¿QUIÉN DEFENDERÁ EL MAR DE ENSENADA?

03/07/2011 - 11:45 pm

ENSENADA, BC. La trasnacional Sempra Energy, que cometió innumerables irregularidades en los procedimientos administrativos necesarios para obtener las autorizaciones en materia de impacto ambiental y construir en Baja California la terminal de almacenamiento y distribución de Gas Natural Licuado (GNL) más grande en América, afecta la vida marina porque de manera imprevista el consorcio cambió su sistema de gasificación.

“Así, leones marinos, sargazo pardo, invertebrados marinos, ostras, moluscos, peces ribereños, atún aleta azul y hasta plancton, con un valor comercial anual de aproximadamente 500 millones de dólares, son víctimas de los cambios permanentes en la temperatura del agua de mar que utiliza el consorcio petrolero californiano, así como del uso constante de substancias organocloradas que impiden la vida dentro del sistema industrial de la planta regasificadora que opera la compañía Energía Costa Azul (ECA), una de las múltiples filiales de Sempra Energy en México”.

Por su parte, el consorcio petrolero considera que su operación en Baja California se apega a las más estrictas normas ambientales en México y afirma que sigue trabajando con especialistas en medio ambiente para emprender programas de mitigación y compensación, a fin de ofrecer una protección apropiada al ecosistema de la zona.

“En Costa Azul (paraje que se ubica 25 kilómetros al norte de la ciudad de Ensenada, en donde Sempra construyó una terminal de recibo, almacenamiento y regasificación de GNL con una inversión de aproximadamente mil 200 millones de dólares, incluyendo los gasoductos, y la capacidad de  suministrar hasta  mil millones de pies cúbicos de gas por día), se llevan a cabo programas de rescate y conservación de diversas especies, incluyendo a una que estaba en peligro de extinción”, manifiesta la empresa en su portal cibernético.

El proyecto, destaca, desarrolla programas para apoyar a que los pescadores afectados con la terminal gasera, logren mejorar su actividad y al mismo tiempo se protejan las especies marinas. Esto a través de estudios y otras acciones que ayudan a proteger a las ballenas y a otras especies de mamíferos marinos que habitan en la zona.

“El desarrollo sustentable es posible. Es necesario crear conciencia, establecer el marco jurídico adecuado y crear los incentivos necesarios para que quienes participan en las actividades comerciales e industriales se sumen a los programas de protección y conservación porque el hacerlo les generará beneficios directos”, plantea ECA.

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Nuevos procesos, más daños

Pero una visión muy distinta del proyecto es la que tienen otros actores del sector pesquero, quienes coinciden en que los impactos ambientales negativos al mar ubicado en la zona de influencia de ECA, detonaron una vez que la filial de Sempra Energy decidió cambiar inesperadamente los procesos industriales que utiliza en el sistema de calentamiento del gas. Esto, para ahorrarse algunos millones de dólares.

Al respecto, los críticos destacan las modificaciones que Energía Costa Azul hizo al sistema de toma de agua de mar, que aumentó en hasta 50% la cantidad de líquido succionado al océano y generó problemas con mamíferos marinos bajo protección especial.

El biólogo Ricardo Juárez Palacios, en su calidad de director general de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), aprobó las variaciones al proyecto el 30 de junio de 2005.

Los cambios técnicos los requirió Sempra Energy-ECA los días 9 de febrero y 9 de mayo de 2005. Tania Ortiz Mena, entonces  representante legal de Energía Costa Azul, se hizo cargo de presentar la petitoria a la Semarnat.

La solicitud consistía en diversas modificaciones al proyecto original de Sempra, el cual fue aprobado por la Secretaría del Medio Ambiente en la resolución número SGPA-DGIRA-DIA-788/03 de fecha 8 de agosto de 2003.

Respecto a las reformas solicitadas para la toma de agua marina en la planta regasificadora, primero se enumeran las características originales del proyecto y posteriormente los cambios solicitados.

