En Chihuahua es indiscutible que la crisis económica viene con todo, y que el Ejecutivo necesita ser mucho más flexible con el presupuesto para poder enfrentar las nuevas circunstancias adversas porque, si no se atienden con prontitud, pueden impactar seriamente a la población.

Ese fue el argumento que nuestro Gobernador Javier Corral, de extracción panista, expuso ante los diputados del Congreso; la fracción parlamentaria de Morena no tardó en entender la verdad en sus palabras y aumentamos y flexibilizamos sus facultades de manejo del presupuesto, con la condición de que no se saliera del máximo aprobado ni obtuviera créditos sin la aprobación del Legislativo.

Aunque durante el debate interno hubo quienes opinaron que darle estas facilidades al mandatario le permitiría mejorar su imagen, posicionándose para las próximas elecciones, y que durante la crisis sanitaria no se había comportado como aliado contra la epidemia, sino que había medrado políticamente de las dificultades y molestias de la población contra el Gobierno federal; contra esos argumentos, nosotros insistimos que en tiempos de crisis la conducta del adversario político no debe conducir nuestra respuesta, sino que debemos actuar a favor del bien superior, que en este caso sería la salud de la población, y aprobamos la solicitud del gobernador.

Sin embargo, no debemos olvidar que el Partido Acción Nacional se ha convertido en un activista para evitar que López Obrador tenga mayores facultades presupuestarias, asumiendo una actitud contraria a lo que hicimos en Chihuahua; no nos arrepentimos de haber apoyado a Corral, hasta nos sentimos orgullosos de concederle la confianza necesaria para que gestione mejores tiempos para la población, porque la recuperación de la normalidad evitará mayores daños a los chihuahuenses.

El hecho de habernos comportado a la altura nos da fuerza moral para llamar mezquinos y desgraciados a los panistas del Congreso Federal, que han lucrado con las miserias del pueblo y golpeado al presidente durante la pandemia para sacar raja política; sus conductas políticas son profundamente inmorales, han renunciado a la vía democrática para recuperar el poder y demostrado que están dispuestos a tomar la salida violenta.

Sólo les decimos, en términos populares, “una vez más van a fracasar en sus afanes perversos e inhumanos”.

Gustavo De la Rosa

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Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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