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Arnoldo Cuellar

03/10/2014 - 12:00 am

Las complicaciones del dedazo en el PAN: el caso Guanajuato

La incertidumbre seguirá siendo el signo de la contienda interna por la candidatura panista en León. Bajo el pretexto del método elegido, la designación, la decisión no requiere ser tomada en las fechas de las precampañas que prevé la nueva ley electoral. En cambio, puede extenderse hasta fines de año o más, hasta las vísperas […]

La incertidumbre seguirá siendo el signo de la contienda interna por la candidatura panista en León.

Bajo el pretexto del método elegido, la designación, la decisión no requiere ser tomada en las fechas de las precampañas que prevé la nueva ley electoral. En cambio, puede extenderse hasta fines de año o más, hasta las vísperas de los registros, ya entrado el mes de marzo.

Esa es una decisión táctica que muy bien puede reservarse el partido como parte de su estrategia general, sin embargo lo que no se explica es que se haya precipitado una precontienda interna normada por un consultor privado que, al valorar y medir el impacto de cinco aspirantes, originó una vorágine de expectativas entre los propios precandidatos y los grupos que los apoyan.

La situación parece caer muy bien a dos de los principales responsables de tomar la gran decisión: el gobernador y el presidente del PAN.

La falta de definición parece ser la marca de la casa en lo que toca a Miguel Márquez, quien muestra todos los síntomas del político que parece preferir las soluciones que da el tiempo a las que deben tomarse empeñando un riesgo propio, político o personal.

Así, los dos aspirantes que se beneficiarían de una decisión del mandatario estatal, Éctor Jaime Ramírez Barba y Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, se cocerán lentamente en la incertidumbre durante los próximos meses.

Ambos han sido alentados a que prosigan en sus precampañas, con estilos y recursos diferentes. Con más semanas de ese activismo por delante, ambos comprometerán imagen, esfuerzos y recursos políticos y económicos, dependiendo de cada uno de los estilos personales. A la larga, la decisión en favor de uno, será más difícil de asimilar por el perdedor.

Pero, además, no están solos. Frente a ellos se forman tres políticos cercanos al grupo de Gustavo Madero, el dirigente nacional panista que acaba de separarse temporalmente del cargo para asumir una licencia que le permita aspirar a su propia precandidatura a una diputación federal por la vía plurinominal.

Madero es el primer dirigente nacional en la historia del PAN que utiliza su cargo para buscar una posición política. Lo ha hecho amparado en un comité ejecutivo nacional y una comisión política que controla absolutamente y donde no tiene oposición alguna.

Ese ejercicio despótico del poder, será retomado dentro de tres meses con una mayor fuerza pues Madero será entonces no solo el dirigente del partido sino el viable coordinador de la bancada panista en la siguiente Legislatura.

Por ello no es remoto pensar que si la decisión sobre la candidatura en León y en las principales ciudades de Guanajuato se pospone hasta principios de año, la mano de Madero estará presente y no pueden descartarse los albazos.

Por ejemplo, el hecho de que Ricardo Sheffield, el exalcalde que le entregó León, en la amplia acepción de la palabra, a la priista Bárbara Botello, haya obtenido resultados más que favorables en las mediciones, según señalan fuentes dignas de crédito, ya lo disparó en sus aspiraciones y está pensando en serio en disputar la candidatura por la alcaldía.

Con cinco aspirantes de los que por lo menos cuatro son políticos probados y cuajados, la peor forma de afrontar el gobierno de este proceso inédito de selección es mediante la duda y la falta de definiciones.

Madero ya logró una vez que el proceso incluyera a políticos de su corriente en Guanajuato, incluso con superioridad numérica sobre los prospectos del gobernador. ¿Qué le impediría a un poderoso y aún más empoderado dirigente del panismo nacional, dar el empujón final para que uno de los suyos intente gobernar la plaza de León con serias posibilidades de lograrlo?

La pregunta es si, en un caso así, el gobernador Márquez optaría por enfrentarse a su líder nacional. Se antoja difícil si revisamos un antecedente: Márquez nunca logró no ya impedir, sino ni siquiera debatir la candidatura de Miguel Salim a la alcaldía de León, no obstante que no le convencía, por no enfrentarse a Juan Manuel Oliva.

Alargar por más de tres meses la selección del candidato del PAN en León, puede abrir la caja de Pandora para los grandes electores locales o al menos para Miguel Márquez, pues el juego de Trujillo pudiera estar caminando ya en otra dirección.

Esta vez, a diferencia del estilo que parece gustarle al gobernador, no parece haber más tiempo que vida.

Arnoldo Cuellar
Periodista, analista político. Reportero y columnista en medios escritos y electrónicos en Guanajuato y León desde 1981. Autor del blog Guanajuato Escenarios Políticos (arnoldocuellar.com).

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