Inicialmente, la toma de agua de mar que la empresa utilizaría para succionar el líquido con el cual calentar el gas natural licuado depositado en dos tanques de almacenamiento, se localizaba sobre el muelle adyacente y unido al rompeolas de la terminal gasera.

El agua sería extraída del océano a través de un tubo con un diámetro de 1.8 metros, que se extendería aproximadamente 300 metros fuera de la costa.

El flujo máximo de entrada de agua de mar era de 23 mil metros cúbicos -23 millones de litros- por hora.

Las modificaciones que la empresa solicitó, y la Semarnat autorizó a través de la DGIRA, fueron las siguientes:

1. La toma de agua se localiza sobre el terraplén de roca del muelle de acceso al puerto de Energía Costa Azul.

2. La toma se modificó a través de la instalación de cuatro tubos de succión de dos metros de diámetro interno y 2.32 metros de diámetro externo.

3. Se instalaron boquillas en la toma de cada tubo con la finalidad de disminuir las partículas. Las aberturas se extienden aproximadamente a 150 metros de la línea de costa.

4. Con estos cambios, el flujo de agua creció a 34 mil 536 metros cúbicos –34 millones 536 mil litros– por hora, es decir poco más de 50% de la capacidad originalmente proyectada por Sempra.

Para justificar las alteraciones, la empresa gasera manifestó lo siguiente: “La relocalización de las instalaciones de toma de agua de mar obedece a las modificaciones en las instalaciones marinas del muelle y rompeolas, y a la modificación en el arribo del área de proceso”.

También que “con la instalación de boquillas en los cuatro tubos, disminuirá la cantidad de sedimentos en la toma de agua”.

Lo cierto es que las boquillas no impidieron que en 2008 al menos tres leones marinos californianos fueran succionados por las tomas de agua y atrapados en los tubos.

Esto quedó asentado en el Informe semanal de actividades-Asuntos internacionales de la trasnacional, con fecha de lunes 19 de mayo de 2008, mismo que Donald Wagner, de Sempra Energy, boletinó a las 17:36 horas a Mark A. Fisher, Rodolfo Michelon, Kent Kuykendall, Bruce Folkmann y Juan Eneldo, todos ellos altos ejecutivos de la trasnacional.

Clasificada en la circular como “Reunión del Personal de GNL”, se presentan “algunos aspectos destacados de la reunión de personal Darcel esta mañana”.

El punto cinco del boletín, escrito originalmente en inglés, detalla que tres leones marinos fueron atrapados por la toma de agua de mar y finalmente “se retiraron con seguridad” de los tubos en donde estaban apresados.

Por el accidente, que fue previsto con mucha anticipación por ambientalistas y científicos opositores al proyecto energético, la trasnacional sugirió “la necesidad” de instalar una pantalla en los tubos de admisión de agua para mantener a los mamíferos marinos fuera de la tubería.

“Los leones marinos están en peligro de extinción en México, por lo que necesitan ser protegidos”, plantea el documento, copia del cual obra en poder de este medio de comunicación.

De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, la cual fija la protección ambiental de la flora y fauna  nativas de México y determina las categorías de riesgo y las especificaciones para su inclusión, exclusión o cambio en la lista de especies en riesgo, el león marino de California (Zalophus Californians) –presente en las costas de Baja California– es una especie sujeta a protección especial.

Únicamente el lobo fino de Guadalupe (Arctocephans townssend) esta en la categoría de peligro de extinción porque, demográficamente, su número total de individuos es igual o menor que 500.

Este mamífero marino no corre riesgo en la línea de costa del paraje Costa Azul en virtud de que su distribución es endémica (nativa) a la Isla de Guadalupe, la cual esta alejada cientos de kilómetros al Oeste de la terminal de almacenamiento y regasificación de GNL propiedad de Sempra Energy.

Sin embargo destaca el trato ambiguo que la trasnacional californiana da a la defensa de mamíferos marinos en las instalaciones de Costa Azul.

