Entre la Geo localización y la Piratería

06/02/2014 - 12:00 am

Como se lo comentaba la semana pasada, que es lo que pasa con estas nuevas tecnologías y la posible vulnerabilidad al respecto, veamos pues:

Al enviar un correo electrónico o realizar un comentario en un blog el propietario del dominio o servidor es capaz de saber de qué dirección IP viene el correo electrónico o el comentario en su blog, existen programas gratuitos que revelan la ubicación “ geo localización” de la persona, a esto me refiero como lo digo desde el inicio, la geo localización está en todo, nuestras credenciales están en el aire, en la nube, online, en la red saben quiénes somos, cuánto ganamos, en qué gastamos, cuántas veces entramos a revisar nuestro estado de cuenta.

Las policías del mundo, las conocidas policías informáticas cada día son más especializadas en capturar informáticos virales por llamarles de alguna manera, van en busca del “contrabando, extorsión, piratería, descargas y hospedajes informales” pero el día a día no necesariamente lo pacta así, recuerda usted amable lector la controversia suscitada hace unos años con la aparición de Napster, un software de distribución libre que se llegó a utilizar por millones de usuarios para descargar archivos musicales, pues los años han pasado, las plataformas y modos han evolucionado, sus fundadores están en la cárcel, los servidores de Megaupload están cooptados por el FBI, pero años más tarde tenemos YouTube, software P2P de descargas, páginas con alojamiento de discografías completas y un sinfín de enlaces que brindan la posibilidad de bajar un archivo de Word, escuchar música y descargarla, ver y bajar un video, descargar una película completa o ver una película que se proyecta en el cine desde tu iPad, incluso ver la televisión por Internet desde las aplicaciones oficiales de las compañías de televisión que se incorporan a estas nuevas tecnologías, hasta las páginas y servidores que ponen al alcance de todos el mejor fútbol del planeta de manera gratuita. Sin duda esto genera el debate de si es o no “legal”, incluso como le he comentado en esta misma columna, lo referente a los libros digitales que día a día desplazan al libro tradicional, pero que también ponen en riesgo su descarga masiva sin el pago de derechos de autor que corresponde.

Le hago unas preguntas ¿Usted alguna vez ha descargado un archivo mp3 de algún servidor?, ¿Ha visto alguna película o serie por Internet?, ¿Ha descargado un libro o fotocopiado alguno durante su vida obviamente sin autorización expresa del autor?.

Le tengo una noticia por si usted es de los 2 de cada 10 que no lo hacen, la mayoría según un estudio realizado por American Chamber of Commerce México publicó la encuesta sobre hábitos de consumo de productos falsificados y los resultados fueron importantes, confirmando esta tendencia de aceptación hacia el consumo de productos pirata o falsificados, dicho estudio confirmó que 8 de cada 10 personas encuestadas aceptaron haber adquirido o bajado de Internet algún producto pirata;  de este 80%, el 47% se encuentra en un rango de edad de entre los 16 y los 30 años.

Esta adopción y conocimiento de las nuevas tecnologías nos va llevando de la mano a pensar inmediatamente en la piratería o dicho de una manera más técnica desde la visión como jurista lo debería nombrar como delito contra la propiedad industrial y contra los derechos de autor, sin duda alguna esto es un ilícito pero también debemos mirarlo desde diferentes ángulos, pero sobre todo deberíamos analizar la percepción que se tiene dentro de la sociedad mexicana, quizá no sea igual aquél que descarga una canción, al que ha descargado 4000 en su vida o el que compra abiertamente 5 o 10 CD’s piratas al salir del metro en día de quincena o el que distribuye, fabrica, o comercializa con estos productos.

Resulta aún más grave aquél que comanda un ejército de camellos musicales, literarios e informáticos y que han hecho de esta actividad “ilícita a todas luces” su modus vivendi, y que va más lejos de lo que llegamos a imaginar la producción de un disco puede rondar quizá un peso o menos, pero dependiendo la zona referenciada por estudios empíricos de mercado y sin preparación académica alguna, que al final resulta más efectiva o también dependiendo al grupo delictivo que comande la distribución y venta. Como se lo he comentado en Nuevo Laredo llegan a costar 40 pesos a diferencia de Tepito que cuestan 2 o 3 pesos, usted puede distinguir si tienen en la portada y en el disco un pato, una Z, una calavera, eso significa a que grupo de distribución pertenece.

Estaríamos hablando de delitos federales también considerados como graves por el Código Federal de Procedimientos Penales, como el secuestro o el narcotráfico, la piratería es un ilícito que no es tan penado socialmente en México.

Desde hace muchos años, han existido personas que encuentran una forma de obtener mayor beneficio de una situación en particular, hoy en día y casi sin querer se vive al límite de la ilegalidad o dentro de ella, quizá usted diga yo nunca he comprado un disco pirata y nunca lo haría, perfecto, que tal un perfume, unos lentes Carrera, un bolso Tous, un software Office, es más afuera de los tribunales se venden enciclopedias virtuales, programas jurídicos “piratas” y los abogados los compran.

Dentro de la encuesta en comento, preguntaron a los participantes cuál era su percepción que tenía sobre la piratería y la respuesta más común fue que era una manera de obtener productos de la misma o similar calidad a un menor precio. Más alarmante resulta la estadística que muestra que 94% de los encuestados dijeron conocer a alguna persona que compra piratería, y 54% de los mismos aceptó que recomendaría a alguna persona comprar productos falsificados.

El derecho de autor es cada vez más cuestionado en el mundo: ¿La cultura es de alguien?, ¿El arte tiene dueño?, ¿La cultura es propiedad colectiva porque todos la alimentamos, cuestionamos o inspiramos? Una cosa es que un autor cobre por dar un concierto y otra, muy distinta, es que quiera controlar la transmisión y consumo de su música. ¿No es esto a lo que todo artista verdadero aspiraría, más allá de las ganancias financieras? Y lo anterior, sin considerar que una buena parte de las ganancias ni siquiera terminan en manos de su creador, sino en manos  de las disqueras, productoras o promotoras, editoriales, etc.

El conocimiento de las nuevas tecnologías y de inspiradores conocimientos y procesos nos ha volcado en pensar de manera individual, hoy se producen discografías con un escaso equipo de cómputo, con conocimientos progresivos, pero con sueños cumplidos, hoy cada quien es libre de aplicarse y grabar su propio disco de música, de hacer su propia película como mis amigos los hermanos Castro Vizcarra, de publicar uno o mil libros, bajo las letras libres, compartir conocimientos a través de YouTube, etc. Dígame si no es maravilloso escuchar esta música y que al mismo tiempo su autora obtenga ingresos por el simple hecho de darle “un like” un me gusta. Mire que Daniela canta como los ángeles y es mi inspiración auditiva mientras escribo.

Lo dejo escuchando esta música de un cover y nos vemos la próxima semana.

Raúl Flores Rodríguez
Doctorando en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid, Maestro en Gobierno y Gestión Pública por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) Santander, España, Licenciado en Derecho, Especialista en Derecho Electoral, Calidad de la Democracia, Consultoría Política-Electoral, Narcotráfico y Seguridad, Director General de Nexo Estudios.
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