Seguir viviendo… Bajo Juárez

04/03/2016 - 5:39 pm
Seguir viviendo... Bajo Juárez. Foto: Cuartoscuro
Seguir viviendo… Bajo Juárez. Foto: Cuartoscuro

En el año 2006, la cineasta y guionista chihuahuense Alejandra Sánchez Orozco codirigió, junto con el cineasta José Antonio Cordero, el documental Bajo Juárez, la ciudad devorando a sus hijas, uno de los títulos clave en el seguimiento cinematográfico al fenómeno del feminicidio en el estado más grande de nuestro país. En este registro de crímenes sin resolver, los documentalistas seguían las voces testigo de un periodista, de una trabajadora de maquila y una madre cuya hija desaparecida le infundía el coraje para denunciar la incompetencia y el escaso interés de las autoridades para aclarar los innumerables casos.

Durante la documentación, Alejandra Sánchez Orozco estuvo en contacto con dos pequeños, Jade y Kaleb, de 3 y 4 años de edad, cuya madre, Lilia Alejandra García Andrade, había sido una de las víctimas en esa ola de crímenes. La cineasta se reencontró con los hermanos diez años después, cuando la abuela de ellos, -convertida en tenaz activista-, había sufrido un atentado. Se trataba de una familia quebrantada que luchaba por mantenerse a salvo. Partiendo de ése contexto social y esa experiencia humana, la directora consideró llevar a la pantalla la segunda parte de esas historias: la vida después de la pérdida, de la ausencia forzada de los seres queridos, la búsqueda de un entorno de paz. Así nació Seguir viviendo (2014), una cinta en donde Sánchez Orozco, se aparta del documental y explora la reconstrucción personal de quienes han sido tocados por la fatalidad y el crimen.

Jade y Kaleb son los protagonistas de un relato en donde las fronteras entre el documental y la ficción no son tan nítidas. En medio de la violencia generalizada en Ciudad Juárez, los hermanos deben huir del estado tras ser amenazados de muerte. Un activista (Moisés Arizmendi) busca protegerlos y se los encomienda a su amiga periodista, Martha (Nora Huerta), quien atraviesa un fuerte duelo y ha anunciado su partida. Los tres se encaminan rumbo a la Ciudad de México, en donde los jóvenes esperan un pase de salida hacia Canadá.

Durante el trayecto salen a flote el dolor, la rabia, la impotencia ante sus circunstancias. El aire, el tiempo, el camino y la convivencia van aminorando la aflicción. La trama detalla y da cabida a los silencios, a los rituales ilusorios de protección a los que apelan las almas rotas, al peso del viento, al paisaje que acoge y a la fraternidad que reconforta.

Seguir viviendo nos lleva de viaje por los estados de Chihuahua, Veracruz, Morelos y la Ciudad de México. Del paisaje áspero urbano, a la promesa de la carretera, del encanto de las dunas al descanso del mar. La cotidianidad ordinaria abre espacio para el ambiente escénico del cabaret, como un lugar donde se dan cita la libertad, la alegría y la oportunidad para erradicar momentáneamente las penas. Un punto de encuentro para el arte de Nora Huerta, reconocida integrante de Las Reinas Chulas y para el actor Tito Vasconelos, quien interpreta a un travesti, dueño de un bar en la playa.

En esta ficción hay mucho de realidad: Seguir viviendo construye una experiencia que posiblemente han atravesado algunas de las víctimas indirectas de la violencia: los huérfanos, los padres, los hermanos. Pero esta es una road movie de aliento, que cuenta con un itinerario para la reconstrucción personal y la sanación de heridas. Los hermanos, con su sensible experiencia a cuestas, comentaron en la conferencia previa al estreno del filme en cómo su participación había servido como catarsis a la tragedia vivida y la manera en que les había permitido enfrentar la realidad.

Egresada del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México, Alejandra Sánchez Orozco, se ha distinguido como una cineasta comprometida con los temas sociales que abruman al país, no sólo con la violencia desatada en su región natal como fue evidente con Bajo Juárez, la ciudad devorando a sus hijas, (Mejor Documental en el 14º Festival de Cine Latino de San Diego y del 43º Festival Internacional de Cine de Chicago); también es autora de Agnus Dei, Cordero de Dios, del 2011 (Premio Coral a Mejor Documental en el 33º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba), en donde su lente capturó el caso del primer sacerdote mexicano pederasta que expulsado del Ministerio Clerical por el Vaticano.

Seguir viviendo se estrenó en la pasada edición del Festival de Guadalajara y ha recorrido varios festivales. Nora Huerta obtuvo un merecido Premio Ariel como Revelación Femenina. Tras su paso por los recintos habituales que apoyan al cine mexicano como el Cine Tonalá, la Casa del Cine y la Filmoteca de la UNAM, esta película sigue viviendo en la cartelera de la Cineteca Nacional.

 

Rosalina Piñera
Periodista egresada de la UNAM. En su pesquisa sobre el cine ha recorrido radio, televisión y publicaciones como El Universal. Fue titular del programa Música de fondo en Código DF Radio y, actualmente, conduce Cine Congreso en el Canal del Congreso.
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