Otro informe semanal de actividades de la compañía, de fecha 27 de marzo de 2008, destaca que Energía Costa Azul debe revisar el informe del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE, uno de los principales centros científicos de México, que depende del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología), que sugiere a la trasnacional instalar alarmas sonoras de protección a los mamíferos marinos.

El documento de la trasnacional agrega que la compañía inició “un proceso ante la Semarnat” para obtener un “permiso de modificación con el cual eliminar la obligación de instalar las alarmas sonoras” en la terminal regasificadora.

No se logró conocer a detalle en qué consiste la propuesta que el CICESE hizo a Sempra respecto a la instalación y operación de las alarmas. Esto porque el centro público de ciencia firmó un contrato de “confidencialidad” con la trasnacional que le impide revelar el contenido de ese y otros trabajos que hizo para el consorcio petrolero en la década pasada.

Finalmente, otro documento interno de la trasnacional, de fecha 21 de octubre de 2008, revela que el sistema de toma de agua de mar modificado en 2005 por la Semarnat, “colapsó” debido a su mala calidad, por lo que Mark A. Fisher, vicepresidente y contralor general de Sempra Global, y contralor de Sempra Energy, aconsejó cambiar al contratista y pagar un seguro que cubriera cualquier contingencia en la instalación, que dos meses antes inauguró Felipe Calderón Hinojosa.

 

Efectos en el sargazo pardo

El sistema de calentamiento del gas natural licuado en la planta regasificadora, ha sido objeto de serios cuestionamientos y denuncias por parte de científicos, empresarios y pescadores ribereños del municipio de Ensenada.

Uno de ello, el ingeniero Andrés Armenta González, ex presidente nacional de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera (Canaipes) y ex director de una empresa –Productos del Pacífico– que por más de 30 años explotó una concesión de aprovechamiento del sargazo pardo (Macrocystis pyrifera, el más abundante de Baja California), aseguró que la operación de la planta regasificadora en Costa Azul afecta el bosque de la planta marina, de más de 400 kilómetros de extensión en las aguas del Pacífico bajacaliforniano.

“¡Claro que Sempra afecta al sargazo! El agua de mar que entra a la terminal sale mucho más fría. El efecto es acumulable y se expande. Lo cierto es que nadie ha hecho hasta el momento un estudio de monitoreo serio e independiente, que identifique claramente los efectos de ese cambio de temperatura constante en la vida marina, pese a que la planta ya tiene tres años funcionando”.

La investigación científica, consideró, se tiene que hacer durante varios años y debe considerar la variabilidad de la temperatura del océano por las estaciones climatológicas.

“Dejemos en claro que el agua de mar aquí esta en promedio a 16 o 14 grados Celsius, pero el gas natural licuado está a menos 300 grados en el proceso criogénico –ECA afirma en su portal cibernético que la temperatura es de menos 126 grados Celsius (menos 260 grados Fahrenheit)–. Entonces, el cambio de temperatura no es tan pequeño como ellos dicen, de apenas tres o cuatro grados centígrados.

“Esto claro que afecta al sargazo, que es la base de vida para infinidad de especies marinas endémicas y movibles que incluso se explotan a nivel comercial, como el abulón, la langosta, el pepino de mar y el erizo, además de organismos sésiles (fijados al lecho marino) como las ostras”.

Armenta destacó también el uso de materiales antivegetativos en los tubos de succión de agua de mar y todo el sistema industrial de regasificación.

“El efecto antivegetativo es el cloro, pero el cloro nada más se pasea por ahí porque no hay ningún recogedor del químico adentro de toda la instalación y esto también se convierte en un efecto acumulativo. Entonces, de que están contaminando con veneno que mata la fauna marina nadie lo puede discutir.

“Y de las cantidades de cloro que usan para eliminar las especies marinas de sus tubos, sólo ellos la saben porque, insisto, ninguna autoridad u organización seria e independiente a la empresa esta midiendo cantidades y efectos”.

