Pero no sólo es eso, sino que no es sostenible a largo plazo porque esos recursos se agotan. Hay que tener una estrategia más sensata de desarrollo económico y de seguridad del país. Y hacer una transición paulatina hacia las energías renovables”, dijo Francisco Cravioto Lagos, investigador de la Alianza Mexicana Contra el Fracking (AMCF).

LA TRANSICIÓN ALEMANA

La última mina de carbon en Alemania está por cerrar. Y Hülls lo considera que el final de una era de 500 años. Foto: Juan Luis García, Especial
La última mina de carbón en Alemania está por cerrar. Y el encargado de su operación, Hubert Hülls, lo considera el final de una era de 500 años. Foto: Juan Luis García, Especial

Del otro lado del Océano Atlántivo, en Alemania, Ibbenbüren, la última mina de carbón de ese país, está por cerrar. Hubert Hülls, encargado de toda las operaciones en la superficie, aún no encuentra las palabras para describir este fenómeno. Ha pasado en ese lugar la mayor parte de su vida y de pronto, por decisión del Gobierno federal, esta planta localizada en el oeste del país tendrá que cerrar antes que acabe el 2018.

Para quien entra por primera vez al patio de la mina podría darle la impresión de estar en medio de un desierto negro, en el que las dunas están hechas por pequeños trozos de carbón. Pilas y pilas de este material amontonadas en este lugar suman 200 mil toneladas ordenadas en montículos y que más tarde serán la combustión para la electricidad.

Desde el 2007, el Gobierno alemán acordó que los subsidios para las minas terminarían en la siguiente década (2019) y la transición aquí ha dejado de dirigirse hacia la explotación de hidrocarburos y empezado a proveer sustitutos que logren una generación sustentable de electricidad.

La transición de energética alemana [o “energiewende”, en alemán] está en boca de los ciudadanos y ahora ha llegado a tocar las puertas de esta mina. Hülls asevera estar consciente de que es el momento de ajustarse a un nuevo modelo. Las energías renovables ya representan el 30 por ciento del consumo bruto del país.

Cuando otros países explotan sus recurso de combustión, Alemania planea que la energía limpia ocupe entre el 40 y 45 por ciento de todas la producción energética en el 2020. Y visto a más largo plazo, que llegue a ser el 80 por ciento en el 2050. “El mañana es hoy”, es el lema de algunas de las industrias más grandes de este país.

La mina de la compañía RAG aún cuenta con mil 801 empleados. Foto: Juan Luis García, Especial
La mina de la compañía RAG aún cuenta con mil 801 empleados. Foto: Juan Luis García, Especial

La mina Ibbenbüren pasó de producir 2.3 millones de toneladas en 1957 a 1.9 millones en el 2013. Alemania fue el mayor productor de carbón del mundo, menciona con orgullo Hülls. Pero con el tiempo, el 86 por ciento del carbón utilizado en el país llegó a ser importado de países como Rusia, Estados Unidos, Sudáfrica, Colombia y Australia, de acuerdo con datos oficiales del 2014.

El negocio ya no es lo que fue, los precios en el mercado internacional oscilan entre 45 y 60 dólares por tonelada, lo que contrasta con la producción alemana que llega hasta a 170. “Casi tres veces más caro que el nuestro. Eso se debe a los estándares de seguridad que manejamos aquí”, expuso Hülls.

“Cuando estás solo no puedes alcanzar mucho. Es una decisión política y este será el primer paso”, agrega. RAG Anthrazit Gmbh es una de las principales mineras, localizada por toda el estado de Renania del Norte Westfalia. La mina aún cuenta con mil 801 empleados. Y el encargado de la superficie compara los preparativos hacia el 2018 con los de un funeral.

COAHUILA DE CARBÓN

La mina Pasta de Conchos  desde una vista aérea. En el 2006 un grupo de mineros quedó soterrado tras una explosión. Foto: Pedro Valtierra, Cuartoscuro
La mina Pasta de Conchos  desde una vista aérea. En el 2006 un grupo de mineros quedó soterrado tras una explosión. Foto: Pedro Valtierra, Cuartoscuro

Coahuila ostenta el 4.80 por ciento de la producción minera nacional. Pero, en cuanto al carbón se refiere, las cuencas carboníferas de Sabinas y Río Escondido de Coahuila aportan el 100 por ciento de lo que se extrae de los suelos, de acuerdo con la Coordinación General de Minería de la Secretaría de Economía.

“Hay pueblos enteros devastados por las minas. Hay un pasivo ambiental brutal desde hace 30 años. En Monclova, por la siderúrgica Altos Hornos de México; en Sabinas y Múzquiz, porque aquí es donde están la mayoría de las minas que les llaman pequeñas, que son precisamente las que no hacen tipo de remediación ambiental”, dijo Cristina Auerbach Benavides, integrante de la organización Familia Pasta de Conchos.

En la cuenca de Sabinas funcionan 77 pequeños y medianos productores de carbón, que integran dos asociaciones mineras. La de mayor número es la Unión Nacional de Productores de Carbón.

Ambas el año pasado suministraron 3.3 millones de toneladas de carbón para el consumo de las carboeléctricas Carbón I y Carbón II, lo que representó el 10 por ciento de la energía eléctrica del país, de acuerdo con el Panorama Minero del Estado de Coahuila, elaborado por el Servicio Geológico Mexicano, de la Secretaría de Economía (SE).

