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George P. Bush tiene sangre de mexicano y es la nueva esperanza latina de una larga dinastía política en EU

06/03/2014 - 12:01 am
Tiene una gran herencia Bush detrás y se ha convertido en la esperanza de los latinos en EU. Foto: wikipedia.org
Tiene una gran herencia Bush detrás y se ha convertido en la esperanza de los latinos en EU. Foto: wikipedia.org

Los Ángeles, 6 de marzo (SinEmbargo/The Huffington Post).– Es el nieto del ex Presidente de Estados Unidos George Herbert Walker Bush, el sobrino el ex Presidente George W. Bush, el hijo del ex Gobernador de Texas y posible candidato presidencial republicano, Jeb Bush. Tiene 37 años de edad, es abogado en Fort Worth, Texas, y es latino. O al menos, hijo de madre mexicoamericana, Columba.

Se trata de George Prescott Bush y lleva el nombre medio de un antepasado Senador. Es el nuevo representante de la dinastía más importante en la historia republicana y quizás del país.

Ayer martes, George P. Bush inició la carrera política por la que cursaron sus antepasados con tanto éxito al ganar las primarias republicanas en el estado de Texas para el puesto de Comisionado de Tierras. Una posición que si bien no es muy prestigiosa, ni muy poderosa, ni muy conocida, sí es considerada un trampolín por el que muchos llegan luego a las escaleras del poder.

El nuevo retoño de la familia Bush fue elegido por los votantes republicanos en las primarias estatales no solamente gracias a que su nombre es reconocido por todos y respetado por muchos, sino también gracias a alrededor de 3.5 millones de dólares donados por parientes, amigos y conocidos de la dinastía, así como también por numerosos simpatizantes.

La suma fue muchísimo mayor que la recolectada por el rivales de Bush dentro del partido republicano, el hombre de negocios David Watts, que ni siquiera montó una campaña en todo el estado, y si mantiene el ritmo de recolección de donaciones, no cabe duda de que se hará cargo del puesto en las elecciones generales en noviembre.

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El hecho de ser hijo de una latina y de hablar español alimenta las esperanzas dentro del ala tradicional del partido Republicano de que su control sobre la totalidad de los puestos electivos en el estado –no han perdido una elección en más de 20 años– se va a mantener pese al crecimiento de la población latina.

Con George P., afirman, los hispanos podrán solidarizarse más fácilmente con los principios republicanos y votar por esta agrupación.

El mismo candidato no lo pudo haber expresado mejor cuando dijo que “no tenemos que cambiar nuestros principios conservadores para ganar, solamente tenemos que cambiar nuestras tácticas”, durante la celebración de la victoria en un restaurante mexicano en Fort Worth, Texas. Habló en inglés y en español y honró la presencia de su madre entre los presentes.

El puesto de comisionado de Tierras administra los recursos minerales y las tierras de Texas, uno de los estados más vastos y ricos del país. Uno de los excomisionados fue David Dewhurst, el vicegobernador que en 2010 perdió la candidatura al Senado a un entonces desconocido, Ted Cruz.

Desde entonces, Cruz se convirtió en el más sobresaliente líder de la facción radical Tea Party en el país. De hecho, durante esta vuelta electoral trató de colocar a candidatos del Tea Party contra varios de los líderes tradicionales del partido. Pero esta vez, contrariamente a 2010 y 2012, sin éxito.

George P. Bush con su padre Jeb Bush. Foto: georgepfortexas.org
George P. Bush con su padre Jeb Bush. Foto: georgepfortexas.org

Aunque por el momento la suerte le sonríe, el lanzamiento del más joven de los Bush al escenario político podría no ser el más afortunado. Así, Salon.com escribía hace unos días un análisis titulado: “¿Es el idiota secreto del partido Republicano? Si George P. Bush es su futuro, el partido tiene problemas”.

En la nota, Alex Pareene detallaba que durante su campaña “de hombre rico”, los expertos que guiaron a P. Bush solo lo sometieron a eventos estrictamente controlados. Su aparición ante los medios fue siempre breve y condicional.

Y el Austin-American-Stateman, un importante periódico estatal, se negó a apoyar la candidatura de Bush, prefiriendo a su casi desconocido contrincante,

“Informes desde el lugar de los hechos sugieren que el recorrido en autobús (de George P. Bush) fue de breves discursos, sin preguntas de la audiencia, solo intercambio de pocas frases con los votantes, entrevistas veloces y luego el próximo evento. Hemos tratado nueve veces de establecer contacto por teléfono y por email con la campaña, sin éxito”.

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