Sólo dos de los tres feminicidas de la niña Fátima Quintana fueron sentenciados, pero uno de ellos será liberado en este mismo año, a tres años de su captura. La pequeña fue privada de su libertad y torturada. La acuchillaron 90 veces, le fracturaron las muñecas, los tobillos, le dislocaron un hombro, le sacaron un ojo y le tiraron sus dientes; luego la lapidaron con dos piedras de más de 30 kilos, y la enterraron, según ha narrado su madre, Lorena Gutiérrez.
"El feminicidio infantil significa la forma más terrorífica del sistema patriarcal. Significa que ninguna niña en este país puede tener libertad de ir y regresar de su escuela sola. Significa que la sociedad y los gobiernos tienen una gran deuda con ellas, porque no han logrado cumplir con su obligación de protegerlas y darles la certeza de la seguridad y la confianza de existir”, sentenció.
Ciudad de México, 4 de febrero.– (SinEmbargo).- Mañana se cumplen cinco años del feminicidio infantil de Fátima Quintana Gutiérrez, en la comunidad Lupita Casas Viejas, en Lerma, Estado de México. La pequeña de 12 años de edad fue violada, brutalmente golpeada, navajeada y lapidada. Misael Atayde Reyes, uno de los tres feminicidas está a punto de salir de prisión, a tan sólo tres años de su sentencia.
“Tres sujetos que eran nuestros vecinos la interceptaron y consideraron que tenían derecho a arrebatarle la vida de la forma más cruel posible, y lo consideraron así porque eso les enseñó este sistema”, expresó Lorena Gutiérrez, madre de la niña hoy en rueda de prensa.
A un lustro, la familia de Fátima, que está desplazada por amenazas, aún lucha por la justicia para la menor.
“Yo solamente quiero justicia en el caso de mi hija, es lo único que pido: justicia nada más. Justicia para Fátima, justicia para todas”, expresó Lorena Gutiérrez, madre de la pequeña, en rueda de prensa.
Por el aniversario luctuoso, el día de mañana se colocará un memorial en honor a Fátima en La Plaza de los Mártires, en Toluca, Estado de México, anunciaron hoy en conferencia de prensa integrantes de los colectivos “Si no están ellas no estamos todas”, “Ni Una Menos Estado De México” con el apoyo, así como de las organizaciones “Nuestras Hijas de Regreso a Casa” y “Mas Vida Más Igualdad”.
Este será el primero de 35 memoriales que serán colocados en el país como parte de la nueva campaña denominada Contra la Impunidad y Olvido, la cual, se lanza con la finalidad que las víctimas de feminicidio “sigan presentes, recordarlas como personas amadas, con un proyecto de vida, sueños y metas, que no pudieron cumplirse a consecuencia de la violencia feminicida y ante la desmemoria que genera la falta de justicia provocada por la omisión, negligencia e impunidad de las autoridades en las investigaciones y la lentitud de los procesos judiciales”, explicó Elizabeth Machuca del colectivo “Si no están ellas no estamos todas”.
Machuca, del colectivo detalló que en el Estado de México se cometieron 443 asesinatos de mujeres durante el 2019, de los cuales, 117 fueron clasificados como feminicidios.
Malú García, de “Ni una Menos Estado de México”, agregó de esos 443 crímenes solo se han emitido 39 sentencia, 35 por homicidios dolosos y 4 de los 117 femicidios perpetrados el año anterior.
“Ante la impunidad que rodea los feminicidios en esta entidad nace la Campaña Contra la Impunidad y Olvido”, reiteró Elizabeth Machuca.
LA IMPUNIDAD
Los tres responsables del feminicidio fueron detenidos y procesados. Dos de ellos ya fueron sentenciados, y uno de ellos, conocido como el Pelón fue absuelto en 2018 por la juez Janet Patiño García.
La familia de Fátima interpuso un amparo contra su liberación, mismo que fue ganado, al Pelón, se ordenó la reposición del juicio y el hombre fue recapturado el año pasado; pero el Tribunal busca que ahora la familia de la menor tenga que volver a revivir la dolorosa situación que ya han vivido en dos ocasiones por periodos prolongados de juicio.
Por otro lado, los parientes directos de la víctima enfrentan otra amenaza que los mantiene aterrorizados: la inminente liberación de uno de los dos asesinos sentenciados, Misael Atayde Reyes.
Misael tenía 17 años al momento de asesinar a Fátima, sin embargo y pese que lo capturaron cuando ya era mayor de edad (20 años), fue juzgado y sentenciado bajo la Ley de Menores Infractores (con la que se juzga a los menores de edad). Misael Atayde fue encontrado culpable y condenaron a cinco años de prisión, pero como el reclusorio para menores no permite que un varón mayor de 23 años siga en ese penal, en octubre próximo será liberado.
