Adela Navarro Bello
02/08/2023 - 12:04 am
Nadie persigue a los Guzmán
“El preámbulo político que se vive tanto en México como en los Estados Unidos, pues en ambos países se renovará en el 2024 la Presidencia, va exhibiendo el tema del narcotráfico, su persecución y resultados, como uno de los que definirán la agenda electoral internacional”.
Anne Milgram, directora de la agencia antidrogas de los Estados Unidos, la DEA, ha dicho que por lo menos en cuatro ocasiones, y se asume que de manera oficial, en los años 2011, 2014, 2019 y 2022, esa entidad ha informado al gobierno de México sobre las investigaciones contra los hijos de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, y ha solicitado se esfuercen para detenerlos, dado que, aun cuando la célula criminal que integran dentro del cártel de Sinaloa tiene alcances, operaciones y estructura internacionales, su base de residencia y acción es el estado de Sinaloa.
Del 2011 al 2022 el periodo político de México abarca tres partidos, tres presidentes de la República: Felipe Calderón Hinojosa del PAN era Presidente de México en 2011; Enrique Peña Nieto del PRI, desempeñaba el cargo en 2014, y de 2019 a la fecha, es el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Durante esas tres administraciones, de acuerdo a los informes de Milgram expuestos en su comparecencia ante el subcomité judicial de crimen y vigilancia del Congreso de los Estados Unidos, se ha solicitado a México las capturas de los hijos del capo, pero salvo la de Ovidio Guzmán, ninguna otra se ha concretado.
Efectivamente, en enero de este 2023, por segunda y definitiva ocasión, fue aprehendido, unos días antes de la visita del Presidente Joe Biden a México, Ovidio Guzmán López, quien en 2019 había sido detenido y el Presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó su inmediata liberación, antes de procesarlo, para no poner en riesgo a la población de Culiacán. A saber, oficialmente, Ovidio es el único capo que ha sido beneficiado con una liberación automática por parte de un gobierno que sucumbió a la amenaza de los narcotraficantes.
El resto de los hijos de Guzmán Loera, mientras su hermano permanece en la prisión del Altiplano en el Estado de México a la espera de su extradición a los Estados Unidos, goza de impunidad, ya por tres sexenios.
La historia de los Guzmán ha sido de impunidad, violencia, narcotráfico y corrupción. Su padre tiene una de las narrativas más fantásticas de los últimos tiempos en el crimen organizado: encarcelado por primera ocasión en 1993 unos días después de que participara en una cruenta balacera en la que mataron al cardenal Juan Jesús Posadas y Ocampo en el aeropuerto internacional de Guadalajara en mayo de ese año. Permaneció preso hasta enero de 2011 cuando se escapó (con la ayuda de funcionarios) del penal de máxima seguridad en Puente Grande, Jalisco.
Se mantuvo prófugo y activo en el narcotráfico durante trece años hasta que en febrero de 2014 fue reaprehendido en Mazatlán, Sinaloa, solo para un año después volver a escapar, en esta ocasión de otro penal de máxima seguridad, el del Altiplano en el Estado de México, del cual salió por un túnel construido con los mismos elementos de los narcotúneles que ha hecho el cártel de Sinaloa a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos para cruzar droga en un sentido, y armas y dinero en el otro.
Unos meses después, en enero de 2016 fue una vez más recapturado en Los Mochis, Sinaloa. Aun se recuerda el mensaje en redes sociales del Presidente Enrique Peña Nieto: “Misión cumplida. Lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido”. Y en ese entonces y para no exhibirse más, un año después, en enero de 2017, el Chapo fue extraditado a los Estados Unidos donde, como ya se sabe, fue sentenciado a cadena perpetua en el año 2019.
De sus hijos, aparte de la información que de manera extraoficial se conoce sobre sus actividades criminales, particularmente el tráfico de drogas y el asesinato, en México, otra vez, salvó Ovidio Guzmán López, el resto no tienen una orden de aprehensión.
Iván Archivaldo Guzmán Salazar, el Chapito, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, el Alfredito, y Joaquín Guzmán López, el Güero Moreno, no enfrentan procesos judiciales activos en el país, mientras que Ovidio cuenta con una carpeta de investigación, conocida posterior a su detención, por delitos contra la salud en el estado de Sinaloa.
En abril de este 2023, la misma Anne Milgram en conferencia de prensa, dio a conocer los resultados de la investigación “proactiva” que la institución a su cargo, en colaboración con otras corporaciones norteamericanas con representación diplomática y en territorio norteamericano, realizaron para delimitar el alcance criminal de los hijos del Chapo, sus cómplices, su presencia en el mundo y el modo en que operan su estructura delincuencial, particularmente lo referente a la producción y tráfico de fentanilo.
Aparte de evidenciar a los cómplices criminales en China, México y los Estados Unidos, los hijos del capo sinaloense fueron señalados de cargos por tráfico de fentanilo, armas de fuego y lavado de dinero, así como por conspiración para traficar cocaína, metanfetaminas y marihuana, por dos cortes, la Federal de Distrito Sur de Nueva York, y la Federal del Distrito de Columbia.
Sin embargo, en México los jóvenes Guzmán gozan de la impunidad que solo puede proveer el Estado. El Presidente de la República no solicita a la Fiscalía General de la República investigaciones para determinar la participación de los Guzmán López y los Guzmán Salazar en actividades criminales, pero sí se enfrasca en discusiones unilaterales verbales para desestimar el trabajo de la DEA, exigiendo le comprueben a él los señalamientos a terceros y conocidos criminales, y antes que ponerlos bajo la lupa de la justicia.
Sin una orden de aprehensión, sin carpetas de investigación abiertas en su contra, ninguna autoridad persigue a los Guzmán en México, donde, como su padre, tienen su centro de operaciones en Sinaloa, pero con movimientos a Jalisco, Sonora, Baja California y Baja California Sur, a saber por sus actividades criminales.
A diferencia de Ovidio, de quien se conoció en su primera y frustrada detención en el año 2019 que contaba con una orden de aprehensión con fines de extradición, se desconoce si el resto de los también apodados Menores, cuentan con una; aunque se desprende que así es, dado que los cuatro son investigados por la Corte de Distrito de Columbia, de dónde salió la petición para la extradición del primero.
Pero de esto tampoco habla el Presidente Andrés Manuel López Obrador, como tampoco exige a la secretaría de Relaciones Exteriores, esta sí a su cargo, que dé a conocer porqué no se ha extraditado a Ovidio Guzmán, y si existen órdenes con fines de extradición sobre Iván, Jesús y Joaquín Guzmán.
Los jóvenes, que han sido definidos como “ricos, poderosos y sanguinarios” por el gobierno de los Estados Unidos, cuentan con un velo de protección en México, sea por incapacidad, por corrupción, por complicidad, por negligencia y por una entregada impunidad. ¿Quién persigue a los Guzmán en México? Nadie.
El preámbulo político que se vive tanto en México como en los Estados Unidos, pues en ambos países se renovará en el 2024 la Presidencia, va exhibiendo el tema del narcotráfico, su persecución y resultados, como uno de los que definirán la agenda electoral internacional. A lo mejor solo así se acercan a la justicia, o quizá, por el contrario, para no sacar provecho de su captura, los protegen más.
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