–El manto de sargazo que existe frente a las terrazas marinas de Jatay, Costa Azul y Salsipuedes, zona de influencia de la trasnacional, ¿qué tan importante es desde el punto de vista comercial?

–Yo llegué a cosechar ahí, en un año, como 3 mil 500 toneladas. Esto era más de 10% de toda mi producción anual, que en promedio era casi de 30 mil toneladas y con picos de hasta 42 mil. El producto, que era el de mejor calidad en el mercado mundial, lo vendíamos a una trasnacional pesquera –Kelp Company (Kelco)– en San Diego (California).

“Con la materia prima ellos elaboraban alginatos, que son coloides (coaguladores), estabilizadores de emulsiones y engrosadores como la maicena, el agar agar, los cuales tienen muchos usos industriales y alimenticios. Por ejemplo, para la nieve impide que se hagan cristales grandes y le da una textura suave a la nieve. En la industria vinícola se usan para aclarar los vinos. En la cerveza para darle cuerpo a la espuma. Es la base de la pasta de moldeo de los dentistas. También se utilizan en la fabricación de quesos y otros alimentos”.

–¿Para qué sirve un bosque de sargazo al ecosistema costero?

–Sirve como alimento a los semi sésiles, hablo de abulón, pepino de mar y erizo. Es el detritus que deja caer la planta en el suelo, lo que se comen estos animales. Son biosistemas muy complicados, muy interesantes, que son la base de la cadena alimenticia de infinidad de especies.

–¿Es igual la importancia que tiene para la pesca ribereña?

–Claro. En Costa Azul había recursos de pesca comercial de importancia porque había alimento. Hoy, reportan los pescadores ribereños, eso ya se terminó aparentemente por el cambio acumulado de temperatura y el uso continuo de cloro. Primero le pegas al sargazo y éste deja de alimentar al resto de la cadena alimenticia.

–Qué afecta más, ¿el cambio de temperatura o el cloro?

–Nunca tuve experiencia con el cloro, pero es evidente que este producto envenena y mata a otras especies. Esa es la intención de utilizar este producto en los tubos: matar la vida que esta en el mar.

 

Corrupción en el mar

Al respecto, el doctor Horacio de la Cueva Salcedo, jefe del Departamento de Biología de la Conservación del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (CICESE), destacó los daños que en la vida marina ocasiona el uso de clorados en las instalaciones de la planta regasificadora en Costa Azul.

Primero, reveló que 80% de la pesca en México se hace alrededor de la península de Baja California, y destacó que en el caso específico del Pacífico bajacaliforniano, el agua de mar, por su baja temperatura, genera muchos nutrientes.

“La riqueza de varias pesquerías comerciales que se practican en la zona se debe a esas condiciones oceanográficas del Noroeste de México, que son las mismas que predominan en California y el norte de Baja California”, explicó.

Así, muchos de los pescadores que trabajan en las inmediaciones de Costa Azul practican pesquerías artesanales de gran importancia económica.

“Se trata –dijo– de empleos de bajo costo y de alto rendimiento capital y social, pero llega una empresa como Sempra, que dice invertir cientos de millones de dólares y sólo genera 30 o 50 empleos permanentes, lo cual no tiene coherencia con la economía de la zona”.

También criticó a la trasnacional porque de dos formas de gasificación de gas natural licuado que tenía, eligió la más contaminante, pero menos cara para sus intereses.

“La otra opción –explicó el doctor De la Cueva–, consiste en que en el tanque de gas licuado siempre existe un poco de evaporación. Ese gas lo quemas y te ayuda a calentar el gas licuado. Entonces estas sacando agua y CO2 (bióxido de carbono) a la atmósfera en lugar de estar usando agua de mar en el proceso de regasificación, agua que luego regresas más fría y clorinada al océano”.