Lorena señaló que jamás se sabrá la razón por la que los tres sujetos asesinaron a su hija, sin embargo, asegura que el crimen es resultado de un sistema patriarcal al que no le importan las mujeres y menos, las niñas.
“No eran unos hombres extraños o enfermos, sino hijos sanos de un sistema patriarcal que enseña que se puede privar de la libertad, torturar, violar, matar, lapidar y enterrar a una niña sin el más mínimo remordimiento. Esos tres sujetos desbocaron su misoginia y su violencia contra nuestra pequeña Tatis”, dijo.
Lorena reclamó al Gobierno y la sociedad la desatención a la protección de las niñas, pues dijo que son ellas un eslabón olvidado de la sociedad y de la política. “Si las violan, las obligan a parir, si las matan, disminuyen su muerte porque apenas eran unas niñas”, manifestó.
Y agregó que el feminicidio infantil no solo significa la forma más terrorífica del sistema patriarcal, sino que revela que ninguna niña en este país tiene libertad de ir y regresar de su escuela sola y “que no tienen derecho a la vida, a su libertad personal, al libre desarrollo de su personalidad. Siempre están amenazadas en sus espacios íntimos, en sus espacios de convivencia, educativos. Significa que la sociedad y los gobiernos tienen una gran deuda con ellas, porque no han logrado cumplir con su obligación de protegerlas y darles la certeza de la seguridad y la confianza de existir, pensar, soñar, de ser libres”, detalló.
EL CASO DE FÁTIMA
Le decían Tatis de cariño. Tenía 12 años de edad. Tatis estudiaba la secundaria y soñaba con tener una carrera. Sus libros favoritos eran Los Juegos del Hambre y La Ladrona de Libros.
La pequeña le gustaba coleccionar muñecas de trapo y disfrutaba andar en bicicleta, trepar en árboles y mecerse en el columpio, narró su madre.
“Era una niña con sueños, con pensamientos propios, con voluntad, con inteligencia y fuerza. Era una niña que todavía jugaba, que era amorosa con su familia. […] Ella pensaba y soñaba con seguir estudiando, al mismo tiempo que sonreía y platicaba sus anécdotas diarias, su cotidiano de niña”, platicó hoy su madre.
La tarde del jueves de febrero de 2015, Fátima regresaba de la secundaria en Lerma, Estado de México, cuando fue interceptada por tres hombres, vecinos, quienes desde el primer momento la hirieron con una navaja en la cara y cuello; cada corte que le dieron a la niña medía 10 centímetros.
Posteriormente, el trío de sujetos, dos adultos y un menor de edad, la llevaron a una zona boscosa donde la sometieron, la acuchillaron 90 veces, le fracturaron las muñecas, los tobillos, le dislocaron un hombro, le sacaron un ojo y le tiraron sus dientes.
La información sentada en la carpeta de investigación y que fue también expuesta en las audiencias contra Misael y Luis Ángel Atayde Reyes, dos de los feminicidas, señala que usaron un cuchillo de bordes con el que le abrieron 30 centímetros, y 10 centímetros en las entre piernas. La pequeña fue violada, y finalmente la mataron arrojándole tres piedras: una de 36 kilos, y otras de 32 kilos. Después la enterraron.
Fátima luchó hasta el último momento. Prueba de ello es que cuando le arrojaron las piedras en la cabeza y la enterraron pensando que estaba muerta, pero ella se sacudió para sacar un brazo y una pierna, según el relato que hizo el forense en la audiencia de vinculación y juicio oral contra Luis Ángel, y que ha sido narrada previamente por Lorena Gutiérrez, su madre, en entrevista con SinEmbargo.
EL CRIMEN
Fátima no llegaba a casa esa tarde. No era usual que no llegara, fue entonces que Lorena Gutiérrez salió a buscar a la menor. En ese momento vio a Misael Atayde, –uno de los presuntos responsables– y le preguntó que si había visto pasar a su hija, –porque ella siempre pasaba fuera de casa de él, ya que era camino obligado–. El joven negó haberla visto.
La madre buscó a la compañera con la que Fátima retornaba después de clase. La niña le dijo que ambas llegaron juntas en el camión y a unos 120 metros de la casa de la menor se separaron, donde siempre lo hacían.
La amiga acompañó a Lorena a buscar en las calles aledañadas y Misael volvió a aparecer. La madre le preguntó de nueva cuenta por su hija, y el joven lo volvió a negar, pero la compañera le refutó que él estaba junto con su hermano Luis Ángel Atayde y José “N”, alías “El Pelón” en el barandal afuera de su casa, por lo que debían haber visto a Fátima.
