De acuerdo con la DEA, los opiáceos y drogas sintéticas son los enervantes que más se consumen en territorio estadounidense y son precisamente las organizaciones mexicanas criminales las encargadas de llevarlos para allá.
Ciudad de México, 2 de marzo (SinEmbargo).- La Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) ha colocado a los cárteles mexicanos como una gran amenaza para los Estados Unidos en su informe correspondiente al al 2020 sobre Evaluación Nacional de la Amenaza de Drogas.
“Las organizaciones transnacionales del crimen mexicanas siguen siendo la gran amenaza de drogas para Estados Unidos”, señala la agencia estadounidense.
De acuerdo con la DEA, los opiáceos y drogas sintéticas son los enervantes que más se consumen en territorio estadounidense y son precisamente las organizaciones mexicanas criminales las encargadas de exportarlos.
“Los cárteles mexicanos son crecientemente responsables de la producción y venta de fentanilo para el mercado de los Estados Unidos. China sigue siendo una fuente clave de producción de precursores químicos que los cárteles mexicanos usan para la producción de grandes cantidades de fentanilo para el trasiego de drogas a Estados Unidos”, dice el documento presentado por la DEA.
“Mientras tanto, la amenaza de los estimulantes, incluyendo a la metanfetamina y cocaína lo que empeora, tanto en volumen y alcance, el que los traficantes incrementen las cantidades de venta fuera de los mercados tradicionales”, añade.
Dos grandes cárteles, siete u ocho organizaciones criminales de alto impacto y unos cien grupos menores de la delincuencia organizada, no menos peligrosos, conforman la geografía del narcotráfico en México. Sin embargo, las autoridades federales han fincado su estrategia en la pacificación del mundo del crimen sin atacarlo frontalmente y haciéndolo en forma tangencial, sin que se tenga noticia de resultados relevantes.
En su reciente evaluación, la Administración para el Control de Drogas reiteró que las organizaciones mexicanas representan la mayor amenaza criminal para Estados Unidos, las cuales se diversifican, pues no sólo trafican con sustancias prohibidas, sino que participan en delitos como extorsión, tráfico de personas y robo de combustibles, incrementando los índices de homicidios.
En septiembre de 2020, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto Castillo, aseguró que en México actúan 19 organizaciones criminales de alto impacto, dos de estas con mayor relevancia que las demás, con ganancias superiores al billón de pesos entre 2016 y 2018. El funcionario destacó que la estrategia federal para atacar el fenómeno está dirigida en cinco vertientes:
1. Identificación de sicarios y líderes de los cárteles.
2. Sus estructuras financieras.
3. Corrupción política.
4. Corrupción policial y judicial que los protege.
5. La base social que los apoya.
Mientras la sociedad mundial permanece en ascuas por la pandemia de COVID-19 y los gobiernos se ocupan de priorizar el grave problema de salud pública, los grupos delictivos siguen operando e ingeniándoselas para hacer llegar sus drogas a los consumidores, pues no se tiene información que refleje que el confinamiento ha generado un descenso en el consumo de sustancias ilícitas.
Antes y durante la contingencia sanitaria se han registrado cambios en los tipos de drogas, se modifican los patrones de los hábitos de consumo de sustancias ilícitas y las organizaciones criminales han mudado de formas y se reconfiguran. En tanto, no se advierte la eficacia del Estado mexicano para acotar la distribución de enervantes, ni de frenar la comisión de delitos inherentes al crimen organizado o arrancar el poder que ostentan los conglomerados delincuenciales.
Las organizaciones mexicanas se diversifican, pues no solo trafican con sustancias prohibidas, sino que participan en delitos como extorsión, tráfico de personas y robo de combustibles, incrementando los índices de homicidios.
-Con información de ZETA.