En este tema, el ingeniero Andrés Armenta recordó que en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se dice que los únicos países que tienen plantas regasificadoras usando el mar para calentar GNL, son los que tienen los más altos índices de corrupción, porque en todas las demás naciones sus gobiernos obligan a las empresas a quemar una mínima parte de gas para calentar al resto.

A la pregunta de si el agua fría que Sempra regresa al mar representa un riesgo para el medio ambiente marino en Costa Azul, el científico del CICESE contestó:

“No mientras la deposites de una manera lo suficientemente profunda como para que no afecte la vida marina en la superficie del mar. Lo que en realidad haces, es aumentar la productividad oceánica. Eso no preocupa. El problema consiste en que al no querer que se bloqueen los tubos de succión, porque estás generando una corriente y los tubos se te van a llenar de lapas, mejillones y otras cosas sabrosas, les tienes que aplicar substancias organocloradas que provocan un costo ecológico en la corriente marina.

“Si yo fuera dueño de las granjas de atún estaría muy preocupado de que me estén poniendo organoclorados en mi zona de engorda de atunes aleta azul que valen, ¿qué, cuánto te gusta?, ¿30 mil o 50 mil dólares (la tonelada) en el mercado japonés?

“Y que no me digan si sabemos o no si eso es un riesgo ambiental. No hay nadie que este midiendo los efectos que ha provocado la clorinación. Realmente no creo que Sempra este midiendo los efectos. Y si lo hace, no los está publicando”.

–¿Qué efectos puede generar el uso de organoclorados?

–Primero, no permiten que se fijen a los tubos las larvas de los invertebrados sabrosos que mencioné. Además, matas a esos y otros organismos marinos.

Es como si estuvieras echando clarasol, antifaulin o pesticida a un campo agrícola, pero constantemente, porque para mantener limpia esa tubería tienes que estar usando continuamente los organoclorados.

Insisto, el problema no es la temperatura del agua que regresan al mar; el problema son los organoclorados. Y también que, para gasificar, escogieron un método industrial que saben causa más daño que usar su propio producto para calentar el gas licuado.

–Además de afectar a los atunes y a los invertebrados marinos, ¿perturba también al bosque de sargazo que existe frente a Costa Azul, el cual ya fue afectado por la construcción del puerto de la empresa?

–Si lo afecta. Efectivamente, para construir el rompeolas y muelle cortaron sargazo y según ellos lo iban a transplantar en otro lugar. Lo cierto es que nadie, jamás en la vida, ha transplantado ni sargazo ni matorral costero. Eso es una mentira. Al menos que nos permitan hacer un estudio independiente al respecto, pero varios científicos de Ensenada estamos en la lista negra de Sempra y nunca nos permitirán hacer esa investigación.

 

El problema, al Congreso de EU

A esta visión se sumó la del diputado federal José Narro Céspedes, quien a finales de febrero del presente año denunció ante representantes parlamentarios del Congreso de Estados Unidos que Sempra, en su planta regasificadora en Costa Azul, reintegra al mar agua impregnada con cantidades no precisadas de hipoclorito de sodio, el cual es usado como biocida para eliminar a todos los organismos marinos que circulan por el sistema de calentamiento del gas y prevenir así la obstrucción del circuito de refrigeración.

“Lo anterior –explicó el legislador perredista– es sumamente grave para la dinámica marina y el medio ambiente, ya que en el agua marina que entra al sistema, además del plancton y otros microorganismos que forman la base de la cadena alimenticia, pueden encontrarse larvas y huevecillos de pescados y moluscos de la zona, lo que afectaría sensiblemente a las futuras generaciones de estas especies y en consecuencia, a fauna marina de mayor tamaño y a las actividades pesqueras”.

El diputado federal agregó que ello significa que a largo plazo, en la zona de toma del agua de mar, se reducirán drásticamente las poblaciones de las diversas especies marinas, en tanto que en la zona de vertidos el agua retornará fría, sin vida animal y contaminada por el hipoclorito de sodio.

