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Julio Scherer Ibarra, quien se había desempeñado como Consejero Jurídico de la Presidencia.

ENTREVISTA | Julio Scherer Ibarra traicionó la confianza del Presidente: Hernán Gómez

02/07/2023 - 12:00 am

El periodista Hernán Gómez Bruera planteó en entrevista la necesidad de una autocrítica en la 4T para establecer “un estándar ético donde quede muy claro que personajes como Julio Scherer Ibarra no pueden tener cabida en un proyecto de izquierda como es este y también que hace falta reformar el sistema de justicia”.

Ciudad de México, 2 de julio (SinEmbargo).– Julio Scherer Ibarra traicionó la confianza del Presidente Andrés Manuel López Obrador desde su posición como Consejero Jurídico, en la que estuvo hasta agosto de 2021, porque no separó el poder económico del poder político y porque “llegó con la intención de convertirse en un hombre inmensamente rico”, planteó en entrevista el periodista y analista Hernán Gómez Bruera.

“Él llegó con la intención de despacharse con la cuchara grande y convertirse en una suerte de mega empresario. El Presidente no se metía en lo que sucedía en su oficina, no estaba atento a lo que hacía el exconsejero, en parte porque confiaba en él por ser hijo de quién era (del periodista Julio Scherer García). Creo que un error de López Obrador es creer que la honestidad es hereditaria, y que por ser hijo de un hombre honesto como fue Julio Scherer García pues el hijo, Julio Scherer Ibarra, iba a ser también una persona honesta y con el tiempo se fue dando cuenta que no era así”, comentó a SinEmbargo.

Hernán Gómez Bruera acaba de publicar Traición en Palacio. El negocio de la justicia en la 4T (Grijalbo), una investigación que indaga en los motivos por lo que Scherer Ibarra dejó la Consejería Jurídica a mitad del sexenio. Para ello, explica en el mismo texto, tuvo acceso a 80 testimonios “provenientes de funcionarios de alto y medio rango de diversas instituciones públicas así como de litigantes que afirman conocer” al exfuncionario federal.

El autor de este trabajo consideró que si Segalmex es el caso de corrupción más grande de este Gobierno, “Julio Scherer Ibarra es el personaje también, probablemente, el presuntamente, más corrupto de este Gobierno”.

“Lo que me parece importante, interesante, es que el propio Presidente de la República lo apartó, estos personajes tan poderosos en otros sexenios duraban todo el Gobierno con el conocimiento del Presidente en turno”, puntualizó.

En ese sentido aclaró que esta investigación no busca perjudicar a la llamada Cuarta Transformación sino que se haga una autocrítica para establecer “un estándar ético donde quede muy claro que personajes como Julio Scherer Ibarra no pueden tener cabida en un proyecto de izquierda como es este y también que hace falta reformar el sistema de justicia”.

Portada del libro Traición en Palacio de Hernán Gómez Bruera. Foto: Grijalbo

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—¿Quién fue Julio Ibarra dentro del gobierno de Andrés Manuel López Obrador?

—Un personaje poderosísimo mucho más que un simple Consejero Jurídico. El Presidente López Obrador no es alguien que le importen tanto los cargos formales, le importan mucho más los encargos y en este caso, aunque apreciaba mucho a Olga Sánchez Cordero, no tenía demasiada confianza en ella, ni ella era parte de su círculo más cercano. Prácticamente quien fungió como Secretario de Gobernación, esa es la realidad, fue Julio Scherer Ibarra que, además, en su figura recayó la relación no solo con el Poder Judicial, que es digamos más propia de una función de la Consejería Jurídica, sino también la relación con el Legislativo, la relación con grupos empresariales y además era como el apagafuegos.

Era el comodín, era el personaje que el Presidente usaba para muchas cosas, obviamente porque confiaba en él, pero lo que yo revelo en esta investigación es que eventualmente este personaje traicionó la confianza del Presidente, en mi opinión lo hizo desde el principio, porque traicionó desde el principio su narrativa central de Gobierno de separar el poder económico del poder político, porque llegó ya con la intención de convertirse en un hombre inmensamente rico. O sea, él realmente llegó al Gobierno y esto se ve por los movimientos de empresas que hizo con familiares, etcétera, etcétera.

