Los virus, ¿bichos o no bichos?

02/02/2014 - 12:00 am

Para considerar que algo está vivo según los biólogos se tienen que cumplir varios requisitos: ser capaz de comer, crecer, dejar descendencia y ser sujetos de la selección natural. Sin embargo, existen algunos “bichos” que en general consideramos como vivos aunque no cumplen con todas estas características, hablamos de los poderosos y en algunos casos “influyentes” virus. Los virus existen como materia inerte flotando en el aire, en el agua, o sobre cualquier objeto por lo que parecieran no estar vivos, hasta que los azares del destino los ponen al alcance de algún ser que si está vivo, alguna planta, bacteria o animal, y entonces entran en acción y parecen cobrar vida. No todos los virus se insertan en todos los seres vivos, existe especificidad en su ataque, hay virus que atacan plantas, virus que atacan bacterias, virus que atacan pájaros, virus que atacan humanos, aunque como hemos visto recientemente esto puede no ser una regla estricta porque los virus están en cambiando todo el tiempo.

Sobre la parte exterior de los virus (la llamada cápside) existen unas proteínas que funcionan como antenas de reconocimiento que al entrar en contacto con una célula hospedera del animal o la planta en cuestión, se adhieren a su membrana y permiten que el material genético del virus sea inyectado al interior de la célula para comenzar su actividad. Los virus utilizan la maquinaria de las células para multiplicar su material genético y dejar su  descendencia. Cuando se han producido suficientes copias del genoma viral, cada copia de este nuevo material genético se recubre con una cápside y se generan muchos virus hijos. Al tener una sobrepoblación de virus en el interior, la célula hospedera explota y los nuevos virus (los hijitos del original) salen al mundo a conquistar nuevas células, que pueden ser las células vecinas o células fuera del organismo donde estaban originalmente.

Es por esto que surge la duda de si los virus son bichos o no, pues solamente pueden reproducirse cuando están dentro de una célula de un ser vivo, no pueden hacerlo por sí mismos, no se alimenten ni tampoco crecen. Otra particularidad de los virus relacionada con su éxito es la corta duración de su ciclo de vida. En cuestión de una hora puede completarse una nueva generación de virus y por esto su capacidad de propagación es enorme.

Todos los días estamos en contacto con cientos de virus que por lo general son inocuos y sólo nos acordamos de ellos durante el periodo de vacunación o durante el invierno, esto es porque nuestro organismo es inmune a ellos puesto que hemos desarrollado anticuerpos que nos defienden del ataque. Los anticuerpos impiden que los virus lleguen a sus células blanco, pues cuando entran al organismo, los anticuerpos reconocen al virus y los inhabilitan. Sin embargo, como los virus tienen material genético al igual que los demás bichos del planeta, están sujetos a mutaciones

constantes y a selección natural, y algunas de estas mutaciones son muy exitosas. En este caso el éxito implica que los anticuerpos de las especies blanco ya no los reconocen como extraños y se pueden reproducir muy rápidamente debido a que los organismos hospederos no pueden defenderse de ellos.

La epidemia de influenza porcina o influenza AH1N1 que se vivió en 2009 y que pareciera tener un repunte en el 2014, tiene que ver con una de estas mutaciones exitosas pues probablemente una mutación permitió que el virus de la influenza AH1N1 que normalmente atacaba a los puercos, pudiera cambiar de hospedero y ahora los humanos nos enfrentamos a un ataque por un virus al que no estábamos acostumbrados, y que por lo tanto, no tenemos anticuerpos específicos para defendernos, es por ello que la vacunación anual es muy importante puesto que nos previene de las nuevas cepas de influenza que circulan en el mundo.

Al analizar con detenimiento al virus AH1N1 los científicos se dieron cuenta que sus componentes genéticos no eran únicamente porcinos, sino que también tiene partes aviares y humanas. Uno se pregunta ¿cómo es esto posible?, resulta que por el modo de proceder de los virus, esta característica combinatoria es bastante común. Muchas veces después de que el material genético del virus se inserta en la célula hospedera y es replicado, los virus hijos se ensamblan y se llevan consigo partes de secuencias genéticas que estaban en la célula hospedera que no eran suyas, y que formaban parte de otros virus. De tal forma que los nuevos virus que salen de la célula, son diferentes al virus madre original y tienen nuevo material genético que les puede o no dar ventajas para infectar nuevas células, eso dependerá de la selección natural, este es el caso del AH1N1, probablemente el virus infectó aves, llevándose material genético, luego puercos y también se llevó material genético de ellos, entonces al infectar a los humanos ya tenía genes de ambas especies.

Todos este entendimiento de cómo funcionan los virus y las enfermedades que producen, no sería posible si no tuviéramos un sistema de investigación nacional y mundial. Desgraciadamente, en nuestro país se apoya muy poco el desarrollo de la ciencia y la tecnología, se consideran lujos, “lujos” que de haber sido apoyados todo el zafarrancho sanitario de 2009 se podría haber evitado porque los hospitales habrían tenido las pruebas para detectar con exactitud si los enfermos que llegaban a los hospitales estaban infectados por el famoso virus AH1N1 o por otro causante de influenza y actuar rápidamente. La emergencia pasó y se invirtieron algunos recursos para atender ese problema en particular, sin embargo, seguimos dependiendo del extranjero y de las compañías privadas para realizar este tipo de acciones que hoy constituyen la seguridad nacional.

*Una versión anterior apareció publicada en La Jornada Michoacán.

Ek del Val de Gortari
Soy bióloga egresada de la UNAM y después realicé un doctorado en ecología en el Imperial College del Reino Unido. Actualmente trabajo en el Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM en Morelia y coordino la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la ENES-Morelia también de la UNAM. Dedico mis días a tratar de entender cómo funcionan las interacciones entre las plantas y los herbívoros que se las comen. Me gusta trabajar en las selva y también estoy interesada en entender como se modifican las interacciones entre especies cuando hay alteraciones en los ecosistemas, por lo que estoy trabajando en campos agrícolas y en ambientes restaurados. Considero que la visión que la ciencia aporta a la vida cotidiana es muy importante, por eso me gusta escribir textos de divulgación científica y procurar que un mayor número de gente conozca las maravillas que hemos aprendido y descubierto. En particular escribo sobre bichos porque son seres considerados abominables en el inconciente colectivo, que cuando nos detenemos un poco a observar y entender mejor, se vuelven maravillosos.
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