“Hay una clara pérdida de la calidad de las aguas marinas. La fauna y la flora marina de la zona son severamente agredidas, peligrando a futuro su supervivencia y con ella la de los pescadores ribereños y de las siguientes generaciones”, manifiesta el legislador mexicano en documentos que entregó a diputados de California, Estados Unidos, que desde marzo pasado analizan las actividades de Sempra Energy en Baja California.

 

Daño a ranchos atuneros

Mientras tanto, directivos de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera (Canaipesca) de Baja California, confirmaron lo dicho por el científico ensenadense y Narro Céspedes: Energía Costa Azul utiliza substancias antioxidantes y antivegetativas en el mantenimiento de las tuberías y válvulas que utilizan en el proceso industrial de gasificación de Gas Natural Licuado.

En una información publicada el lunes 21 de febrero en el diario El Vigía, de la ciudad de Ensenada, Martín Gutiérrez y Alfonso Rosiñol Lliteras, presidente e integrante de la Canaipesca estatal, respectivamente, manifestaron que a 200 metros de la terminal energética operan 12 corrales de engorda de atún, que al año producen 500 toneladas de esa especie marina y generan ventas al extranjero entre 100 y 150 millones de dólares, así como innumerables empleos en la ciudad de Ensenada.

En la zona, recordaron, trabajan pescadores ribereños, deportivos y de especies pelágicas como la sardina, por lo que la Cámara Pesquera pidió al gobierno federal que realice un estudio ambiental serio, profesional e imparcial, que mida el daño que producen los organoclorados usados por la empresa trasnacional.

Así, concluyeron, se podrán aplicar medidas de mitigación y amortiguamiento que ayuden a reducir los “efectos indeseables” generados por la planta regasificadora de Sempra.

 

Las excusas de Sempra

Sempra Energy desestima las acusaciones y señalamientos que sus críticos han hecho al proyecto Costa Azul desde su gestación a finales de la década de los noventa del siglo pasado, con el respaldo total del ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, apoyo que posteriormente renovaron y ampliaron desde Los Pinos Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa.

En el portal de ECA en internet, la trasnacional informa que al menos por lo que respecta a la conservación del medio ambiente marino, ha puesto en marcha dos proyectos ambientales: 1. El de rescate de organismos marinos y, 2. el de monitoreo de mamíferos marinos.

El primero tiene como objetivo salvar especies de importancia comercial, incrementando la biomasa para el uso comercial sustentable de organismos que viven en el lecho marino dentro del área de influencia del proyecto.

“Para el programa de rescate –plantea ECA– se formó una alianza con los pescadores de Manchuria (en el puerto de El Sauzal, ubicado 10 kilómetros al norte de la ciudad de Ensenada), y científicos de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) para la ejecución y monitoreo del programa”.

Así, los organismos de valor comercial susceptibles de ser afectados por el proyecto fueron rescatados del fondo del mar y reubicados a lugares adecuados previamente seleccionados.

“Fueron transplantados más de 700 mil organismos exitosamente desde el área de impacto a sitios donde podrán ser comercializados posteriormente por los pescadores locales”, se indica en la página de internet de la filial de Sempra Energy.

El segundo proyecto tiene como objetivo determinar la diversidad, distribución y abundancia relativa y comportamiento de la ballena gris y otros mamíferos marinos, así como desarrollar estrategias de mitigación para prevenir o minimizar impactos potenciales durante la construcción y la operación del Proyecto.

También implantar el programa de monitoreo de largo plazo para medir la efectividad de las acciones implementadas y hacer correcciones en caso de ser necesario.

“De acuerdo con los expertos –manifiesta Energía Costa Azul–, la conclusión más relevante del estudio, luego del primer período de observación, es que el proyecto ECA no representa riesgo alto para la ballena gris”, pero se recomienda continuar monitoreando por un período migratorio más, encomienda que, por la confidencialidad del proyecto ambiental, no se sabe si la empresa y el CICESE finalmente realizaron.

 

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