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Gabriel Sosa Plata

01/12/2015 - 12:01 am

Chabelo: ¿nos apoyas?

Niñas y niños ya poco veían a Chabelo. No obstante su enorme popularidad, la niñez actual no muestra el mismo interés hacia su programa, comparado con otros programas o personajes de la televisión o de Internet. El formato de Chabelo parece superado frente a otras propuestas audiovisuales. Es más, los domingos, día en el que […]

Niñas y niños ya poco veían a Chabelo.

No obstante su enorme popularidad, la niñez actual no muestra el mismo interés hacia su programa, comparado con otros programas o personajes de la televisión o de Internet. El formato de Chabelo parece superado frente a otras propuestas audiovisuales.

Es más, los domingos, día en el que durante décadas ha sido transmitida dicha producción, la televisión alcanza la mayor audiencia infantil entre las 8 y las 10 de la noche, y no a las 7 de la mañana, cuando iniciaba el programa, de acuerdo con un estudio publicado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en febrero de este año.

Si nos basamos en los años que estuvo al aire el programa, casi 50, Chabelo fue la propuesta más importante de Televisa para la audiencia infantil. Difícil de creer, ante los inmensos recursos de la televisora para tener una programación infantil de más calidad.

¿Y si casi no veían Chabelo, que sí ven niñas y niños en la televisión? El mismo estudio del IFT lo responde: en primer lugar telenovelas, luego reality shows y en tercer lugar programas dramatizados unitarios. Hasta el cuarto sitio aparecen las caricaturas y posteriormente los programas de concurso.

Como refiere la organización A Favor de lo Mejor en su Primer Informe por los Derechos de la Audiencia Infantil, no es que la audiencia infantil quiera saber el destino de Ana Leal, la bailarina de un centro nocturno en la telenovela “Mi corazón es tuyo”, o conocer un milagro más de la Virgen de Guadalupe en “La rosa de Guadalupe” (programa dramatizado unitario), sino que  consume “lo que se les oferta”, particularmente durante la tarde y noche.

La niñez mexicana destina muchas horas a la televisión: un promedio de 4 horas con 34 minutos, por encima de la media de consumo en Estados Unidos (de 3 a 4 horas), Perú (3 horas y media), Italia (2 horas con 42 minutos), España (2 horas con 38 minutos), Francia (2 horas con 18 minutos) y Alemania (una hora con 33 minutos), según el mismo estudio del IFT.

Desafortunadamente, en esas 4 horas y media que la televisión “atrapa” a niñas y niños, la mayor parte de los programas no son apropiados para esta audiencia, como se ha dicho. En el informe referido, A Favor de lo Mejor precisa que de febrero a abril de 2015, el 59% de la programación en televisión abierta (lunes a viernes de 6:00 a 20:00 horas) no se produce específicamente a la niñez, sino a los adolescentes y adultos, pese a transmitirse en horario A (“apto para todo público”).

En el colmo de los absurdos, lo poco que se programa en televisión para niñas y niños se transmite justo en las horas que van a la escuela (un 80 por ciento lo hace durante la mañana). Dice A Favor de lo Mejor: “a partir de las 15:00 horas, horario en que la mayor parte del público infantil ve televisión, sólo el 9 por ciento de la programación es apta para éstos”. Todavía más: de este 9 por ciento se transmiten, en efecto, programas para audiencia infantil, pero “no se observan contenidos que promuevan el desarrollo integral y armónico de la niñez”, tal como lo prevé la legislación.

Chabelo sale de la televisión en un momento en el que al gobierno federal y a las televisoras lo que menos parece importarles son los derechos de las audiencias infantiles, pese a ser promotores de una reforma constitucional y una legislación secundaria en materia de telecomunicaciones, en las que se privilegia el valor superior de la niñez y las normas para su protección.

El programa de Chabelo es un ejemplo de esta crisis. En lugar de que Televisa fortalezca su programación infantil con propuestas diferentes a una emisión en la que durante décadas los niños fueron vistos como clientes y no como personas con derechos, tal como lo hacen otras televisoras en el mundo, sólo se le expulsa (por cierto, de una pésima manera) bajo el argumento de una “reestructuración” comercial de la programación y no como consecuencia de una revisión autocrítica y autorregulatoria de este tipo de contenidos (esto último suena iluso, pero siempre conservo la esperanza de que hasta Televisa, algún día, cambiará… para bien).

La autoridad parece estar en la misma línea. Desde hace algunas semanas hemos comentado en SinEmbargo la manera en cómo la Secretaría de Gobernación, de espaldas a la sociedad, publicó los nuevos lineamientos de clasificación de los programas de la televisión, en los que se privilegió el interés comercial de empresas mediáticas y anunciantes por encima de los derechos de las audiencias infantiles y las políticas públicas para abatir la obesidad en México.

No repetiré aquí las implicaciones de este cambio regulatorio, pero sí es fundamental reiterar la urgente necesidad de que dichos lineamientos sean abrogados para elaborar una nueva propuesta que tome en consideración las opiniones de todos los actores involucrados, sobre todo de las audiencias. ¿Creen que @Chabelooficial quiera apoyarnos en nuestra demanda, ante su nueva etapa laboral?

Twitter: @telecomymedios

www.gabrielsosaplata.com  

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