Cuando el pasado nos alcance

06/06/2014 - 12:00 am

En memoria de Adolfo Aguilar Zínser,

A 9 años de ausencia.

Decía Gustav Jung que “todo aquello que neguemos en nuestro interior volverá disfrazado de destino”. Aunque parezca absurdo, o del dominio de la psicología individual, la frase hace sentido en el enrarecido entorno nacional.

Tenemos un presidente optimista que difunde mensajes de cambio. Repite que las reformas generan un ambiente económico favorable, habla de construcción de paz, presume el estado de derecho y omite los exabruptos característicos del sexenio pasado. Sin embargo, algo no funciona.

Ni la popularidad del presidente, ni la economía levantan. La violencia sigue y el desánimo crece. El ambiente se enrarece. Los actores del pacto retoman sus trincheras. Los cambios institucionales toman tiempo pero, atrás de la frustración, nos reencontramos con un trauma añejo, un fantasma no atendido, un problema no resuelto.

La presencia del PRI genera escepticismo. Esto se refleja en dudas y desconfianza sistemática ante toda propuesta, acción u omisión de esta administración. Pero a la duda razonable producto de la historia, se suma la presencia de lo más poderoso y desdeñable del régimen: el compadrazgo que camina de la mano de la impunidad.

Este gobierno es complaciente con su antecesor y su equipo. En aras de sacar sus reformas y/o simplemente de cambiar en entorno de encono que promovía Calderón, Peña Nieto no toca ni cuestiona el pasado ni con el pétalo de una declaración…. Ya no digamos con una orden de aprehensión. No se trata de fomentar la venganza sino de tratar de restablecer o de establecer un verdadero estado de derecho.

El gobierno se niega a cuestionar el pasado reciente. 70,000 muertos, abusos, tortura, guerra, corrupción, nada es suficiente para despertar la mínima duda. Simulan limpiar el cochinero sin tocar al responsable del desorden.

No abren expedientes, ni exponen dirigentes. Pero hoy, 5 de junio, se refuerzan los fantasmas. El más evidente es el escándalo de la Guardería ABC que tras las omisiones y burlonas actitudes de los panistas parecía caso cerrado. El sarcasmo de Molinar Horcasitas, la protección a los parientes de Margarita Zavala, dueños de la guardería, el llamado panista a aceptar lo intolerable como marca del destino regresan hoy a los medios y nos hacen un hoyo en el estómago. Están ahí para recordarnos que nadie ha atendido la impunidad.

La tragedia de la guardería ABC viene acompañada de otros fantasmas: los muertos, Salvarcar, los desaparecidos que negaron, los 72 migrantes en San Fernando, los montajes y culpables fabricados, las fosas de cadáveres, la corrupción en Pemex y otras instancias gubernamentales que ni se revisan ni se atienden. Son temas viejos, con olor a complicidad que se atienden frívolamente sin involucrar a los responsables del sexenio pasado.

Alejandra Sota fue exonerada por la Secretaría de la Función Pública y Genaro García Luna se pasea por el sur de la ciudad. Mientras, los medios, se suman al juego. Esta semana Milenio dispersó la relevancia de la segunda cumbre ciudadana para enaltecer el nombre de Genaro, su amigo y aliado. A María Elena Morera la pasaron de intachable líder ciudadana a amiga ingrata.

Le reabren el espacio al cómplice y lo protegen hasta de las más inofensivas declaraciones. ¿Cuánto puede dañar a García Luna el recuerdo de una amenaza o mala charla después de tantas mentiras, montajes y abusos? García Luna fue el símbolo de impunidad y de la concentración y el abuso de poder disfrazado de institucionalidad. Hoy se ofende y se sorprende mientras Milenio lo defiende. Presume sus cifras de los exámenes de confianza que dicen poco a la sombra de los muertos, desaparecidos, torturados, y encarcelados injustamente que, aunque niegue toda responsabilidad, dejó.

El gobierno guarda silencio: García Luna no es tema. Su silencio valida nuestros miedos. Los abusos cometidos por la anterior administración, hasta ahora han quedado impunes para cuando los revisen habrán prescrito. La protección al ex primer policía de México, parece una señal de continuidad al sistema de compadrazgo e impunidad tradicional. García Luna, como muchos otros funcionarios, tienen cuentas que rendir e inevitablemente, lastima verlos presumir su libertad y su impunidad.

Debe tener muchas razones el gobierno para mantener intacto al equipo anterior, pero la señal nos remite a los más dolorosos fantasmas del pasado. La muestra de impunidad evidencia lo que no queremos resolver, que seguramente, es la parte medular de la parálisis nacional. Con ello, se valida lo que dice Jung, “todo aquello que neguemos en nuestro interior volverá disfrazado de destino”.

Seguiremos entonces lamentándonos por la falta de crecimiento, la pobreza y la desigualdad, la inseguridad y demás males. Seguiremos responsabilizando a otros países de nuestras limitaciones e inevitablemente transitaremos por el mismo camino…. El fantasma del compadrazgo refuerza la desconfianza que permea en la sociedad, fomenta la descalificación sistemática al gobierno y refuerza la inmovilidad.

Decía Adolfo Aguilar que mientras se lograra un crecimiento mínimo no habría razón suficiente para cambiar al sistema…. ¿Cuando estaremos dispuestos a luchar por más?

Alejandra Cullen
Economista del ITAM y tiene una maestría en administración pública de Harvard. Permanece en búsqueda constante de las coincidencias y disidencias entre sociedad y gobierno para entender lo que sucede en México.
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