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Germán Petersen Cortés

05/05/2015 - 12:04 am

¿Masoquismo en las urnas?

Mediante el voto es posible castigar a quienes gobiernan mal y premiar a quienes gobiernan bien. No obstante, aun cuando el sufragio ofrece esta posibilidad, son los electores quienes, finalmente, premian o castigan. En este contexto, hay quienes no solo se niegan a castigar a quienes han gobernado mal, sino que planean apoyarlos en las […]

Mediante el voto es posible castigar a quienes gobiernan mal y premiar a quienes gobiernan bien. No obstante, aun cuando el sufragio ofrece esta posibilidad, son los electores quienes, finalmente, premian o castigan. En este contexto, hay quienes no solo se niegan a castigar a quienes han gobernado mal, sino que planean apoyarlos en las urnas.

Aquí se abordan los casos de los dos estados más golpeados por la violencia a lo largo de los últimos meses: Guerrero y Michoacán. Guerrero fue conducido a un auténtico colapso de gobernabilidad por una administración emanada del PRD/PT/MC y Michoacán a una situación semejante por una del PRI/PVEM. Contra todo pronóstico, tanto el PRI/PVEM en Michoacán como el PRD/PT en Guerrero son competitivos en las próximas elecciones de gobernador. ¿Mero masoquismo?

El esquema teórico en que se cimenta la democracia electoral es sencillo: los gobiernos implementan políticas públicas, los gobernantes rinden cuentas a los ciudadanos sobre estas políticas y los ciudadanos deciden por quién votar, tomando en cuenta, en otras cosas, su evaluación de estas políticas. En amplias regiones del país, este modelo nada tiene que ver con la realidad.

Mientras no se use el voto para premiar o castigar serán mínimos los incentivos de la clase política y de las instituciones para mejorar. Dicho en otros términos, no hay razones para que los gobiernos optimen su desempeño y sean más efectivos en sus políticas, si aun sin hacerlo reciben votos al por mayor.

Ángel Aguirre y José Luis Abarca llegaron a la gubernatura de Guerrero y a la alcaldía de Iguala, respectivamente, por la alianza PRD/PT/MC. En pocos meses, Aguirre echó por la borda cualquier viso de gobernabilidad en la entidad, dejando a la sociedad a merced del sangriento choque entre Los Rojos y Guerreros Unidos, que acabó con la vida, entre muchos otros, de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. En cuanto a Abarca, sigue bajo arresto y es uno de los principales sospechosos de la desaparición de los 43.

Hoy, como si no hubiera habido Aguirres y Abarcas, la candidata del PRD/PT a la gubernatura del estado y ex secretaria de Desarrollo Social de la administración de Aguirre, Beatriz Mojica, va en segundo lugar de las preferencias, según El Universal.

Fausto Vallejo, el gobernador que llevó a Michoacán a una espiral de violencia que continúa hasta hoy y cuyo hijo Rodrigo departía con Servando Gómez “La Tuta”, llegó a la titularidad del Ejecutivo estatal como candidato del PRI/PVEM. Además de perder el control del estado, Vallejo se aferró al timón aun cuando a todas luces no estaba en condiciones físicas para gobernar. Cuando por fin pidió licencia, lo sucedió en el cargo su secretario General de Gobierno, Jesús Reyna, quien tiene más de un año encarcelado por presuntos vínculos con el crimen organizado.

Hoy, el candidato del PRI, Ascensión Orihuela, está en empate técnico con la candidata del PAN Luisa María Calderón y el candidato del PRD Silvano Aureoles, a decir de El Financiero/Parametría.

¿Cómo es posible que sean competitivos los abanderados de partidos cuyos gobiernos han sumido a estos estados en el desastre? Una primera hipótesis es que su dominio se sostiene en votantes duros y clientelares. Si bien es cierto que esto podría explicar parte de su fortaleza electoral, el votante duro y el clientelar también están en libertad de decidir por quién votar y, en esta libertad, deciden hacerlo a favor de estos partidos.

La competencia electoral debiera traer mejores gobiernos. No obstante, esto ocurrirá si y solo si los votantes se inclinan por un partido u otro en buena medida por lo que las administraciones emanadas de ellos han hecho o dejado de hacer.

Valga la siguiente analogía: la existencia de múltiples oferentes de un producto en el mercado solo elevará la calidad de este si los consumidores tienden a comprarle a quien ofrezca mejor calidad y menor precio. En cambio, si deciden apoyar a quien ya ha demostrado que falla, no habrá incentivos para mejorar.

No usar el sufragio para castigar tiene una impronta masoquista, pues implica quedarse con los mismos a pesar de lo que han hecho. Ojalá guerrerenses y michoacanos sancionen a quienes los han llevado al precipicio. Solo así será posible cerrarle el paso a una de las más grandes fuentes de impunidad en México, no jurídica sino política: que en las urnas no se sancione a quien lo merece.

@GermanPetersenC

Germán Petersen Cortés
Licenciado en Ciencias Políticas y Gestión Pública por el ITESO y Maestro en Ciencia Política por El Colegio de México. En 2007 ganó el Certamen nacional juvenil de ensayo político, convocado por el Senado. Ha participado en proyectos de investigación en ITESO, CIESAS, El Colegio de Jalisco y El Colegio de México. Ha impartido conferencias en México, Colombia y Estados Unidos. Ensayos de su autoría han aparecido en Nexos, Replicante y Este País. Ha publicado artículos académicos en revistas de México, Argentina y España, además de haber escrito, solo o en coautoría, seis capítulos de libros y haber sido editor o coeditor de tres libros sobre calidad de vida.

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