La edición número 60 de la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional nos ha llevado por La Calle de la Amargura, ha generado Vértigo con un Cosmos de propuestas cinematográficas de otras latitudes: Francia, Irán, Estados Unidos, Venezuela, Brasil, México y países en trabajos de coproducción: Taiwán-China-Hong Kong-Francia, así como Islandia-Dinamarca-Croacia. Brinda 14 oportunidades de corroborar la imaginería, emotividad y la veteranía de directores que siguen convenciendo a los espectadores sobre las posibilidades infinitas del cine. Filmes con el sello experto de Arturo Ripstein, Jafar Panahi, Yorgos Lanthimos, Hou Hsiao-Hsien, Andrzej Zulawski, Alfred Hitchcock y más, sólo para darse una idea del nivel que maneja esta edición.
La avanzada de este desfile cinematográfico da vuelta en la esquina de La calle de la amargura (2015) bajo la guía de Arturo Ripstein, quien retoma una historia real proveniente de la nota roja: el caso de los dos luchadores profesionales, La Parkita y El Espectrito Jr., muertos en el 2009 a manos de dos mujeres de una vida poco galante, en las entrañas de esta ciudad. El trágico evento rebasa los confines anecdóticos; con el guión de Paz Alicia Garciadiego, la película escudriña en los rincones de la condición humana, con personajes en la búsqueda infructuosa del amor y la aceptación que terminan enganchados en una cadena de abusos y explotación. Vetustas vecindades, viviendas miserables y oscuros callejones son parte de esos ambientes sórdidos que Ripstein construye con tanta soltura, en donde verdugos terminan como víctimas y viceversa. Patricia Reyes Spíndola, Nora Velázquez, Arcelia Ramírez, Alejandro Suárez y Sylvia Pasquel dan vida a un entramado de seres en estado perpetuo de infelicidad.
Desde Grecia con amor. La langosta (2015), el cuarto largometraje de Yorgos Lanthimos ratifica la inventiva de este autor, quien posee la gracia de hacernos creíbles sus singulares universos hieráticos. En Canino (2009), el aislamiento de una familia planteaba una perspectiva peculiar del mundo. En Alps (2011), un grupo de apoyo emocional prestaba singulares servicios a las familias que habían perdido a un ser querido: ocupaban simbólicamente la identidad del fallecido hasta que los familiares concluyeran el duelo. En La Langosta, sitúa al relato en una sociedad ficticia, sustentada en estrictas normas de convivencia en pareja, en tanto la soltería es penalizada. Aquí no hay rotos para los descosidos, ni la atracción de los opuestos. Las reglas dictan que cada quien con su cada cual: personas afines, tanto emocional como físicamente. Quienes vayan en solitario serán confinados en un hotel especial en donde tendrán un plazo de 45 días para encontrar pareja, so pena de ser convertidos en animales. Con un elenco multinacional: el irlandés Colin Farrell, la actriz inglesa Rachel Weisz, la francesa Léa Seydoux y el estadounidense John C. Reilly, el cineasta griego plantea la rigidez de una sociedad que inhibe la libertad de amar, la individualidad y el placer. La tesis final: el amor ciega.
A pesar del arresto artístico que sufre el director iraní Jafar Panahi, su película Taxi Teherán (2015), da la vuelta al mundo y ya obtuvo el Oso de Oro en Berlín. Desde el año 2010, el autor de filmes como El globo blanco (1995) y El Círculo (2000), fue acusado por hacer propaganda contra el Estado e inhabilitado para hacer cine durante 20 años. ¿Quién le pone puertas al mar? Su ímpetu creativo rebasa los linderos de la censura y en la clandestinidad ya lleva tres rodajes al hilo: Esto no es una película (2011), Pardé (2013) y Taxi Teherán. Al volante de un auto de alquiler va entablando conversaciones con distintos personajes sobre temas diversos: la pena de muerte, la censura, el cine, la honestidad y la fe. En cada pasajero y cada viaje, una pincelada de la sociedad y de los estragos de un régimen.
Dios no es como lo pintan según describe El nuevo nuevo testamento (2015) del director y guionista belga Jaco Van Dormael, (El octavo día, 1996). En esta propuesta de tono transgresor -y divertida hasta grados pecaminosos- el autor retoma la idea de un Creador vigilante, al acecho de una falta nimia para castigar a sus criaturas. El añadido irreverente es perfilarlo como un tipo irritante que mata el aburrimiento generando el caos, dictando la ley de Murphy y los infortunios por los que atraviesa la Humanidad. Es entonces que la hija de Dios aparece en escena, decide bajar a la Tierra y reunir a su propio grupo de apóstoles para llevar algo de paz y esperanza a los sufridos humanos.
La cereza del pastel: Hitchcock. Por un lado, el documental de Kent Jones, Hitchcock/Truffaut (2015), que alude a la célebre entrevista realizada, en 1962, por el emblemático representante de la Nueva Ola Francesa al renombrado cineasta inglés, quien explicaba con lujo de detalle los secretos narrativos de sus filmes, incluidos La ventana indiscreta (1954) y Psicosis (1960). El testimonio del amo y señor del suspenso se condensó en el libro El cine según Hitchcock; ahora se rescatan las imágenes, fragmentos del audio, anécdotas y se aderezan con intervenciones de directores como Wes Anderson, Paul Schrader, David Fincher, Oliver Assayas y Martin Scorsese. La Muestra cerrará con Vértigo (1958) una de las obras cumbres de Hitchcock. Desde el 25 de marzo y hasta el 6 de mayo, el conjunto de filmes recorrerá las pantallas del Cinematógrafo del Chopo, del CCU Tlatelolco, la Sala José Revueltas, la FES Aragón, IPN Zacatenco y salas comerciales. Consulte la cartelera y reserve espacio para el buen cine.
