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Arnoldo Cuellar

03/03/2016 - 12:01 am

Miguel Márquez: ¿Informe o autocelebración?

En este Cuarto Informe no habrá muchas sorpresas. Veremos a un Miguel Márquez que nos llena de cifras estratosféricas y, buena parte de ellas, exageradas. Ahí está por ejemplo la afirmación de que Guanajuato exporta a más de cien países, cuando en realidad el 90 por ciento de las exportaciones no pasan de concentrarse en una docena de naciones, mientras al resto se envían “muestras” para tratar de abrir mercado.

Miguel Márquez no es un mejor político hoy que antes. Foto: Cuartoscuro.
Miguel Márquez no es un mejor político hoy que antes. Foto: Cuartoscuro.

Esta semana se presenta el Cuarto Informe de Gobierno de Miguel Márquez, rendido cuando apenas van tres años y cinco meses de su gestión. Sin embargo, para todos los efectos marca el momento decisivo de una curva de poder.

Hoy, el mandatario que llegó al despacho de Paseo de la Presa, con una actitud de timidez y hasta de inseguridad frente a muchos de sus colaboradores, es un político altivo que rechaza las críticas y ha empezado a acariciar el sueño de una candidatura presidencial.

En buena medida, el crecimiento en la autoestima de Miguel Márquez se debe a circunstancias excepcionales en las que, como se ha repetido hasta el cansancio, su propio accionar no ha sido decisivo. Sin embargo, en política eso suele ser irrelevante.

Sin embargo, en el camino de convertirse en un político más vendible, más solvente, más empoderado, Miguel Márquez ha perdido algunas de las características que lo hacían un político diferente, justo en los momentos en que la clase política, en general, sufre de un acusado deterioro en su credibilidad.

En este Cuarto Informe no habrá muchas sorpresas. Veremos a un Miguel Márquez que nos llena de cifras estratosféricas y, buena parte de ellas, exageradas. Ahí está por ejemplo la afirmación de que Guanajuato exporta a más de cien países, cuando en realidad el 90 por ciento de las exportaciones no pasan de concentrarse en una docena de naciones, mientras al resto se envían “muestras” para tratar de abrir mercado.

Guanajuato ha crecido y sobran indicadores para echar las campanas a vuelo. Pero también hay desequilibrios y asimetrías que ni de lejos son valoradas por los políticos.

Por ejemplo, resulta un verdadero sinsentido en términos de planeación que por una década se haya venido saturando de empresas y parques fabriles el corredor León Querétaro, sin que se hayan habilitado nuevas vialidades, salvo en algunos tramos y solo de pago.

León es quizá una de las ciudades menos favorecidas por el crecimiento manufacturero de los últimos años, peor es una de las urbes que más padece las consecuencias, por su carácter de proveedor de bienes y servicios y sus áreas residenciales.

En el reparto global de nuevos roles productivos y el reordenamiento de los flujos de capital y mano de obra, Guanajuato ha sabido obtener beneficios que han generado un boom de oportunidades. Sin embargo, el crecimiento también asocia efectos colaterales no siempre positivos que sólo la planeación y la previsión pueden equilibrar.

Hasta ahora no es el caso. Más empleo y mayor dinamismo económico se acompañan de mayor marginación y de una calidad de vida desigual. El propio gobierno marquista se ha percatado de esa situación y se dispone a invertir miles de millones de pesos en programas emergentes de desarrollo social derivados de un endeudamiento.

Sin embargo, hoy por hoy, nada garantiza que buena parte de ese recurso se aplique con criterios clientelares orientados a la rentabilidad electoral en la próxima elección, cuando se renueva el gobierno estatal y también el federal, precisamente en la aventura que se apresta a correr Miguel Márquez.

¿Escucharemos diagnósticos serios en el Cuarto Informe? Es poco probable. El servidor público preocupado por las desviaciones de su partido que fue contralor del estado y Secretario de Desarrollo Social, es hoy un político endiosado por su círculo cercano y subsidiado por la ausencia de oposición.

Miguel Márquez no es un mejor político hoy que antes. En cambio si es un ser humano más poco sensible, menos autocrítico y más vanidoso. Tiene sus razones y las circunstancias lo favorecen pero eso no justifica su conversión en un político tradicional, cuando el despegue de su carrera fue precisamente para intentar construir eso de lo que hoy adolece.

Por lo pronto, a prepararnos para el chaparrón de cifras y el autoencumbramiento. Nada nuevo bajo el sol.

Arnoldo Cuellar
Periodista, analista político. Reportero y columnista en medios escritos y electrónicos en Guanajuato y León desde 1981. Autor del blog Guanajuato Escenarios Políticos (arnoldocuellar.com).

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