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Germán Petersen Cortés

03/03/2015 - 12:04 am

“La Tuta”, Arely y la Fiscalía

El jueves pasado, Mariana Benítez renunció a la Subprocuraduría Jurídica y de Asuntos Internacionales de la PGR. Ese mismo día, se dio a conocer que la senadora Arely Gómez González sustituiría a Benítez. Apenas unas horas después, la madrugada del viernes, la Policía Federal capturó a uno de los criminales más buscados del país, Servando […]

El jueves pasado, Mariana Benítez renunció a la Subprocuraduría Jurídica y de Asuntos Internacionales de la PGR. Ese mismo día, se dio a conocer que la senadora Arely Gómez González sustituiría a Benítez. Apenas unas horas después, la madrugada del viernes, la Policía Federal capturó a uno de los criminales más buscados del país, Servando Gómez Martínez, “La Tuta”. Ese mismo día por la tarde se hizo pública la salida de Jesús Murillo Karam de la PGR. También se anunció que el presidente Peña Nieto propondría al Senado a Gómez González como la nueva Procuradora. ¿Qué relación guardan estos eventos entre sí?

Aun cuando “La Tuta” era perseguido como quizá nadie más en México, los especialistas en seguridad señalaban que su importancia en el panorama criminal mexicano se había derrumbado. La mayor presencia de instituciones federales de seguridad en Michoacán, la captura de algunos de sus presuntos aliados, entre ellos el ex gobernador Jesús Reyna, y la auténtica cacería que enfrentaba lo habían debilitado al extremo. Con todo, hay que reconocerle al gobierno federal que un criminal que tanto daño causó a la sociedad michoacana esté ahora tras las rejas.

Al reconocer la captura del capo no debe pasarse por algo que este logró amasar tal incidencia política, poderío económico, legitimidad social, capacidad de fuego e instrumental para manipular a las instituciones con la ayuda de mucha gente. No hay delincuente de altos vuelos en México cuyo ascenso no haya transitado por una estructura de protección política y burocrática, redes de lavado de dinero y solidaridad de parte de las comunidades. “La Tuta” no es la excepción.

Justo por la urgencia de proceder contra los aliados de Servando Gómez viene a cuento la PGR y la inminente llegada de Arely Gómez. A lo largo de los últimos años, la PGR ha sido marginada del combate a la delincuencia, cuando no despreciada. En términos gruesos, la agenda de seguridad en México se ha centrado en combatir el delito, en menor medida en prevenirlo y prácticamente nada en castigarlo. Arely Gómez llega a una PGR con poco presupuesto, deficientes capacidades de investigación y pésima reputación.

Recientemente, la fama de la PGR se hundió aún más con el caso Ayotzinapa. A pesar del esfuerzo del ex procurador Murillo Karam por avanzar en la investigación pericial, la versión oficial está fundado en poca evidencia. Más grave aún fue la renuencia de la Procuraduría a investigar lo sucedido como desaparición forzada, a pesar de que, a todas luces, eso es lo que ocurrió.

Con todas estas inercias, la ex senadora tiene que transformar la PGR en la Fiscalía General de la República. Esta reforma es adecuada, pues incrementa la autonomía de la procuración de justicia. El reto ahora es convertir las nuevas disposiciones legales en transformaciones institucionales, negociando incrementos presupuestarios, creciendo los recursos técnicos y humanos para investigar, y mejorando la menoscabada imagen de la institución con sonados golpes de timón.

A lo largo de su trayectoria, Arely Gómez no ha demostrado tener la estatura para lidiar exitosamente con una responsabilidad de este tamaño. Esto no quiere decir que no la tenga, sino solo que sus logros hasta el momento no lo acreditan. Sus promotores destacan su compromiso, disposición para alcanzar acuerdos y gran capacidad de trabajo; sus críticos apuntan a sus nexos con Televisa y su pertenencia a la llamada “telebancada”; pero por ningún lado aparecen argumentos para sostener que Gómez tiene los tamaños para un cargo como el que está por asumir.

Lo que sí queda claro es que la ex senadora no cuenta con el perfil ideal para la posición. Es posible debatir si su perfil es suficiente o no, pero claramente no es el ideal. Una Fiscalía auténticamente autónoma debería estar encabezada por un Fiscal igualmente independiente, con amplio reconocimiento como jurista y una larga trayectoria en el día a día de la justicia penal. El presidente Peña Nieto optó por Gómez González y, en caso de que ella se equivoque, el mandatario tendrá que cargar con la responsabilidad.

La nueva Procuradora tendrá la posibilidad de comenzar su gestión con una medida contundente. Tiene la oportunidad de oro de hacer justicia en Michoacán, yendo tras aquellos que son responsables del ascenso de “La Tuta”. ¿Lo hará?

@GermanPetersenC 

Germán Petersen Cortés
Licenciado en Ciencias Políticas y Gestión Pública por el ITESO y Maestro en Ciencia Política por El Colegio de México. En 2007 ganó el Certamen nacional juvenil de ensayo político, convocado por el Senado. Ha participado en proyectos de investigación en ITESO, CIESAS, El Colegio de Jalisco y El Colegio de México. Ha impartido conferencias en México, Colombia y Estados Unidos. Ensayos de su autoría han aparecido en Nexos, Replicante y Este País. Ha publicado artículos académicos en revistas de México, Argentina y España, además de haber escrito, solo o en coautoría, seis capítulos de libros y haber sido editor o coeditor de tres libros sobre calidad de vida.

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