Lo que distingue a este hallazgo es el fósil preservado del animal que hizo el camino, frente a las conjeturas que hay que hacer cuando el cuerpo no ha sido preservado.
Madrid, 5 septiembre (EuropaPress).- En un notable descubrimiento evolutivo, un equipo de científicos codirigido por un geocientífico del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia (Virginia Tech) ha hallado lo que podría ser uno de los primeros rastros creados por animales en la superficie de la Tierra hace aproximadamente 550 millones de años, según publican en el último número de Nature.
Shuhai Xiao, profesor de geociencias en el Virginia Tech College of Science, considera los fósiles desenterrados, incluidos los cuerpos y los rastros dejados por una antigua especie animal, el signo más convincente de la antigua movilidad animal, que se remonta a unos 550 millones de años.
La llamada “Yilingia spiciformis”, que se traduce como “insecto puntiagudo de Yiling”, por el nombre de la ciudad china cercana al yacimiento, fue localizada en múltiples capas de roca por científicos de la Academia de Ciencias de China.
Las pruebas proceden de la misma unidad de roca y tienen aproximadamente la misma edad que las huellas de insectos encontradas por Xiao y su equipo en una serie de excavaciones entre 2013 y 2018 en el área de las Gargantas de Yangtze, en el sur de China, y se remontan al Período Ediacarán, mucho antes de la edad de los dinosaurios o incluso del supercontinente Pangea.
Lo que distingue a este hallazgo es el fósil preservado del animal que hizo el camino, frente a las conjeturas que hay que hacer cuando el cuerpo no ha sido preservado.
“Este descubrimiento muestra que los animales segmentados y móviles evolucionaron hace 550 millones de años –dice Xiao–. La movilidad hizo posible que los animales hicieran una huella inconfundible en la Tierra, tanto literal como metafóricamente. Esas son las características que se encuentran en un grupo de animales llamados bilateros (simétricos). Este grupo nos incluye a los humanos y a la mayoría de los animales. Su capacidad para dar forma a la faz del planeta está en última instancia vinculada al origen de la motilidad animal”.
El animal era una criatura parecida a un milpiés de 0.635 a 2.54 cm de ancho y hasta 10 cm de largo que arrastraba alternativamente su cuerpo a través del suelo fangoso del océano y descansaba a lo largo del camino, dejando senderos de hasta 58 cm. El animal era una criatura alargada y estrecha, con más o menos 50 segmentos del cuerpo, un lado izquierdo y derecho, una espalda y barriga, y una cabeza y una cola.
El origen de los animales bilateralmente simétricos, conocidos como bilaterianos, con cuerpos segmentados y movilidad direccional es un evento monumental en la evolución animal temprana, y se estima que ocurrió en el Período Ediacarán, hace entre 635 y 539 millones de años.
Pero hasta este hallazgo de Xiao y su equipo, no había evidencia fósil convincente para corroborar esas estimaciones. Uno de los especímenes recuperados es particularmente vital porque el animal y el rastro que produjo justo antes de su muerte se conservan juntos.
Sorprendentemente, el hallazgo también marca lo que puede ser la primera señal de toma de decisiones entre los animales: los senderos sugieren un esfuerzo para moverse hacia o alejarse de algo, tal vez bajo la dirección de un sistema nervioso central sofisticado, dice Xiao.
La movilidad de los animales provocó impactos ambientales y ecológicos en el sistema de superficie de la Tierra y, en última instancia, provocó el sustrato cámbrico y las revoluciones agronómicas, añade.
“Somos el animal más impactante en la Tierra –recuerda Xiao, también miembro afiliado del Centro de Cambio Global en Virginia Tech–. Dejamos una gran huella, no solo de la locomoción, sino en muchas otras actividades más impactantes relacionadas con nuestra capacidad de movimiento. Cuándo y cómo evolucionó la locomoción animal define un importante contexto geológico y evolutivo de impacto antropogénico en la superficie de la Tierra”.
Por su parte, Rachel Wood, profesora de la Facultad de Geociencias de la Universidad de Edimburgo en Escocia, que no participó en el estudio, corrobora que “este es un hallazgo notable de fósiles altamente significativos. Ahora tenemos evidencia de que animales segmentados estaban presentes y habían ganado una capacidad para moverse a través del fondo del mar antes del Cámbrico, y más notablemente podemos vincular al fabricante real del rastro con el rastro. Tal preservación es inusual y proporciona una visión considerable de un paso importante en la evolución de los animales”.