Bitácora de un debutante. Día 25…

05/06/2012 - 12:00 am

 

Esta es una confesión que me permito hacer porque ya tengo mi título universitario y nadie puede quitármelo… que yo sepa.

En la clase de Desarrollo Emprendedor teníamos que presentar una idea o propuesta de negocios, luego se formarían equipos alrededor de las mejores ideas o las que parecieran al menos más viables. Terminamos cuatro amigos trabajando para poder mandar mensajes mediante letreros LED’s de coche a coche. Creo que la idea no era muy buena, pero éramos cuatro buenos amigos y eso bastaba. A mí la verdad es que no se me ocurría ninguna idea y propuse un autocinema.

El asunto es que teníamos que investigar, costos, proveedores, todas esas cosas. Es obvio que teníamos que investigar si la idea además de parecernos simpática podía ser viable. Imprimimos como 300 encuestas con una variedad de preguntas. ¿Qué edad tienes? ¿Tienes coche? ¿A qué te dedicas? ¿Usarías el servicio? ¿Qué clase de mensajes enviarías a otros conductores?

Nos repartimos las encuestas, cada quien aplicó unas cuantas y luego descubrimos que “se nos había venido el tiempo encima” sin haber terminado, así que tuvimos que “maquillar” o “copetear” las encuestas para poder terminar a tiempo. Nos sentamos todos en una mesa, para darle verosimilitud pusimos varios tipos de lápices, plumas, plumones, etcétera, y empezamos a rellenar las encuestas. Lo que nos guío en este proceso de vaciado de datos fue la camaradería y el chascarrillo oportuno. Poníamos profesiones como: “Ecoloco”, “Maestro de Tae-Bo”, etcétera, o mensajes como: “Puto el que lo lea”, “No estoy pedo, soy chilango” y similares. Entramos en tal éxtasis cómico que cuando hicimos el recuento de las encuestas nos dimos cuenta de que nuestro proyecto NO era viable. ¿Y por qué no era viable? Porque entre tanto jugueteo que parecía de borrachos, yo creo que nos sinceramos y contestamos más veces que NO usaríamos el servicio a las que SÍ lo usaríamos. Así que tuvimos que desechar las encuestas y volver a empezar gozosamente, esta vez para que resultara que SÍ era viable. ¿A qué viene toda esta historia?

El periódico La Jornada publicó una nota titulada “Sondeos son usados para mentir y hacer propaganda: Marván” y dice más o menos así:

“Los estudios de opinión son usados para decir mentiras; se están utilizando de manera mañosa, advirtió María Marván Laborde, consejera del Instituto Federal Electoral (IFE). ¿Cómo pueden encuestas que dicen ser nacionales traer una 20 puntos de ventaja y otra cuatro? No es creíble. Eso quiere decir, necesariamente, que una de las dos miente. Y si no nos están entregando metodologías –añadió–, la situación se vuelve más preocupante porque puede llevar a cierta confusión al electorado. Una encuesta seria no es propagandística.

“El boom se evidencia con los siguientes datos: del 15 de diciembre al 9 de mayo se han difundido los resultados de mil 67 encuestas (125 en el periodo de precampaña, 181 en la intercampaña y 761 en la primera mitad de la campaña), derivados de 134 estudios registrados ante el IFE. En el mismo periodo del proceso electoral de 2006, los estudios eran apenas 57”.

Quiero decir un par de cosas. Lo primero es que aunque aquél entonces creíamos que nuestro proyecto tenía que ver con LED’s, en realidad fuimos unos de los pioneros en el falseo de encuestas. Esa misma idea tendría que haber presentado como oportunidad de negocio, en vez de un autocinema. La segunda es que si estas encuestas falseadas las contestan cuatro amigos en una mesa, la señora Marván debe saber que en algún basurero hay otro montón de encuestas en las que los encuestados son “ecolocos” o maestros de Tae-Bo. Y por último: ¿De qué manera las encuestas falseadas nos engañan? ¿Alguien va a votar por Quadri si viera que encabeza una encuesta por 97 puntos?

Por cierto, hace tiempo que no hablo con estos amigos y hoy mismo no sé a qué se dediquen… ¿será?

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/06/03/politica/007n1pol

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