Criar para cazar: la simulación del “juego” por un trofeo animal

06/05/2015 - 12:00 am
En algunos lugares del sur de África turistas "cazan" animales, criados únicamente con este propósito, en lugares cerrados para que no escapen y los visitantes salen con partes de los cuerpos de las especies como trofeos. Foto: Shutterstock.
En algunos lugares del sur de África turistas “cazan” animales, criados únicamente con este propósito, en lugares cerrados para que no escapen y los visitantes salen con partes de los cuerpos de las especies como trofeos. Foto: Shutterstock.

Ciudad de México, 6 de mayo (SinEmbargo).– El gobierno de Australia prohibió la importación y exportación de “trofeos” de caza que estuvieran hechos de partes de cuerpos de leones en un intento por erradicar la caza furtiva en la vida silvestre de África.

Los “trofeos” de caza importados no son lo que realmente parece o lo que alguna vez hace muchos años fue, cuando los leones abundaban en la vida silvestre.

Se trataban de ejemplares que fueron criados en cautiverio para entretener a turistas que pagaban miles de dólares para poder dispararles con escopetas o arcos en cierta área determinada únicamente para esta actividad.

Greg Hunt, el ministro de medio ambiente de Australia explicó que esta práctica era “cruel y barbárica”, pues se trataba de reproducir y criar a estas criaturas majestuosas con el único propósito de matarlas, dispararles por placer y por obtener ganancias.

Hunt dio a conocer que estas actividades muchas veces involucran drogas para los animales y usan a otros como carnadas para los mismos y lo calificó como una actividad inaceptable en estos días y sobre todo bajo su protección.

El anuncio se realizó en respuesta de la indignación en ascenso de las personas al conocer que se realizaba esta actividad y sobre el funcionamiento del modelo de conservación de la vida silvestre en África.

En África del Sur, la vida silvestre es considerada como propiedad privada del estado con mucho valor monetario, por lo que pueden ser comprados, vendidos y subastados.

Matar animales es un gran negocio, visto como entretenimiento y que funciona de cuatro maneras: carne, trofeos, caza verde y en conserva. La forma de caza de carne es una manera en que las personas que practican esta actividad conectan con sus “raíces” nativas en la que matan, cortan y consumen la carne del animal que cazaron.

Caza de trofeo es similar, pero ésta busca coleccionar partes del cuerpo de los animales como las cabezas o los cuernos.

La “caza verde” involucra disparar a los animales con dardos tranquilizantes en vez de balas. La idea es posar junto al animal y tomar la foto del momento, se promueve como una actividad con “la emoción” sin la muerte de los animales.

Y la caza de conservación que consiste en obtener a depredadores grandes como leones, que son mantenidos en cautiverio para la industria lucrativa.

Los leones son removidos de sus madres cuando son cachorros y se convierten en mascotas para los turistas hasta crecen y se les lleva a algún lugar con cercas para que no escape y ahí son presas de los cazadores, para que ya no tengan que buscarlos.

El Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, por sus siglas en inglés) dio a conocer que existen al menos 40 mil leones en la vida silvestre en África y con números en descenso. En los últimos 25 años, esta cifra decayó casi a la mitad debido a la pérdida de su hábitat y por el conflicto con los humanos.

El IFAW reconoció también que esta caza de conserva ha contribuido a este declive por tratarse de muertes directas y por alterar el balance genético de las poblaciones de leones.

En México se permite la importación de marfil y la cacería por trofeo es legal, además que también se pueden importar una determinada cantidad de especímenes, productos y subproductos de la vida silvestre como documentos expedidos a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el amaro de Certificado CITES Global, o con autorización del país de origen.
Los trofeos de caza importados deben ser debidamente marcados y acompañados de la documentación que demuestre su legal procedencia, según lo establecido en el Artículo 3o de la Ley General de Vida Silvestre .

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