Él llegó con la intención de despacharse con la cuchara grande y convertirse en una suerte de mega empresario. El Presidente no se metía en lo que sucedía en su oficina, no estaba atento a lo que hacía el exconsejero, en parte porque confiaba en él por ser hijo de quién era (del periodista Julio Scherer García). Creo que un error de López Obrador es creer que la honestidad es hereditaria, y que por ser hijo de un hombre honesto como fue Julio Scherer García pues el hijo, Julio Scherer Ibarra, iba a ser también una persona honesta y con el tiempo se fue dando cuenta que no era así.

El periodista y analista Hernán Gómez Bruera. Foto: Grijalbo

—Haces un recorrido a la trayectoria de Julio Scherer Ibarra antes de su etapa conocida de la mano de la izquierda, que es este 2006, pareciera que el exconsejero jurídico pertenecía más a esa “mafia del poder”, como la llama el Presidente, que a un integrante de esta 4T ¿es así?

—En retrospectiva creo que sí podemos verlo así, pero también yo te diría que en su momento era el vínculo con esa mafia del poder, que todo político necesita y era quien hacía parte del trabajo sucio y era quien recaudaba fondos para las campañas, de alguna forma era quien hace parte del trabajo que el Presidente López Obrador no iba a hacer ni quería hacer por sus características, por ser quien es.

Creo que el problema es que muchas veces detrás de estos personajes honestos suelen refugiarse figuras que no los son, a veces porque estos personajes no se quieren manchar tienen a otros que son los que les operan y hacen el trabajo sucio, el problema de estos personajes —que en política creo que son necesarios también— hay que tenerlos vigiladitos y hay que ponerles contrapesos internos, en el caso de Julio Scherer Ibarra no había nadie realmente que lo vigilara o con la suficiente fuerza, política para hacerle el contrapeso interno, para vigilarlo, creo que ese fue un poco el error del Presidente López Obrador.

—¿Cómo fue el modus operandi que describes en esta investigación llevó a cabo Julio Scherer Ibarra desde la Consejería Jurídica? Lo identificas como un broker —un intermediario— en el sistema judicial mexicano.

—Estos brokers siempre han existido lo que pasa es que su rol había sido mucho más discreto, mucho más sigiloso y operaban, yo diría una corrupción elegante, por llamarlo de alguna manera. Julio llegó a operar esto de una forma burda creyéndose todopoderoso, y creo que esta es la gran paradoja, porque se refugió detrás de la imagen de honestidad del Presidente López Obrador, como alguna vez se refugió detrás de la imagen de honestidad de su propio padre. Esta ha sido una constante en su vida, refugiarse detrás de figuras con buena reputación para hacer de las suyas, la realidad es que Julio fue un broker de la justicia desde tiempo atrás, esto es lo que yo logro rastrear cuando me pongo a investigar su historia, desde la Ciudad de México él fue una especie de operador del sistema de justicia al ser una especie de intermediario entre despachos de abogados y el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.

Ese mismo esquema que operó en la Ciudad de México lo llevó mucho más lejos a nivel federal cuando llegó a la Consejería Jurídica y básicamente lo podemos resumir, ya si tú tenías un tema, algún problema, porque en general eran gente acusada de casos de corrupción del pasado o temas así, un poco creo que Julio tuvo la idea de que el ladrón que le roba ladrón, tiene 100 años de perdón y que nadie le iba a creer a ellos porque pues al final, eran unos corruptos y los podía extorsionar porque era gente con mala reputación, lo que lo que hacía básicamente era que la gente llegaba a su despacho a plantearle algún tema y él les decía. ‘Bueno mira, esto se puede resolver, yo te sugiero que vayas con tal despacho’, él no hablaba nunca de dinero obviamente, pero los mandaba a alguno de los despachos cercanos, son cuatro fundamentalmente con los que operó y ellos eran los que ya establecían un acuerdo monetario.

Julio Scherer Ibarra dejó de ser Consejero de Presidencia el 2 de septiembre de 2021. Foto: Cuartoscuro

Cobraban por sus honorarios cantidades exorbitantes mucho más de lo que te cobraría un abogado por llevarte un caso, te cobraban unos honorarios inmensos, de los cuales, según los testimonios, más o menos el 70 por ciento terminaba en manos del exconsejero y el 30 iba a dar al despacho. O sea, realmente, Julio, todo parece indicar que se despachó, pero con la cuchara grande, digamos.