En cuanto a las grandes mineras, Auerbach refirió que el daño ambiental de la compañía mexicana Grupo México se ha visto en el municipio Nueva Rosita. “Hay un pasivo ambiental brutal en los pueblos más pobres. En la Florida [una planta lavadora de Minera del Norte S.A. de C.V en Múzquiz], por la planta lavadora Palaú [en Múzquiz]. No puedo decir un solo lugar, sino que hay lugares donde el pasivo ambiental está dentro de los pueblos”.

Esta condición conlleva impactos en la salud. La Unidad de Planeación Minero Energética de Colombia refirió en el 2012 una serie de efectos en la salud humana provocados por la minería de carbón.

“Durante la extracción y transporte de carbón se genera una diversidad de material articulado, cuya toxicidad depende del tamaño de las mismas y de otros factores como su naturaleza química, presencia de metales/metaloides traza –entre los cuales son comunes el plomo, cadmio, níquel, mercurio y arsénico, entre otros–. Las partículas de carbón, dependiendo del tamaño, tienen la capacidad de suspenderse en el aire y en ocasiones dispersarse en el ambiente, recorriendo grandes distancias”, expuso el trabajo del toxicólogo Javier Oliverio Verbel.

Númerosos estallidos han provocado derrumbes en las minas de carbón de Coahuila. Foto: Saul López, Cuartoscuro
Numerosos estallidos han provocado derrumbes y muertes en las minas de carbón de Coahuila. Foto: Saul López, Cuartoscuro

Entre las principales enfermedades respiratorias derivadas por la actividad minera destacan la bronquitis crónica, la neumoconiosis, el enfisema, fibrosis masiva progresiva y el cáncer.

En el 2012 fueron 42 mil 337 toneladas diarias las que la CFE utilizaba para generar electricidad, un total de 15.45 millones de toneladas al año, de acuerdo con el informe anual de la dependencia . “La gente está siempre enferma. Nacen en poblados donde respiran carbón y se mueren también aquí. No hay un hospital de especialidad para la vía respiratoria en esta región. Y en el seguro social no hay neumólogos”, refirió Auerbach.

Sin embargo, México importa la mayor parte de este producto. La balanza comercial de este producto en el 2013 apuntó que México importó mil 166 millones de dólares (unos 21 mil 769 millones de pesos); mientras que las exportaciones fueron iguales a 51 millones de dólares (unos 959 millones 469 mil pesos).

La actividad minera aquí no escapa de las grandes tragedias. El 19 de febrero del 2006, un derrumbe a las 2:30 de la madrugada provocó la muerte de 65 mineros de Pasta de Conchos, propiedad de Grupo México, ubicada en San Juan Sabinas, en la región de Nueva Rosita. Acatas de inspección de la Secretaría del Trabajo informaban de altas concentraciones de gas desde el 2000, pero la mina hizo caso omiso en su momento.

Pese a que el Gobierno mantiene un acuerdo de no abrir nuevas plantas antes del 2020, 12 mil 412 personas viven de la extracción y beneficio de carbón, grafito y otros minerales no metálicos en Coahuila, de acuerdo con el Anuario Estadístico de la Minería Mexicana 2014. Esto representa un incremento del 6.3 por ciento en relación al 2010.

“No hay un programa para suplir esta actividad económica. Yo creo que esta minería va seguir. Somos un país con muy poco carbón y a nivel mundial no figuramos, pero en el país es la única región para extraer carbón y se utiliza para las carboeléctricas, la industria del acero y lo usa Pemex, entonces no está en la agenda terminar la extracción de carbón”, dijo.

De esta cuenta que los esfuerzos en la región por parte de los activistas se han centrado en que la industria sea responsable y repare los daños durante la realización de su actividad.

LA TRANSFORMACIÓN DE UNA ERA

Edificaciones de la mina quedarán como un vestigio de la explotación minera en los últimos 500 años, dijo Umauluf. Foto: Juan Luis García, Especial
Las edificaciones del complejo en Alemania quedarán como un vestigio de la explotación minera en los últimos 500 años, dijo Umlauf. Foto: Juan Luis García, Especial

Aún no es el final para la minería en Alemania. Persisten minas de lignito, utilizado ampliamente para la generación de energía. Pero, RAG pasará de ser pionera en la explotación del subsuelo a encargarse de los proyectos que suplirán la zona de extracción.

Las opciones para remplazar la mina de Ibbenbüren contemplan varios escenarios como la creación de un parque verde para empresas y universidades, instalaciones deportivas, espacios para el turismo, talleres y preservación de la edificios de la mina como un vestigio de la principal actividad industrial de la zona.

Monika Umlauf, coordinadora del proyecto de conversión llamado “Buenas perspectivas”, asegura que es probable que la zona guarde una mezcla de estos elemento, con el objetivo de generar empleos para un área con una densidad poblacional de 224 habitantes por kilómetro cuadrado.

La región del carbón en Renania del Norte Westfalia abarca unos 500 kilómetros cuadrados. Pero lejos de que sea el Gobierno federal el que decida qué suplirá este espacio, serán los ciudadanos de los municipios. Para esto se cuenta con recursos suficientes, 400 mil euros de la Unión Europea (unos 8 millones 300 mil pesos) y 400 mil que vendrán de las municipalidades.

“Una sola municipalidad no puede lidiar con el proceso. Es importante tener un plan largo plazo en el que aceptas que es un proceso que llevará tiempo”, consideró Umlauf.

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