Unos 500 campesinos de Puebla buscan agotados que Petróleos Mexicanos (Pemex) pague las indemnizaciones por la pérdida de cultivos y tierras desde hace ocho años. En medio de los huachicoleros que ordeñan los ductos, los amenazan y sacan a punta de pistola de sus parcelas, exigen que la petrolera del Estado cumpla y pague lo que les debe: millones de pesos por incendios y derrames que no sólo acabaron con las hortalizas y dejaron estériles las tierras, sino que además contaminaron sus pozos con metales pesados.
De no haber una respuesta, afirman, buscarán la atención de Pemex y del Gobierno federal con el cierre de los accesos a la infraestructura de la compañía en 13 municipios de ese estado.
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Ciudad de México, 2 de septiembre (SinEmbargo).– Guillermo Jiménez Flores perdió su tierra acosado por la Procuraduría General de la República (PGR), por Petróleos Mexicanos (Pemex) y por los huachicoleros en el ejido de Santa María, municipio de Palmarito, Puebla. Cómo él hay unos 500 campesinos más víctimas de la burocracia administrativa de la ahora empresa productiva del Estado, de las autoridades mexicanas y de los ordeñadores de ductos.
Todo empezó cuando un incendio provocado por la ordeña de los ductos de Pemex que atravesaban su tierra, acabó con su siembra de brócoli, la inversión y el patrimonio heredado por sus abuelos.
Entonces le quisieron pagar 7 mil pesos y, además, obligar en la PGR a que denunciara a los huachicoleros. El campesino se sintió acosado y no tuvo más remedio que vender el pedazo de tierra que cultivaba con hortalizas todos los años.
“Me dijeron: ‘Dinos, tú sabes quiénes son. ¿No serás uno de ellos?’. Yo les dije: ‘Ven estas manos, son manos de trabajo de toda mi vida’. Mejor vendí para no tener problemas. He sabido de gente del pueblo que luego los matan. Le dije a mi vieja: ‘Vieja, mejor vendo, yo ya estoy viejo. Me van a venir agarrar, yo mejor voy a vender el pedazo donde está pasando la gasolina y que hagan lo que quieran’. Me dicen [en la PGR]: ‘Tú los conoces, eres un cómplice’. Por eso vendí mi pedacito para que vean que no los conozco, ni soy cómplice, ni sé de dónde son’”, dice Guillermo Jiménez, un campesino de 73 años mientras enseña sus manos callosas y curtidas por el trabajo de la tierra.
En la situación de Guillermo se encuentran al menos otros 500 campesinos que pertenecen a 13 municipios y 17 ejidos de Puebla: sin la indemnización de millones de pesos que les debe Pemex por usar sus tierras (unas 500 hectáreas con 20 kilómetros lineales de ductos) y dejarlas estériles, acosados por los huachicoleros y bebiendo agua contaminada por los metales pesados del combustible que se filtra a los acuíferos, denunció la Asociación Anauatlali Pro Derechos Humanos de la Propiedad Rural.
Cecilia García Sánchez, directora de la asociación, informó que de los 500 expedientes que se encuentran pendientes de indemnización de Pemex desde 2010, el 60 por ciento han sido declarados como improcedentes. Las pérdidas por la ordeña, los incendios y los derrames ascienden hasta los 200 mil pesos por campesino.
De acuerdo con García Sánchez, Pemex ha propuesto indemnizaciones de 8 mil pesos por pérdidas de entre 180 mil a 200 mil pesos. Pero aún así, no les ha pagado un solo peso a los propietarios de las tierras argumentando que con la Reforma Energética y los cambios que sufrió la entonces paraestatal, las trámites han cambiado.
“Pemex nos pide que ser indulgentes. ¿Cómo podemos ser indulgentes ante la falta de interés? Tenemos un problema de tomas clandestinas que no se está atendiendo. Es difícil ver cómo se mete un documento y se mete otro y nos piden que seamos prudentes”, denunció.
Armando Salvador Brieño Ramírez, abogado del área Jurídica de la organización, precisó que hay afectados que han muerto esperando una respuesta de Pemex por sus pérdidas.
