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Diego Petersen Farah

06/05/2016 - 12:02 am

HabemusTrump

La única peor pesadilla que tener a Donald Trump como candidato sería tenerlo como presidente. Y bueno, hoy, ante la renuncia de los precandidatos republicanos Cruz yKasich la primera pesadilla ya es un hecho.

El precandidato republicano Donald Trump. Foto: AP
El precandidato republicano Donald Trump. Foto: AP

La única peor pesadilla que tener a Donald Trump como candidato sería tenerlo como presidente. Y bueno, hoy, ante la renuncia de los precandidatos republicanos Cruz yKasich la primera pesadilla ya es un hecho. HabemusTrump, gritan los conservadores estadounidenses que han abrazado con orgullo y esperanza a un candidato que es una mezcla entre fascismo y populismo que tiene el mundo parado de pestañas. La revista TheEconomnist lo catalogó como una de las diez amenazas para la estabilidad global, junto con tragedias como la posible disolución de la comunidad económica europea, la crisis de Siria o la inestabilidad petrolera. De ese tamaño es el animal.

Animadversiones aparte, Donald Trump hizo lo que tenía que hacer para romper con los monopolios de poder dentro del Partido Republicano. Hace unos meses Hillary Clinton tenía 14 puntos de diferencia sobre Trump; hoy en el mejor de los casos tiene seis y una encuesta, la de Rasmussen le da ya dos puntos de ventaja al candidato republicano sobre la ex primera dama y tiene asegurado al menos la mitad del voto de los blancos estadunidenses. Los únicos que pueden descarrilar en este momento a Donald Trump con los propios republicanos: tres de cada diez no están dispuestos a votar por él. Dicho de otra manera, lo que vamos a ver en Estados Unidos es una batalla del establishment norteamericano, frente a una campaña populista, efectista y muy eficiente del magnate inmobiliario del peluquín.

Pero poco importa si nos gusta o no, si nos parece políticamente incorrecto o una bestia.Lo que importa ahora para México es que Trump ya es el candidato de los republicanos, y puede llegar a ser presidente de Estados Unidos.Nuestro principal socio comercial y vecino, nada menos que de la frontera más cruzada del mundo, se puede convertir en nuestro enemigo.Los mexicanos no vamos a votar en una elección que puede afectar terriblemente la estabilidad del país, pero tampoco lo harán los sirios, ni los iraquís, ni el resto del mundo que también se verá afectado por una decisión así. Eso no quiere decir que México no pueda hacer nada, al contrario, es el momento en que el país debe desplegar sus capacidades diplomáticas, hacer un lado las visiones partidistas y las improvisaciones en la Secretaría de Relaciones Exteriorespara construir los escenarios y la políticas que anticipen la catástrofe. México será sin duda parte central del debate en la campaña, necesitamos adelantarnos.
HabemusTrump, lo que no habemus es estrategia.

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