Estudio sobre tortugas bebé podría ayudar a protegerlas

04/05/2015 - 12:00 am
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Se trata del primer estudio directo para determinar si había una migración “pasiva” en las tortugas marinas pequeñas. Foto: Shutterstock.

 

Ciudad de México, 4 de mayo (SinEmbargo).–Los “años perdidos” de las tortugas fueron revelados finalmente por un grupo de científicos con un estudio realizado. Durante mucho tiempo hasta la actualidad se creyó que las tortugas de 6 a 18 meses de edad se perdían en las corrientes marinas, una creencia que perduró ya que casi no se estudió a la especie durante esta primera etapa de vida.

Este nuevo descubrimiento es importante para los científicos, que los mantuvo intrigados por este dato durante años, saben a dónde se dirigen los animales de esta especie recién nacido ante de regresar a las áreas de la costa para envejecer y reproducirse.

“Todas las especies de tortugas marinas están amenazadas o en riesgo, bajo la Ley de Especies en Peligro; al conocer su distribución es una parte esencial de su protección. Entender mejor su comportamiento en esta etapa ayuda a hacer predicciones más acertadas sobre a dónde van y qué riesgos pueden encontrar”, explicó el Doctor Nathan Putman, uno de los líderes investigadores del nuevo estudio publicado en Current Biology.

Luego de nacer, las jóvenes tortugas marinas nadan hacia el mar y se dispersan con la ayuda de las corrientes oceánicas. Las tortugas son raramente observadas durante los próximos dos a diez años más o menos, pero los estudios sugieren que algunos residen entre esteras de algas que proporcionan refugio y hábitat en el mar abierto.

No se determinaron patrones en específico del nado de las tortugas, pero sí determinó que se trata de un nado voluntario, a pesar de las fuertes corrientes marinas como lo muestra el mapa. Imagen: NOAA.
No se determinaron patrones en específico del nado de las tortugas, pero sí determinó que se trata de un nado voluntario, a pesar de las fuertes corrientes marinas como lo muestra el mapa. Imagen: NOAA.

La investigadora Kate Mansfield colocó etiquetas diseñadas especialmente para obtener energía solar en 24 tortugas verdes pequeñas y otras 20 en otras tortugas recién nacidas que fueron capturadas en el Golfo de México.

Las etiquetas eran rastradas por satélites durante un corto periodo de tiempo antes de que se desvanecieran de los caparazones de tortuga de manera natural, aproximadamente de 2 a 3 meses. Manfield desplegó también boyas a la deriva superficiales que también eran estudiadas vía satélite.

Posteriormente se rastrearon las pistas y se compararon los movimientos de las tortugas y fue cuando los investigadores encontraron que las rutas de los animales marinos difieren significativamente.

En una nueva instancia, el comportamiento de las tortugas bebés pareció ayudarles a alcanzar o permanecer en hábitats más favorables en el océano.

“Los resultados de nuestro estudio tienen implicaciones enormes para una mejor comprensión de mar a principios de sus años de supervivencia y el comportamiento que puede conducir a nuevas formas de proteger a los animales”, explicó Mansfield.

Además destacó que lo que es más emocionante de estos resultados que arrojó el primer estudio demuestra que el más pequeño grado de nado u orientación de nado puede hacer una gran diferencia en cuanto a la dispersión de estos animales.

El estudio fue retomado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) con el objetivo de comprender y predecir mejor los cambios que se dan en el ambiente global, desde las profundidades del océano hasta la superficie solar para conservar y manejar los recursos marinos y de costa.

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