“Nos niegan los pagos, nos exhiben en asambleas donde dicen que se autorizó la instalación de ductos, decretos expropiatorios. Nos dicen que Pemex ya no es una autoridad por el cambio que hubo, que ahora son particulares. Los afectados son amenazados y Pemex no tiene un control real de sus gestores”, explicó.
LOS SACAN A PUNTA DE PISTOLA
García Sánchez reveló que algunos de los ejidatarios han sido “amenazados, acosados y sacados a punta de pistola” de sus propiedades por los huachicoleros que ordeñan los ductos de Pemex en la región.
“A partir de 2014 para acá empezamos a ver un incremento del problema. El problema existe y muy grave. Un ingeniero nos dijo: ‘Ya los ductos parecen flautas. Tapamos unos y tapamos otros. Por lo menos antes lo hacían a kilómetros, ahora son a metros de distancia entre una toma y otra’. Es un problema perfectamente dimensionado por Pemex, lo conocen y saben que no es nuevo”, dijo.
Sin embargo, a pesar de que los huachicoleros son una amenaza para los ejidatarios, un campesino aseguró que también lo es Pemex y el Ejército.
“Yo vivo a 200 metros de donde pasa el ducto, tengo mi familia ahí. Sí hemos sufrido por causa del robo de gasolina los que vivimos cerca de lo ductos, pero ya no sabemos si tenemos miedo a los soldados, a los huachicoleros o a Pemex, porque llegan como si fuera su casa: se meten los solados, se meten los de Pemex sin permiso, con sus carros grandes, uno nomás los ve. Abusan de la autoridad que tienen a su mano”, dijo Armando Suárez, del Guayabal, Puebla.
Los campesinos denunciaron que en repetidas ocasiones han solicitado el apoyo de Pemex y de las autoridades para combatir a los huachicoleros, sin embargo la empresa se ha negado.
“El común denominador es que no hay reacción ante la emergencia. No hay respuesta. Un comunicado, un correo, un escrito. Ya la respuesta de Pemex es de prepotencia en campo, que se sienten dueños de la infraestructura, sí son dueños, pero no de las tierras donde están alojados. No hay un pago, no hay contratos de ocupación superficial firmados con los propietarios”, dijo García Sánchez.
Los ejidatarios padecen, además del problema de los huachicoleros, la pérdida de cultivos y la contaminación del agua que abastece a sus hogares.
Samara Chávez García, del área Ambiental de la asociación, agregó que la fuga y derrame de hidrocarburos no sólo contamina directamente el suelo, sino también a lo acuíferos.
“Hoy en día en los pozos de los ejidos hay olor a hidrocarburo, resultado de procesos de fuga y derrame. La contención del problema y de limpieza la debe hacer Pemex”, explicó.
CERRARÁN ACCESOS A PEMEX
Los ejidatarios adelantaron que si no cuentan pronto con una respuesta de Pemex sobre el pago de sus indemnizaciones por las pérdidas millonarias, cerrarán los caminos a las tierras en donde se encuentra la infraestructura de la empresa.
Con ello impedirán el paso a los trabajadores de Pemex que ingresan para reparar los ductos averiados por la ordena y otras fallas.
Los campesinos anunciaron también que realizarán una caravana en la Ciudad de México hacia Pemex y acudirán a la PGR para interponer demandas por actos de corrupción de funcionarios de la empresa.
“Vendremos en caravana para exigir justicia. Para ese día no seremos 40, no seremos un camión, seremos muchos camiones y campesinos plantados frente a las oficinas centrales de Petróleos Mexicanos”, dijo Cecilia García.
La directiva exigió a la PGR y a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) resguardar la integridad física de los campesinos ante la amenazas de las bandas de huachicoleros.
A la Secretaría de Salud le pidió ofrecer servicios médicos a los ejidatarios y a sus familias por las afectaciones de los derrames y las válvulas clandestinas, así como asistencia técnica para los cultivos a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
“No queremos llegar a la confrontación con los trabajadores que llegan a dar mantenimiento a las válvulas. Nos han pedido prudencia para tomar acción; no queremos agregarle más problemas a este Gobierno, pero ya nos estamos cansados”, dijo José Miguel Centeno, un campesino del ejido de Tepeaca.