Después de un 2020 por más complicado por la pandemia para el cine mexicano desde su realización hasta su exhibición, 2021 cierra con optimismo y con un avance en la creación de nuevas narrativas que presentan una realidad más diversa, como lo señala María Novaro, directora del IMCINE.
Ciudad de México, 3 de enero (SinEmbargo).– No podemos hablar del avance en la creación de la cinematografía mexicana de este año sin mencionar los estragos que dejaron los cierres por la pandemia desde 2020.
El confinamiento como mediada sanitaria obligó ese año a detener de forma abrupta las actividades en salas de cines ocasionado un desplome de asistencia del 95 por ciento, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) respecto a 2019, pero también en todo la cadena de la industria cinematográfica del país, de hecho hasta llegar a los rodajes en donde se reportó una caída del 49 por ciento en la producción de largometrajes mexicanos en relación a 2019. Fueron cerca de 300 proyectos de cine y audiovisual en etapa de producción los que fueron cancelados o suspendidos, según reportó el Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2020 del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE).
Este mismo reporte del IMCINE de 2020, el más reciente, también señaló que 111 largometrajes nacionales fueron producidos, menos de la mitad de los emitidos en 2019 que sumaron 216 cintas. De estos 111 filmes, 48 por ciento se realizaron con algún apoyo público, sea el Fidecine y Foprocine, los cuales terminaron por sustituir ese 2020 a los fideicomisos que antes operaban.
A pesar del gran hoyo que ha representado la pandemia para la creación de la cinematografía mexicana, María Novaro, directora del IMCINE, ve con optimismo la recuperación para esta industria en la que destaca que en los últimos tres años se han realizado 432 nuevas películas en México de las cuales el 48 por ciento se han logrado con apoyos públicos.
“El número no es malo considerando a la pandemia que evidentemente los cambió sobretodo en 2020, en 2021 se recuperaron bastante, pero estamos midiendo la recuperación de la producción cinematográfica y cuál fue el impacto en ella durante la pandemia. Entonces, creo que son buenas noticias, el cine mexicano se está recuperando, lo números no son malos y el dinero público con el que apoya está funcionando prácticamente para la mitad de lo que se produce en este país”, asegura en entrevista con SinEmbargo la también directora de cine.
APOYO A UN CINE DIVERSO
En abril de 2020, por decreto del Gobierno federal, fueron extintos los fideicomisos destinados para el cine, entre ellos el Fidecine y Foprocine. Sin embargo se dio paso a la creación del Programa de Fomento al Cine Mexicano (Focine) que justo en enero de este año entró en vigor. Este nuevo apoyo se extiende en 12 convocatorias nacionales que tienen la misión de ser más incluyentes.
“Yo creo que damos buenas cuentas en tres años de esta gestión. Hemos avanzado en apoyar la diversidad del cine mexicano que era muy importante, la descentralización de los apoyos federales para la producción cinematográfica y también la inclusión de nuevas voces, nuevos participantes, nuevas generaciones. Por ejemplo, las voces y las presencias de los cineastas indígenas y afrodescendientes, la inclusión de las mujeres, que avanza en términos de números y de actividades para que sea una industria con igualdad de género”.
Aunque hubo una incertidumbre por parte de la comunidad cinematográfica del país ante el cambio en los fideicomisos, Novaro apunta que hoy estos programas han permitido apoyar al cine en su producción, distribución, exhibición y preservación.
“El FOCINE apoyó 134 proyectos tanto de producción como de exhibición y preservación, en términos de apoyos a la producción es un número del más del doble del que daban los fideicomisos de apoyo a proyectos, en los ellos el dinero se quedaba guardado y ocioso a veces por años y con esta nueva herramienta de apoyos directos, que además son subsidios directos, el dinero se ejerce año con año, es mucho más dinámico y se usa todo el dinero. Entonces aumentó muchísimo el número de proyectos apoyados, la gente ya lo vio y están contentos”.
Actualmente existen 20 convocatorias anuales entre las que se encuentran el ECAM, para cineastas indígenas y afrodecendientes; FOCINE PRODUCCIÓN, con 9 convocatorias para la creación de largometrajes sea ficción, documental o animación; y el EFICINE 189 / PRODUCCIÓN, destinando dos convocatorias al año para largometrajes.
Cabe destacar estas convocatorias porque según el Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2020, de los 111 largometrajes realizados sólo el 17 por ciento fue dirigido por mujeres y 39 por ciento tuvo a una mujer como productora. Además, de estos filmes sólo 20 fueron de temática indígena o afrodescendiente.
“Hemos avanzado muy concretamente en la inclusión. Tenemos estímulos diseñados para impulsar y para dar el apoyo en la primera etapa a los grupos que estaban excluidos. El ECAM, que es el estímulo a la creación audiovisual de cineastas indígenas y afrodescendientes, está en este momento abierta y ya va para su cuarto año, la iniciamos en 2019 y ya van tres de apoyo. El promedio de proyectos aprobados por año es de 15”.
Con respecto a los resultados de 2019, el cine hecho por mujeres que representó el 20 por ciento bajó, pero las narrativas con temática indígena aumentaron, pues en ese año se registraron sólo 14 largometrajes.
