Estudio identifica alteraciones en el cerebro de gente con Síndrome de Fatiga Crónica

04/11/2014 - 12:00 am

Ciudad de México, 4 de noviembre (SinEmbargo).- Un nuevo estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Standford identificó que los cerebros de los pacientes con Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) tienen diferencias distintivas en comparación con aquellos de personas sanas, avance que facilitaría su diagnóstico y atención.

El SFC, “es uno de los mayores desafíos científicos y médicos de nuestros tiempos”, dijo en una nota de prensa de la Universidad el doctor José Montoya, profesor de enfermedades infecciosas y medicina geográfica y principal autor del estudio, pues es común que sea confundido con otros trastornos, o incluso se diagnostique como hipocondría.

Al utilizar tres metodologías sofisticadas de imagen cerebral, los científicos notaron que las personas con fatiga crónica difieren en al menos tres distintas maneras, de las personas sanas.

De acuerdo con el comunicado, los síntomas más comunes de esta enfermedad no sólo incluyen fatiga abrumadora por seis meses o más, sino también dolor articular, muscular y de cabeza incapacitantes, intolerancia a los alimentos, dolor de garganta, agrandamiento de los ganglios linfáticos, problemas gastrointestinales, eventos anómalos de la presión arterial y la frecuencia cardiaca, e hipersensibilidad a la luz, los ruidos y otras sensaciones.

Identificaron al menos tres diferencias entre los pacientes y los cerebros sanos. Foto: Universidad de Standford
Identificaron al menos tres diferencias entre los pacientes y los cerebros sanos. Foto: Universidad de Standford

Desde hace varios años, el equipo de médicos ha dado seguimiento a 200 personas con SFC, por lo que para este estudio eligió a 15 de ellos y comparó sus imágenes cerebrales con otras 14 personas sin algún síntoma relacionado, ahí vieron que los pacientes tenían menos materia blanca que las personas sanas. Es decir, los conductos nerviosos que portan información de una parte del cerebro a otra.

Los investigadores relacionaron esta disminución de la materia blanca con una posible infección viral que aún no se ha identificado y que podría ser la causante del síndrome.

Asimismo, también identificaron una anomalía en el nervio que conecta el lóbulo frontal y el lóbulo temporal del cerebro, llamado fascículo arqueado derecho, que además tiene una correlación entre el grano de anormalidad y la severidad en la condición del paciente, según determinaron con pruebas psicométricas.

Además, otro de los hallazgos de la investigación publicada en la revista Radiology, fue que las personas con SFC presentaron mayor grosor en la materia gris encontrada en dos áreas del cerebro conectadas por el fascículo arqueado derecho.

“Si no se comprende la enfermedad, se tiran dardos con los ojos vendados. Nos preguntamos si las imágenes del cerebro sacarían algo concreto que difiriera entre los cerebros de los pacientes [de síndrome de fatiga crónica] y los de las personas sanas. Y de forma interesante, así fue”, dijo Michael Zeineh, profesor asistente de radiología, en el comunicado.

De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el Síndrome de Fatiga Crónica tiene entre los síntomas más comunes la inexplicable e intensa fatiga que no se quita con descanso y dura por lo menos seis meses, asimismo se identifica un malestar prolongado por más de 24 horas después de realizar un esfuerzo físico, sueño no reparador, deterioro de la memoria a corto plazo y la concentración, dolor muscular y de articulaciones, así como en la cabeza. Hay sensibilidad en los ganglios linfáticos del cuello o las axilas y dolor de garganta recurrente.

Aparte de estos, algunos pacientes pueden experimentar también colon irritable, depresión, escalofríos, sudoración nocturno, alteraciones visuales, mareos, problemas de equilibrio, desmayos y alergias.

Según una estimación de la Organización Mundial de la Salud, de 0.2 al 0.5 por ciento de la población mundial padece esta enfermedad, y de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en México se estima que un millón de personas sufren esta condición.

 

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