Madrid, 6 may (EFE).- España concedió la condición de refugiada a una mujer mexicana que fue víctima en su país de las mafias de trata de personas y explotación sexual, por lo que pasará a tener derecho a las condiciones de protección que brinda la figura jurídica del asilo en España, según informó la ONG Accem en un comunicado.
Paloma, nombre ficticio de la mujer, fue captada en su país natal, México, por una red de trata de seres humanos vinculada al tráfico de drogas y a la explotación sexual de mujeres que la tuvo en cautiverio y la explotó sexualmente hasta que consiguió escapar.
Según Accem, “comenzó entonces una segunda pesadilla para Paloma, cuando trató sin éxito de conseguir la protección efectiva que necesitaba. Recibió amenazas y persecución, sin que desde el Estado mexicano se le pudiera garantizar seguridad para su vida e integridad”, por lo que “no encontró otra salida que el exilio”.
Una vez en España transcurrió un periodo de casi dos años hasta que finalmente, en estos primeros meses de 2014, se ha concedido el asilo a Paloma, de la que, por seguridad y derecho a la intimidad, no se dieron más detalles.
Tras la concesión, Paloma agradeció a España que le haya otorgado el estatuto de refugiada, convirtiéndose en la segunda víctima de estas actividades delictivas a la que se le concede: “Bendita España que me ha concedido el asilo”, afirmó.
En una carta facilitada por Accem, la mujer relató cómo tuvo “la oportunidad de volar y escapar de la más horrible cárcel y cautiverio que ningún ser humano puede imaginarse” tras ser vendida a un cártel, que la obligó incluso a participar en ritos satánicos y a “otras bajezas”.
En la carta Paloma aseguró que fue un “infierno” el tratar de buscar protección por parte de las autoridades mexicanas, y denunció además que no pudo confiar en un gobierno, el mexicano, “que a todos los niveles está corrompido”.
La mujer afirma que caminar por España sintiéndose protegida en lo mejor que le puede pasar: “Abran las puertas a más mujeres que como yo sé que están sufriendo y sin voz, apoyen a denunciar pero sobre todo a reintegrar a la víctima”, reclama. EFE
