La época de lluvias en México es la época de limpieza, se renuevan los aires, la tierra comienza a reverdecer y está acompañada del florecimiento de todo tipo de bichos. De repente aparecen las primeras mariposas, los mayates, las luciérnagas, las hormigas con alas, las tijerillas. Pareciera que comienza la invasión de los insectos venidos de tierras lejanas. Este florecimiento de bichos trae como respuesta generalizada cantidades considerables de raid y otros insecticidas en los hogares, tratando de detener la inminente invasión de seres nocivos. Por lo general en el transcurso de 30 o 40 días las cantidades alarmantes de insectos desaparecen y los humanos tenemos la ilusión de que acabamos con el problema gracias a nuestra maravillosa tecnología. En realidad su desaparición poco tiene que ver con la utilización de químicos, mas bien está relacionada con los ciclos naturales de los insectos, dado que su periodo de actividad como adultos voladores es corto, solamente viven pocas semanas para buscar pareja, reproducirse y morir. Todavía entendemos muy poco de ellos, y desgraciadamente en lugar de tratar de convivir con ellos y entenderlos, los queremos exterminar porque son feos o porque son muchos.
Dentro de las apariciones de la época de lluvias que mas disgustan están las palomillas, palomitas, polillas o mariposas nocturnas. Este grupo de organismos son hermanos a de las mariposas, sin embargo no tienen nuestra simpatía. ¿Porqué una mariposa-polilla obscura nos causa tanto terror mientras que una mariposa colorida nos parece maravillosa y es sinónimo de alegría? Podríamos decir que las mariposas invocan los colores del arcoíris y del día mientras que las polillas la obscuridad y las cosas negativas. Sin embargo si nos fijamos bien, muchas de las polillas obscuras tienen patrones de formas y figuras en las alas muy impresionantes, e incluso tienen colores dentro del los fondos obscuros de una belleza extraordinaria.
Algunas polillas obscuras como la conocida en México con el nombre de “ratón viejo”, se asocia a la llegada de la muerte y se cree que si aparece en una casa alguien cercano morirá, por obvias razones la que generalmente muere es la polilla y no algún ser humano. Esta creencia tiene raíces prehispánicas puesto que el nombre en náhuatl de la misma palomilla es Mictlanpapalotl (mariposa del país de los muertos) o Micpapalotl (mariposa de la muerte) mientras que en maya se les conoce como Xmahan nah (morador de casa ajena) y se cree que es de mal agüero. Curiosamente su nombre en latín también fue acuñado en relación con la muerte, se llama Ascalapha odorata, en honor al demonio Ascálafo, el horticultor de Hades, el rey del inframundo en la mitología griega. Mientras que en Hawaii también la relacionan con la muerte, pero no con la mala suerte o con el pronóstico de que alguien morirá sino con las almas de los seres queridos que murieron y vienen de visita, me quedo con ésta. En cualquier caso estas creencias no tienen que ver con algún daño que las mariposas puedan ocasionarnos por lo que matarlas es totalmente injustificado. Si bien es cierto que las polillas y las mariposas tienen escamas y que si las tocamos pudieran ocasionar algún tipo de reacción alérgica para la gente susceptible, por le hecho de posarse en una pared o en la puerta de entrada de tu casa no hay nada que temer.
Por otro lado las mariposas nocturnas además de parecernos feas, también son polinizadoras de muchas especies silvestres, en particular un gran número de cactáceas y árboles tropicales dependen exclusivamente de las polillas para su polinización por lo que si acabamos con ellas, estaremos acabando indirectamente con las plantas a las que polinizan pues ya no podrán producir semillas ni por lo tanto, tampoco tendrían hijos.
Otras polillas conocidas como Esfinges son mucho mas coloridas y no despiertan tanta animadversión, también son muy importantes polinizadores, pero igualmente tendemos a matarlas. Les pido que la próxima vez que vean a alguna polilla o palomilla piensen dos veces si solamente por ser “fea” debe morir, o si debemos dejarla que siga cumpliendo sus funciones de bicho extraordinario.