Ahora este 2021, destaca María Novaro, sumaron 44 películas dirigidas por cineastas indígenas y afrodecendientes, siendo los estados de Chiapas y Oaxaca los que han registrado un mayor número de proyectos.
“Son películas que van a ocupar un lugar importante en el cine mexicano, era una voz que faltaba y están por ocupar el lugar que les correspondía. Creo que el cine mexicano, dentro del amplio espectro, su diversidad, cuenta con estas voces porque, claro, no estamos hablando de películas con temática indígenas, sino películas generadas desde la propias comunidades por cineastas indígenas. Sí es un asunto bastante espectacular”.
En este primer año del uso de estas 20 convocatorias se han logrado 45 apoyos para la exhibición, financiamiento para 14 proyectos para la preservación, apoyo para proyectos de cine dirigidos a las infancias, fondos para 6 producciones de animación, 11 para largometrajes de todas las regiones del país, 18 para cortometrajes, 10 para guiones escritos por mujeres y 10 proyectos de para la formación audiovisual no escolarizada, según reportó el IMCINE.
VER CINE MEXICANO
Como ya se mencionó, en 2020 la asistencia a salas de cines se desplomó 95 por ciento a comparación de 2019, que había sido el mejor año en taquilla. En tanto, la asistencia en salas para el cine mexicano cayó un 77 por ciento. Lamentablemente este 2021 tampoco pintó mejor, pues de acuerdo con los resultados preliminares de la Canacine para este 2021 con corte 9 de diciembre, la asistencia a las cintas nacionales descendió un 39 por ciento, es decir, 86 por ciento comparado con 2019.
María Novaro atribuye parte del desplome de la asistencia del cine mexicano a salas al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que entró en vigor a partir del 1 de enero de 1994.
“A mí me tocó ser de los cineastas que teníamos contacto con nuestro público, una película como Danzón (1991) o Lola (1989) fueron vistas por el público mexicano. Danzón fue vista 9 millones de mexicanos en salas de cine y era antes del Tratado de Libre Comercio, eso se perdió, no se acordó la exención cultural en el tratado, ahora T-MEC, y se desarmó totalmente. Estoy resumiendo ahora, pero se desarmó el tinglado que había para que los mexicanos pudieran ver su cine en las salas. Yo creo fuertemente que esa pérdida del contacto del cine mexicano con su público ha sido uno de los temas más delicados a enfrentar durante todos estos años más recientes”.
Basta con mencionar títulos como los de Roma (Alfonso Cuarón, 2018), Amores Perros (Alejandro Gonzáles Iñárritu, 200o), Heli (Amat Escalante, 2013) o más recientemente Sin señas particulares (Fernanda Valadez, 2020) o Noche de Fuego (Tatiana Huezo, 2021) para darnos cuenta que el cine contemporáneo tiene calidad y es reconocido tanto por las entregas en México como a nivel internacional, y saber que el problema de falta de asistencia a salas va más allá del contenido.
“El cine mexicano es muy prestigiado en el extranjero, gana muchos premios en los festivales, es muy cotizado, es considerado una de las grandes cinematografías del mundo desde hace muchos años, y en México no se ve. En la exhibidoras comerciales se ve poco cine mexicano y el que se ve básicamente es un tipo de cine más comercial, como comedias románticas. El cine no ha tenido cabida en las batallas, no de la manera en la que debería la diversidad y amplitud del cine mexicano que sí se ve en el mundo”.
Justo como medida para incentivar la asistencia de los mexicanos por su cine, el IMCINE junto a representantes de otras instituciones cinematográficas como Alejandro Pelayo, director de la Cineteca; Lorenza Manrique, de los estudios Churubusco; Alfredo Antonio Loaeza Sánchez, director del CCC; y Armando Casas, cabeza del Canal 22, todos cineastas, han trabajo de lado de la comunidad de la industria de cine para la creación de la Ley Federal de Cinematografía y Audiovisual.
La iniciativa de Ley, que se encuentra aún en espera de ser revisada y que es una actualización de la vigente creada en 1992, tiene como una de sus cláusulas más importantes que las salas deberán destinar al menos el 15 por ciento de su tiempo total de exhibición para las obras cinematográficas mexicanas, cuando en la ley presente es el 10 por ciento. Además los estrenos nacionales deberán permanecer en exhibición al menos siete días consecutivos en horarios estelares.
“Recibimos la instrucción por parte de la secretaría de cultura de trabajar una ley completa a partir de todo lo que ya se había avanzado porque en el 2019, hubo un trabajo vigoroso de parlamento abierto en Cámara de Diputados que no llegó a puerto, digamos. Se trabajó durante meses una adhesión a la ley muy puntualmente y muy vigorosa con muchos sectores participando”.
“Los estuvimos trabajando muchos meses y después la estuvimos consultando, lo seguimos haciendo con la academia de cine y con otros sectores cinematográficos, también lo sometimos a los aparatos jurídicos de las diferentes dependencias del Ejecutivo y demás, pero esta ley ya está lista, la tenemos y ya la entregamos, tendrá que seguir el curso que deba de seguir y seguramente a inicios de año que viene podrá convertirse en una ley muy completa, muy actualizada, la que propusimos”.