Jerusalén, 4 Dic (Notimex).- Israel anunció la construcción de mil 700 casas en el asentamiento ultraortodoxo de Ramat Shelomo, en la parte norte de Jerusalén este, que se suman a las tres mil dadas a conocer el pasado viernes.

El nuevo anuncio forma parte de las represalias israelíes a la aceptación por la Asamblea General de Naciones Unidas con 138 votos, 40 abstenciones y nueve en contra, de la membresía de Palestina como Estado observador.

El plan en Ramat Shelomo rescata el proyecto abandonado hace dos años por las presiones de Estados Unidos, y muestra que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu no cambia sus planeas pese a la presión internacional.

Ubicado entre el norte de Jerusalén y el sur de Ramala, capital de la palestina Cisjordania, entre poblaciones árabes, el proyecto fue aprobado justo el nueve de marzo de 2010, día en el que el vicepresidente estadunidense Joe Biden aterrizó en Israel.

La coincidencia fue considerado una bofetada a los esfuerzos por aquel entonces de Washington para reactivar las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.

La crisis diplomática convenció a Netanyahu de marginar el proyecto, pero la víspera lo sacó del cajón para castigar a los palestinos por acudir a la ONU y salirse del proceso de Oslo.

Además del anuncio de tres mil nuevas viviendas hecho el pasado viernes, Israel también anunció el decomiso de unos 80 millones de dólares de los impuestos que recoge a nombre de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) todos los meses.

“Netanyahu está haciendo todo lo que no se esperaba de él. Antes de la votación en la ONU le insistimos que no tomara medidas unilaterales que bloqueen futuras negociaciones”, dijo a Notimex una fuente diplomática estadounidense en la zona.

“El Estado palestino sólo saldrá de negociaciones entre Jerusalén y Ramala”, afirmó Netanyahu, que dentro de dos meses afronta elecciones y puede haber endurecido sus castigos para no perder votantes nacionalistas.

El primer anuncio de las tres mil viviendas en la llamada zona E1 causó estupor internacional, pues se trata de un área que para la comunidad internacional es una línea roja a no cruzar.

Para los analistas se trata sólo de algo simbólico que no se realizará por la oposición internacional, pues extendería la territorialidad israelí hacia el este, creando una cuña de unos 15 kilómetros entre el norte y sur de Cisjordania.

De concretarse, ese proyecto decapitaría la solución de dos Estados para dos pueblos, pues rompería la unidad territorial de un estado palestino y confinaría Medio Oriente a un eterno conflicto.

Los embajadores de Israel en varias capitales europeas fueron convocados ayer a la cancillería para explicar la cadena de castigos de su gobierno contra los palestinos, mientras se acumulaban los comunicados de condena internacional.

De parte de la comunidad internacional Israel podría enfrentar el congelamiento de proyectos conjuntos, políticas más agresivas para boicotear la producción de los asentamientos y quizás reducir el nivel de delegaciones diplomáticas en Tel Aviv.

Según el Canal israelí 2 de televisión, Estados Unidos, principal apoyo internacional de Israel, se vio “traicionado” por su aliado después de haberse situado a su lado en la votación en la ONU del pasado jueves y de apoyarlo en la reciente operación militar en Gaza.

Como un castillo de naipes, país tras país se sumaron a la condena diplomática de Israel, cuyo gobierno desoye incluso las protestas internas.

Los más reconocidos analistas israelíes aseguran que “Europa cobrará a Israel un alto precio” por la construcción en los asentamientos, y que esta vez Netanyahu “no puede hacer caso omiso” a las quejas.