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El dolor de pecho no es siempre un síntoma de infarto. Conoce otras 7 causas

04/03/2017 - 5:02 pm

El doctor Alessandro Sionis, presidente de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Cuidados Agudos Cardiovasculares de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y director médico del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, señala que existen numerosas causas de dolor torácico, aquí las conocerás.

Ciudad de México, 4 de marzo (SinEmbargo/AS México).- Sentimos un dolor torácico. Nos ponemos en lo peor. Nos preocupamos. Nos agarramos el pecho. Nos invade el miedo. Todo, en décimas de segundo. ¿Estaremos sufriendo un infarto? Ante la duda, si creemos que nos está dando un ataque al corazón, aunque siempre hayamos presumido de una salud de hierro, es mejor llamar al 112. Es mejor ser precavidos y consultar, que un profesional cualificado realice las preguntas adecuadas para saber qué nos sucede. En los servicios de urgencia, contamos con profesionales excelentes. No lo olvidemos.

Lo bueno es que, estadísticamente, es poco frecuente que ese dolor torácico desemboque en algo muy dramático. Desde luego, un dolor precordial debe hacer que descartemos siempre enfermedades cardiovasculares. Sobre todo, si somos fumadores, hipertensos y tenemos colesterol elevado. Tal vez sea momento de practicar hábitos de vida saludables; de coger la raqueta o de ponerse el bañador. Investigadores, de un estudio publicado a finales de 2016 en el British Journal of Sports Medicine, han dicho que los deportes de raqueta, la natación y el aeróbic previenen un infarto.

El doctor Alessandro Sionis, presidente de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Cuidados Agudos Cardiovasculares de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y director médico del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, señala que existen numerosas causas de dolor torácico. Entre ellas, destaca “la pericarditis (inflamación del pericardio, una membrana que envuelve y protege el corazón), la costocondritis (inflamación de los cartílagos costales) y los dolores de origen osteomuscular”. Por su parte, el doctor José Luis Zamorano, director del Simposio ‘Avances en Cardiología 2017’ y jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, afirma que hay enfermedades que pueden ser graves, como las aórticas, u otras banales, como simplemente un dolor muscular. “El dolor precordial es una de las consultas más frecuentes en la consulta. Lo importante es ver las características del dolor, los factores de riesgo del enfermo y hacer un diagnóstico diferencial de los distintos tipos de dolor. Sin duda, ante la duda, hay que consultar al médico”, insiste.

A continuación, glosamos siete causas de dolor torácico diferentes al infarto, una información elaborada con la ayuda de ambos especialistas.

1. ACIDEZ

Uno de cada cinco españoles sufre enfermedad por reflujo gastroesofáfico (ERGE). Se produce como consecuencia de la relajación o debilidad del músculo que une el estómago con el esófago, responsable del paso de los alimentos. El reflujo gastroesofágico se manifiesta generalmente en forma de ardor, una ‘quemazón’, retroesternal. Suele estar relacionado con el período postprandial, después de las comidas, cuando el contenido gástrico, que es ácido, refluye hacia el esófago. Puede provocar un espasmo del esófago que puede confundirse con los síntomas de un infarto o de una angina de pecho. No olvidemos que el dolor del infarto puede ser en el epigastrio (lo que conocemos como la boca del estómago). Los protectores de estómago ocupan desde hace algunos años los primeros puestos de medicamentos más vendidos y consumidos en nuestro país.

2.TENSIÓN MUSCULAR

Los dolores musculares están entre las causas más frecuentes de dolor torácico. Es lo que tiene pasar de estar tumbado todo el día en el sofá a pretender participar en una ‘ironman’. Puede aparecer en el pecho, pero suele cambiar con la postura o relacionarse con algún golpe o ejercicio. Puede estar desencadenado o empeorar con los movimientos, con la respiración o aplicando una presión sobre la zona afectada. Suele responder bien al tratamiento con fármacos analgésicos convencionales.

3.COSTOCONDRITIS 

La costocondritis es una inflamación de los cartílagos costales. El dolor, que tiene las características de dolor osteomuscular, se localiza normalmente cerca del esternón. Suele empeorar al tocar la zona afectada.

4. HERPES ZOSTER

El herpes zoster lo provoca el mismo virus de la varicela. En las personas que la han tenido, este virus se puede quedar inactivo en algunos nervios. Si el virus se activa, da lugar a una erupción cutánea que se caracteriza por la aparición de vesículas, pequeñas burbujas en la piel, que se agrupan en racimos. La erupción aparece sólo en un lado del cuerpo y es dolorosa. El diagnóstico diferencial es fácil. Los medicamentos antivirales pueden disminuir el dolor y acortar la duración de los síntomas, pero sólo si se toman dentro de las 72 horas posteriores a la aparición de la erupción. ¡Cuidado! Un estudio avalado por el Centro Médico Olmsted y la Clínica Mayo, en EE UU, descubrió que se incrementa el riesgo de sufrir un ictus o un infarto de miocardio en los mayores de 50 años que sufren un episodio de herpes zóster en los tres meses siguientes a tenerlo.

5. PERICARDITIS

La pericarditis es una inflamación del pericardio, una membrana (o un saco) que envuelve el corazón dándole protección. La causa más frecuente es una infección por un virus. Esta inflamación produce un dolor muy parecido al de un infarto, que suele aumentar con la inspiración y empeorar cuando el paciente se tumba y mejora al sentarse. El electrocardiograma ayuda mucho a hacer el diagnóstico diferencial.

6. PANCREATITIS 

La pancreatitis (inflamación del páncreas) puede hacer que suframos un intenso dolor abdominal que puede irradiar hasta el pecho. Como la colecistitis (inflamación de la vesícula biliar), es una causa infrecuente de dolor torácico. No obstante, en estos casos, siempre hay que ir a urgencias. La pancreatitis, al igual que el infarto, es un evento urgente que puede poner en riesgo la vida del enfermo. Se suele acompañar de fiebre y alteraciones analíticas.

7. ENFERMEDAD CORONARIA 

El corazón tiene tres arterias coronarias principales. La enfermedad coronaria se caracteriza por la presencia de placas de ateroma (placas con contenido lipídico, calcio y células inflamatorias) dentro de las arterias coronarias. Éstas son las arterias responsables del riego del corazón. Estas placas pueden provocar estrecheces de las arterias. Debido a una enfermedad de la pared de la arteria (aterosclerosis), la coronaria puede ocluirse. A llegar menos sangre a las zonas dependientes de la arteria afectada, se produce un desequilibrio entre el aporte y la demanda de oxígeno. A este desequilibro se le llama isquemia. A su vez, la isquemia del corazón es responsable del síntoma típico de le enfermedad coronaria: la angina de pecho. Si la placa rompe agudamente su contenido, al entrar en contacto con la sangre, puede provocar la formación de un coágulo que puede incluso bloquear completamente el flujo de la arteria. Si esto ocurre, se puede producir un infarto de miocardio. El tratamiento consiste en abrir la arteria realizando una angioplastia.

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