La búsqueda continuó por la zona y ese mismo día hallaron el cuerpo de la menor.
Lorena ha narrado que desde entonces empezó su infierno: "yo encontré a mi hija semi enterrada, solo le alcancé a ver un pedacito de su pie. En un primer momento pensé que se lo habían cortado, y no, era su cuerpo, solo que estaba semi enterrado”, explica la madre.
La familia de inmediato sospechó de los tres vecinos que estaban en el barandal cuando ambas niñas, Fátima y su amiga, bajaron del camión. Los parientes de la niña junto con pobladores del lugar acudieron a la casa de uno de ellos, Luis Ángel y ahí encontraron ropa, zapatos, una camiseta y pantalón de mezclilla llenos de sangre, la sangre de esas prendas era de mi hija y de un masculino”, explica Lorena.
Los pobladores golpearon a los tres acusados del crimen, quienes fueron rescatados por policías y llevados al Hospital de Toluca donde estuvieron internados 15 días.
“A Misael Atayde Reyes lo dejaron libre porque era menor de edad, y no había suficientes pruebas para que nos dieran la orden de presentación de un juez en ese momento; ese día José Ángel Atayde Reyes y “El Pelón” fueron ingresados en el penal de Lerma, pero ahí fue donde empezó el proceso y todas las irregularidades de la Fiscalía”, acusa Lorena.
La carpeta de investigación por el asesinato de Fátima estuvo llena de errores cometidos en la Fiscalía del Estado de México, denuncia Lorena Gutiérrez.
Entre la ropa que encontraron en la casa del asesino, Luis Ángel Atayde, había unas prendas propiedad de “El Pelón” manchadas con sangre que no fueron analizadas.
“La FGE nunca pidió sacar las pruebas ni hicieron un esfuerzo por tener un comparativo de ADN. Argumentaron que le violentaban los derechos de ellos, ¿pero nuestra hija no tenía derechos?, ¿no tenía derecho a que se hicieran esas pruebas?”, cuestiona Lorena.
Además, la Fiscalía de Edomex dijo que no contaba con tiras reactivas para hacer las pruebas genéticas a fin de obtener los perfiles genéticos. “Y esto no lo estoy inventado, esto está plasmado en el expediente, en una carpeta plagada de ineficiencia, de violaciones a todos los derechos. Ellos tuvieron a bien plasmar en la carpeta de mi hija todas sus omisiones”.
Luis Ángel Atayde Reyes fue sentenciado a 72 años 8 meses de prisión. Misael, quien inicialmente fue excarcelado, fue detenido nuevamente meses después cuando ya había cumplido la mayoría de edad; pese a saldrá libre en octubre.
En tanto que “El Pelón” fue liberado el pasado 8 de junio de 2017, nuevamente fue detenido, luego que la familia ganó el amparo directo 200/2017 y se ordenó la reposición de juicio.
Al ganar ese amparo, que permitió la reposición, durante el 2019, la familia de Fátima tuvo que confrontar 9 meses más de audiencias y diligencias, logrando una resolución favorable que excluía dicha probanza de la etapa de oralidad del proceso, informó el Observatorio Nacional del Feminicidio en un comunicado emitido la semana pasada.
“No obstante, el Tribunal Superior de Justicia del Estado de México pretende que la familia vuelva a revivir la dolorosa situación que ya han vivido en dos ocasiones por periodos prolongados y que sin duda trae impactos negativos en su salud y estabilidad emocional, lo cual constituye hechos de revictimización contra la familia entera”, detalla el OCNF.
Frente ello, se presentó un amparo para evitar la revictimización a la familia, el cual, se tenía programada su resolución el pasado 20 de enero, sin embargo, la fecha de la audiencia se pospuso para el próximo 10 de febrero.
Lorena ha sostenido que se entregaron diversas evidencias contra los tres, pero la incapacidad e ineficacia de la Fiscalía para obtener las pruebas genéticas fue uno de los factores que facilitó que “El Pelón” fuera absuelto por la juez Janet Patiño García, y que ahora, con la reposición, existe la posibilidad –si no ganan el amparo– que la familia sea revictimizada.
Organizaciones civiles, activistas, así como la misma familia de Fátima han llamado al Poder Judicial de la Federación para que el próximo 10 de febrero garantice la no revictimización de la familia y se emita una sentencia que revoque la determinación del Tribunal Superior, por ser la misma violatoria de la dignidad y derechos humanos de la familia de la niña, por ser revictimizante y contraria a la Ley General de Víctimas y a los estándares internacionales sobre debida diligencia, perspectiva de género y protección judicial.