El racismo y la xenofobia son los principales temas de Sonora, la reciente película del director mexicano Alejandro Springall (Santitos, 1998), y que está próxima a estrenarse el 2 de agosto en todas las salas de cine. El filme hace una retrospectiva a inicios del siglo XX, concretamente a un episodio en la historia poco contado de México: la expulsión de chinos del estado de Sonora.
Ciudad de México, 3 de junio (SinEmbargo).– México de 1931. La Gran Depresión, iniciada con Herbert Hoover – Presidente de los Estados Unidos en el poder– alcanza, como a muchos otros países más dependientes de su economía, al nuestro. La nación norteamericada toma varias medidas de proteccionismo, la repatriación de decenas de miles de mexicanos, como la más fuerte.
En este contexto se ubica Sonora, la más reciente película del director Alejandro Springall. Un filme que expone un episodio en la historia de México poco conocido: la expulsión de chinos de ese estado norteño, así como su campaña antichina y la xenofobia y racismo que sufrió ese sector.
“En el 31 se empiezan a desatar a raíz de la Gran Depresión, que tiene un impacto mundial, se desarrollan muchos nacionalismos. Hay escasez y la escasez desata siempre xenofobias, se magnifican las diferencias raciales. ¿Quién no es como tú, por qué va tener derechos cuando los tuyos tienen tantas carencias?”, comenta en entrevista para SinEmbargo el director Alejandro Springall.
“En la película trato todas las campañas antichinas, la campaña desfanatizadora, y el éxodo de varios personajes que estaban buscando un poco más de libertad en el territorio de Baja California. En esa época, Baja California era un territorio todavía, no era un estado. Entonces la idea era irse a Mexicali; y cruzan el Pinacate y el desierto de Altar en un Chrysler de 1929 doce personajes metidos en ese coche”.
El cineasta detalla que estos doce personajes – interpretados por un gran reparto integrado por: Dolores Heredia, Joaquín Cosío, Flavio Medina, Erando González, Juan Manuel Bernal, Harold Torres, entre otros– combaten entre ellos por sus posturas ideológicas, y las consecuencias de algunas de estas diferencias resultan fatales.
Los protagonistas huyen a través del desierto del Gobierno sonorense comandado por Rodolfo Elias Calles, hijo de Plutarco Elias Calles, un hombre inspirado en el nacional socialismo que inicia con la expulsión de toda la población china del estado. “Fue un evento parecido un poco cuando Isabel la Católica expulsó a los judíos y eventualmente a los árabes, es una expulsión de territorio”, compara Springall.
La idea de Sonora –cinta que tuvo su estreno en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2018– nació cuando el escritor Guillermo Munro Palacio mostró a Alejandro Springall por primera vez el desierto del Pinacate. “Este es el lugar más hermoso de la tierra, es impresionante el Pinacate”, pensó el cineasta cuando lo vio.
Guillermo Munro además compartió con el cineasta su libro La ruta de los caídos, que le sirvió de inspiración, y que compila historias de cuando la población china es expulsada de Sonora. Así comenzó el filme con un guión que se trabajó junto a Munro y con el guionista estadounidense John Sayles, con quien ha trabajado en otros de sus largometrajes.
La población de origen chino arribó a México desde la época del porfiriato para trabajar en los trenes, después se convirtieron en comerciantes. A partir de entonces comenzó un hostigamiento hacia esta población que detonó primero en 1911, la época de la Revolución, en una gran matanza.
“Sí hubo enormes matanzas. Los movimientos antichinos fueron muy violentos, es una parte de la historia de México totalmente enterrada. No es que yo la desentierre, pero sí toco momentos importantes para que la gente diga: ‘¿qué pasó aquí?, ¿cómo que un genocidio de asiáticos en México?’, esto no nos han contado’. […] Hay que ir desenterrando la historia muy negra de México y yo espero contribuir con un poquito y empezar a abrir la puertitas y quitar pesos de encima para que salga más esa historia”.
Alejandro Springall explica para SinEmbrago que toda la campaña de xenofobia surgió de la mano del Partido Revolucionario Institucional (PRI) –en ese entonces el Partido Nacional Revolucionario (PNR)– con Plutarco Elías Calles.
“Parece que es una historia como muy local en el norte. Se ha tocado poco, yo creo que de manera oficial no se ha querido hablar mucho de eso. De cierto modo están ligados las expropiaciones o los robos de comercios, de terrenos, de propiedades, en manos de los chinos, pues fueron, se los dieron a familias poderosas pudientes ligadas a la consolidación ligadas al Partido Revolucionario Institucional de la época”.
Sonora, que estrenará el próximo 2 de agosto en todas salas de cine, es un reflejo de lo que se vive ahora con los nacionalismos, las migraciones y el racismo que prolifera entre los mismos mexicanos, aunque haya un siglo de diferencia.
“Ahora se está desatando un rechazo que tradicionalmente no hemos tenido, y que es gente como nosotros. Los centroamericanos son hermanos de los mexicanos, pero bueno, efectivamente, cuando tienes una presencia que sobrepasa las capacidades de ciertos lugares para acoger a una cantidad de migrantes que están en transito –porque no vienen a quedarse en México– van en transito, pues desata, se magnifica, el sentimiento de carencia que tiene la gente en crisis, y entonces pues siempre es muy fácil sacar toda esa energía, esa rabia, esa ira. Es muy difícil sacarlo con los nacionales, es muy fácil tener a alguien que no es de ahí”.
“[El racismo] es algo que tenemos sumamente metido los mexicanos y no nos sentimos realmente tan racistas, decimos siempre que somos más clasistas. No, el clasismo es el resultado de un racismo porque hay una estratificación muy clara de cómo se conforma este país. Ha habido momentos de un enorme rechazo a la extranjería también, también en la época Revolucionaria, pues hubo no nada más el movimiento antichinos, sino también había movimientos para expulsar a los árabes, para expulsar a los judíos de este país. Cuando México, en realidad, también es un crisol de culturas y de migraciones”.
“Yo todas mis películas, desde Santitos (1998), Morirse está en hebreo (2006), he hablado de lo que es este crisol. Crisol de religiones, crisol de culturas, y es esa diversidad la que ha hecho de México una de las grandes culturas y potencia culturales del mundo”, agrega.
Tal vez el ejemplo más reciente de lo que es el racismo en México sucede con la actriz oaxaqueña Yalitza Aparicio, quien ha sido sujeta a críticas por parte de mexicanos, incluso del medio del espectáculo, por su origen indígena y por su aspecto físico.
“Es increíble, pero se da, y se dio de una manera muy abierta, y qué bueno porque eso ha desatado conversaciones, diálogos sobre el racismo totalmente abierto y el racismo sutil, que existe”.
“Desató comentarios desde sutiles como ‘por qué la visten así’, ‘por qué no le ponen en huipiles o en bordados mexicanos’. Es decir, hay una cantidad de lecturas, de capas de racismo muy impresionante. Gente muy cercana a mí que me decía, ‘pero porqué la visten como si fuera una europea’. ¿Cuál es el problema, no? Además, ‘¿por qué la visten?`, si ni que fuera un perrito en exposición, ella toma sus decisiones”.
“También hay mucha envidia. Hay una envidia que se confunde con racismo, y muchas otras cosas, pero efectivamente qué bueno que tenemos esa manera de exponen lo sutil y lo abierto del racismo mexicano”.