Donde esto fue aún más marcado, te diría yo fue en el Poder Judicial de la Ciudad de México, donde el Magistrado o el Presidente del Tribunal Rafael Guerra prácticamente fungió como un operador al servicio de Julio Scherer Ibarra, sin dejar de mencionar las fiscalías. En la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México varios personajes, digamos, al servicio de julio Scherer Ibarra, una unidad entera en la Fiscalía que le llamaban la unidad Scherer, en la Fiscalía General de la República también algunos funcionarios claramente identificados como Mauro Anselmo Jiménez, el titular de lavado, o como Higuera Bernal, que tiene una amistad además con Julio Scherer y que sigue ahí en su puesto, y que según los testimonios también operó muchas cosas de interés para el exconsejero.

—¿Julio Scherer Ibarra, según lo que investigaste, es un personaje que personifica la corrupción dentro del sistema judicial mexicano y de procuración de justicia?

—Yo creo que sí, y también creo que si Segalmex es el caso de corrupción más grande de este Gobierno, Julio Scherer Ibarra es el personaje también, probablemente, el presuntamente, más corrupto de este Gobierno. Lo que me parece importante, interesante, es que el propio Presidente de la República lo apartó, estos personajes tan poderosos en otros sexenios duraban todo el Gobierno con el conocimiento del Presidente en turno y, además, con su protección, y yo te diría que incluso bueno en algunos casos eran figuras transexenales como, por ejemplo, Genaro García Luna que estuvo durante el sexenio de Fox, durante el sexenio de Calderón y todavía con Peña Nieto siguió, digamos, recibiendo consultorías y este tipo de cosas de mucho… de sumas elevadísimas.

Yo creo que esta historia a pesar de que es incómoda para la 4T evidentemente si muestra también que la 4T es diferente, claro, uno quisiera, uno esperaría, que se haga una investigación, que se deslinden responsabilidades, que quien tenga que rendir cuentas ante la justicia lo haga, yo creo que no hay que ser ingenuos, eso no va a suceder, pero por lo menos apartaron a este hombre de su puesto y no lo dejaron seguir operando que eso antes no pasaba la verdad

—Por último Hernán a partir de la información con la que cuentas, ¿Julio Scherer Ibarra cuenta aún con cierta influencia, poder, manejo en el gobierno actual?

—No, que yo tenga noticia, aunque es un hombre poderoso que conoce a mucha gente que sabe y que todavía tiene ascendencia sobre el Poder Judicial, te diría yo, especialmente el Poder Judicial de la Ciudad de México, entonces así como que digamos que ya se retiró a su rancho y ya no opera en absoluto, no. O sea por ahí, anda, intentando seguir tratando de obtener impunidad, y sí, buscando de repente operar políticamente está ahí, está intentando persistir, sobrevivir, o sea, se fue creo que con la esperanza de volver en algún momento.

Algunos piensan de alguna forma que esto es un libro contra la 4T, yo entiendo que es un libro incómodo para la 4T y además que sale en un momento complicado porque ya estamos cerca de las elecciones, también el proceso interno de Morena, se adelantó, yo no esperaba que saliera justo en el momento del proceso interno, pero para mí, yo no escribí esto con el ánimo, digamos, bueno lo hice como periodista, pero no lo escribí con un ánimo de perjudicar a la 4T ni mucho menos sino de que la 4T haga una autocrítica y pueda dejar muy claro, que pueda establecer un estándar ético donde quede muy claro que personajes como Julio Scherer Ibarra no pueden tener cabida en un proyecto de izquierda como es este y también que hace falta reformar el sistema de justicia.

Creo que ese es el gran error de este Gobierno. Si tú quieres combatir la corrupción y los privilegios como no reformas realmente el sistema de justicia, creo que Arturo Zaldívar le prometió a López Obrador que lo iba a hacer y me parece que le dio gato por liebre, me parece que zaldívar hizo una reformita muy tímida, donde si toco el poder de la familia judicial, sí, digamos, combatió el nepotismo pero no fue la gran reforma.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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