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Gustavo De la Rosa

03/08/2024 - 12:04 am

Los intelectuales del pasado inmediato se han convertido en una vergüenza para México

“La primera regla de este sistema es reconocer las desigualdades regionales de las fuerzas partidarias”.

“Me sorprende que un experto como él exprese argumentos falsos y contradictorios”. Foto: Romina Gándara, SinEmbargo.

La frase atribuida a Sócrates, “solo sé que no sé nada”, es una simplificación vulgar del proceso metodológico de aprendizaje descrito por Sócrates en la Apología, escrita por Platón diez años después. Ni Sócrates ni Platón incluyen esa frase en sus textos. El párrafo de la Apología que da origen a esa frase se puede parafrasear de la siguiente manera:

En su discurso de defensa ante la asamblea ciudadana convertida en tribunal, Sócrates cuenta que su amigo “xxx” consultó al oráculo de Delfos preguntando quién era el hombre más sabio de Atenas. El oráculo respondió que era Sócrates. Sócrates manifestó su incredulidad y decidió investigar las razones que tenía “la divinidad” para decir eso, ya que “Dios no se equivoca.”

El  no se consideraba diferente a los atenienses ordinarios con los que charlaba diariamente en la plaza pública. Decidió dialogar con los “intelectuales” del momento: políticos, maestros,artistas . Sin embargo, no encontró en ninguno de ellos a alguien que verdaderamente pudiera ser considerado un verdadero sabio. Al contrario, todos eran ignorantes y presumían de más conocimiento que aquellos que realmente tenían. En cambio, encontró que los jóvenes estudiosos,  tenían mejor disposición para aprender porque reconocían su ignorancia en cuanto al conocimiento de aquellos días.

El sistema electoral mexicano tiene un diseño mixto, compuesto por 300 diputados elegidos por votación directa en 300 distritos electorales y 200 elegidos por el porcentaje de votos acumulados por cada partido en 5 circunscripciones en las que se divide el país. La primera regla de este sistema es reconocer las desigualdades regionales de las fuerzas partidarias.

Los diputados electos por distrito (mayoría relativa) o por circunscripción electoral (mayoría proporcional) se establecen como base para la toma de decisiones ciudadanas, utilizando polígonos territoriales. Por ejemplo, Chihuahua tiene nueve distritos federales y pertenece a la circunscripción 1, junto con Jalisco. Según el número de votos acumulados por cada partido, estos ganarán por mayoría simple en cada uno de los distritos correspondientes.

Por ejemplo, en este Estado, Morena ganó 5 distritos federales, PAN-PRI 3 y Movimiento Ciudadano 1. En la circunscripción 1, Morena obtuvo más votos, seguido de  PAN, PV, PRI, MC , PT y PRD. La aplicación de las reglaS en estás  circunscripciones determinará los diputados de cada partido. Este sistema se basa en la relación entre la voluntad electoral ciudadana y el territorio, no en la representación de la voluntad electoral nacional.

Tampoco se inscribieron coaliciones en las circunscripciones ni en los distritos, aunque hubo candidatos comunes en algunos distritos. Cada partido recibió votos individuales, no por coalición. En 2006, cuando se inscribieron candidatos por coalición, aparecía un solo logotipo que identificaba a los partidos coaligados, y había un convenio de distribución de votos entre ellos.

En el Senado, las reglas son similares, y Morena ganó el 90% de las senadurías de elección directa.

Cualquier ciudadano interesado en conocer cómo se eligen los diputados y senadores en México sabe esto. El principio de elección en México se basa en la relación territorial de los votantes por partido.

LAS VERGÜENZAS

Héctor Aguilar Camín argumenta que las proporciones de votos obtenidos por las coaliciones “Todos Somos Historia-Morena” y “Amor por México” no se corresponden con el número de diputados asignados. Por lo tanto, sugiere reasignar los diputados según las proporciones obtenidas por cada coalición. Sin embargo, al escuchar sus afirmaciones, me doy cuenta de su enorme ignorancia sobre el sistema electoral mexicano. Ignora que en México los votos son por partidos y no por coaliciones, y que los parámetros de elección son territoriales, definidos por números de votación y territorios específicos. Además, el principio de proporcionalidad general no existe en el sistema electoral mexicano.

Sus argumentos serían rechazados en cualquier universidad de Estados Unidos, ya que ellos aplican con mayor rigor el principio de votación territorial, similar al de México. Por ejemplo, en 2000, Hillary Clinton obtuvo más votos a nivel nacional que Donald Trump, pero no ganó la presidencia debido al sistema de votación territorial, donde cada estado tiene un número diferente de votos Electorales y en México cada estado tiene un número diferente de diputados de mayoría.

Lamentablemente, Diego Valadés. Doctor en Derecho. Investigador Emérito del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, l reconocido abogado , cae en la misma ignorancia. Afirma que el sistema electoral mexicano establece la participación electoral vía coaliciones y que debe distribuirse el poder a los partidos según una interpretación errónea de los artículos 51 y 52 de la Constitución.

Me sorprende que un experto como él exprese argumentos falsos y contradictorios. Si no está de acuerdo con los resultados electorales, sería mejor que guardara silencio en lugar de exhibirse de esta manera.

Y así por el estilo todos los intelectuales mexicanos del pasado inmediato que tuvieron a la mano un micrófono o una cámara para grabarlos, mostraron su ignorancia, y siguiendo la lógica de Sócrates debemos confiar más en la opinión de los nuevos intelectuales más honrados, más íntegros que aquellos que presumen saber mucho,  pero al encontrarse en el momento de decidir por sus intereses o la congruencia con la academia,  son capaces de usar su prestigio para tratar de imponer una interpretación falsa, interesada y  oportunista de la ciencia política y jurídica.

Por eso se ha construido un nuevo insulto no discriminatorio ” …eres un intelectual del pasado inmediato’.

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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