México, 3 Dic. (Notimex).- El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis González Placencia, señaló que el tema de la migración en México debe ser visto desde una perspectiva nacional, ya que va más allá de las jurisdicciones federal o locales.

“Aunque hoy por hoy se le trata desde la jurisdicción federal, lo cierto es que tiene una serie de implicaciones a niveles local y translocal, que tienen que ser consideradas si efectivamente se quiere incidir en las violaciones a los derechos humanos de las personas migrantes”, dijo.

Al inaugurar la exposición “Los Migrantes: el desplazamiento y el dolor de los transmigrantes por México”, de Javier García, expresó que la muestra “es elocuente” de lo que el fotógrafo vivió en carne propia, una experiencia “convulsionante”.

El director ejecutivo del Instituto para la Seguridad y la Democracia (Insyde), Ernesto López Portillo, destacó a su vez que las encuestas aplicadas los últimos años muestran de manera consistente un extendido fenómeno de discriminación hacia los migrantes.

“Estamos dispuestos a aceptar el maltrato contra los migrantes que entran a nuestro país, pero no estamos dispuestos a aceptar el maltrato contra los migrantes mexicanos que van particularmente a los Estados Unidos”, refirió.

Las personas que transitan por territorio mexicano con la finalidad de llegar a Estados Unidos lo hacen en completa vulnerabilidad, perdiendo el acceso a cualquier mecanismo formal o informal para defender sus derechos, lamentó.

“Se quedan absolutamente solos y en ese sentido la violencia pública y privada que se ejerce en su contra representa la explotación más extrema de esa vulnerabilidad”, manifestó López Portillo Vargas.

Consideró que aún no “sabemos de qué tamaño es el problema”, ya que la información resulta insuficiente; apenas nos asomamos “a la tragedia que significa la combinación entre la transmigración y la fractura del Estado mexicano”.

En su oportunidad el fotógrafo Javier García manifestó que durante los años que ha tenido oportunidad de registrar el fenómeno, a pesar de haberse encontrado con “polleros, coyotes, traficantes de personas” es con los policías con quien ha tenido problemas.

“Ellos son los que más se ofenden de que uno esté documentando esa situación, de que uno hable con el migrante, con el defensor de los derechos humanos, de que uno fotografíe”, relató.

“He tenido más problemas con la policía o con la gente de seguridad interna del tren, porque he sabido, me ha tocado ver, incluso a mí me han cobrado por subirme al tren. Llegan los famosos garroteros y le cobran al más barato 50 pesos, en mi caso hasta 200 pesos”.

El fotógrafo destacó la importancia de los albergues instalados sobre la ruta migrante, ya que es en esos lugares donde los viajeros indocumentados reciben un poco de ayuda durante su travesía.

Refirió que las confrontaciones de los policías y traficantes de personas con quienes realizan trabajo humanitario en los albergues, ocurre porque ven al migrante como un botín.

“No es cómodo para muchas delegaciones del Instituto Nacional de Migración, sobre todo en el sur, que existan casas del migrante como en Tenosique o Ixtepec, porque esos albergues terminan con parte del poder de la gente de migración”, aseveró.